Dieta de Amazon: ¿por qué algunos compradores rompen con el gigante minorista y su "constante tentación"?

Renunciar a las ventajas de Prime puede ser “menos conveniente”, pero conduce a decisiones más “conscientes”

Amazon es el rey de las compras en línea. ¿Qué pasa cuando lo dejas? (Getty Creative)
Amazon es el rey de las compras en línea. ¿Qué pasa cuando lo dejas? (Getty Creative)

Al inicio, era solo un regalo ocasional. Pero con el paso del tiempo, Amy comenzó a comprar más y más: muebles, productos básicos para el hogar e incluso ropa. Luego tuvo hijos. Le dio la bienvenida a su primer bebé en marzo de 2020, nada más y nada menos que cuando el mundo se estaba confinando, por lo que “comprar sin tener que salir de casa se volvió muy práctico”. Antes de darse cuenta, Amy había entrado en “el Zon”.

“El Zon” es el apelativo con el que Amy, una instructora de baile con sede en las Ciudades Gemelas de Minnesota que pidió no compartir su apellido, y su familia se refieren a Amazon, la megatienda en línea y servicio de streaming que, según afirma, “realmente ha trastocado la forma en que compramos como sociedad”. Cada semana marcaba la llegada de una nueva caja de color marrón o un sobre de correo acolchado a su puerta.

Ahora todo eso se acabó. El verano pasado, su familia canceló su membresía Prime, la suscripción de 14,99 dólares al mes que ofrecía descuentos en alimentos, entregas gratuitas al día siguiente y acceso a Amazon Originals, que abarcaba desde Thursday Night Football hasta la comedia romántica de Anne Hathaway La idea de tenerte. No ha sido una ruptura total porque hay algunos productos que no ha podido encontrar en otros sitios, pero Amy dijo que la última vez que compró en “el Zon” fue un spray especial para lavar la ropa a principios de enero.

“Queríamos ver cómo podíamos cambiar nuestros hábitos de gastos y dónde comprar sin Amazon”, le contó Amy a Yahoo Vida y Estilo. Desde su purga de Prime, ha estado comprando en persona en negocios locales, sacando libros de la biblioteca, recurriendo a productos de segunda mano en grupos de Buy Nothing y... simplemente no apresurándose a adquirir cosas nuevas.

A pesar de que Amazon Prime cuenta con la alucinante cifra de 180 millones de suscriptores solo en Estados Unidos, algunos dicen que están siguiendo una “dieta de Amazon”. Así llamaron las podcasters de Burnt Toast, Virginia Sole-Smith y Corinne Fay, a su propio descanso de 30 días del minorista electrónico, que esta semana se enfrenta a un “apagón de compras” (“nada de compras en Amazon, ni en Whole Foods, ni pedidos de Prime”, se lee en la sección de preguntas frecuentes de los organizadores del Día sin Compras, que promovieron la iniciativa la semana pasada).

Pero ¿cómo es realmente renunciar –o al menos moderar– a las comodidades de Amazon? Estas son las experiencias de las compradoras que han dado el paso, quienes se refieren a los pros y los contras de prescindir de las adquisiciones que generan una gratificación instantánea.

Hay una serie de factores que están empujando a las personas a dejar de usar sus cuentas de Amazon. Amber, una madre de Dallas que había pasado unos cinco años comprando semanalmente productos corporales y para el hogar en Amazon, menciona dos razones: la molestia de devolver las cosas que no funcionaban y Jeff Bezos. Ya no se sentía cómoda apoyando el negocio de Bezos debido a las diferencias ideológicas, por lo que comenzó a reducir sus compras hace unos años y “dejó de usar por completo Amazon” el año pasado.

Julie George, por su parte, simplemente quiere ser una consumidora más consciente. La presentadora de The Brown Girl Podcast, con sede en Austin, Texas, se convirtió en usuaria de Amazon en 2009 cuando adquirió un libro de texto universitario en Internet. “A lo largo de los años, he pasado por diferentes fases: desde recibir paquetes casi a diario debido a las compras por impulso a altas horas de la noche hasta ahora, que lo uso de manera mucho más selectiva”, le contó a Yahoo Vida y Estilo.

La decisión de George de cancelar su membresía Prime fue motivada, al menos en parte, por una “creciente conciencia de las consecuencias ambientales del consumo excesivo”. Además, simplemente tenía demasiadas cosas. Mudarse al otro extremo del país y empacar sus pertenencias, incluidas todas las cosas que había comprado por un “placer efímero” y que luego terminaron en el cajón de los trastos, fue una “llamada de atención sobre la facilidad con la que me había visto atrapada en el consumismo”, afirmó George.

“Descubrí que los botones de ‘Comprar ahora’ de Prime con envío gratuito facilitaban demasiado las compras por impulso”, añadió. “Era como tener acceso VIP a la tentación constante de comprar”.

Su historia se hace eco con la experiencia de Amy en “el Zon”. “Era muy fácil dejarse influenciar por la gente en Internet o sentir que necesitábamos algo de inmediato”, comentó. “En nuestro caso, poder hacer clic, agregar al carrito, comprar y tenerlo en casa en 24 horas nos aportaba una gratificación instantánea. Muchas veces realmente no necesitábamos esas cosas o no las usábamos durante mucho tiempo”.

Incluso algunos de los influencers de compras que recomendaban asiduamente a sus lectores sus productos favoritos de Amazon están “replanteándose su relación” con el minorista, citando una publicación reciente de la escritora Caroline Moss en Gee Thanks! en Substack. Aunque Moss no ha renunciado por completo a Amazon, le ha dicho a su comunidad que está “intentando ser más reflexiva” sobre su relación con la plataforma y mencionó que le preocupan los precios, las ofertas mediocres, la compulsión por “comprar por comprar” y, en general, que se siente como “un engranaje en el gran plan de saqueo de dinero de Bezos”.

Entonces... ¿qué tal ha ido todo?

Amber comentó que su purga de Amazon ha sido bastante fluida y que no ha tenido ningún problema para encontrar en otro lugar los productos que estaba comprando.

Si bien Amy todavía usa Amazon para adquirir su spray de lavandería favorito, por lo demás disfruta del desafío de tomarse su tiempo para buscar productos que una vez añadía a su carrito de compras virtual en cuestión de segundos. Le brinda a su familia la oportunidad de “reflexionar sobre si se trata de una necesidad o un deseo”, señaló. “Si es un deseo, ¡genial! Igual ha sido beneficioso tomarse una pausa antes de comprar”.

Otra ventaja: llegan menos paquetes a casa, lo que significa menos cajas que deshacer para reciclar. “Es algo pequeño, pero que se suma a mi lista de tareas pendientes”, dijo.

La familia de Amy también ha sobrevivido a su primera Navidad sin esas tentadoras ofertas de temporada o entregas directas. “Esta Navidad fue agradable volver a comprar en persona y gastar nuestro dinero en tiendas locales que nos gustan y queremos que tengan éxito”, compartió. “Incluso convencí a mi familia ampliada para que usara otra aplicación para compartir sus listas de deseos de Navidad ya que antes siempre habíamos compartido las listas en Amazon”.

La vida sin Amazon Prime es “un poco menos práctica”, admitió George, “pero valoro que me anima a bajar el ritmo y ser más intencional en mis compras”. Al igual que Amy, ahora es más consciente de si realmente necesita algo.

George ya no disfruta del envío gratuito de Prime, pero ha encontrado una solución para esos momentos en los que tiene que comprar en Amazon como último recurso. “Amazon ofrece envío gratuito para pedidos superiores a 35 dólares, así que cuando quiero algo, lo agrego a mi carrito y, por lo general, espero hasta que añado más cosas con el tiempo para alcanzar el límite de envío gratuito de 35 dólares”, comentó. “Descubrí que por lo general me da tiempo suficiente para reflexionar, cambiar de opinión o confirmar que realmente quiero o necesito un producto”.

Pero una cosa es cancelar Prime y otra es dejar Amazon para siempre. “Creo que sería difícil abandonarlo por completo, sobre todo para esas necesidades de última hora”, reconoció George. El sitio ha sido “un salvavidas” para los pedidos al por mayor y los productos especiales que necesita para los eventos que organiza con regularidad. Y aunque se ha arrepentido de comprar algunas cosas en Amazon (me vienen a la mente los atrevidos leggings pandémicos), también ha encontrado algunos tesoros, como sus organizadores de cocina favoritos. “Aunque busqué alternativas en otros lugares, no pude encontrar nada que coincidiera con el estilo y el precio de Amazon”.

¿Marca la diferencia?

Según Google Trends, las búsquedas “no comprar” han alcanzado su punto más alto en medio de un creciente interés por el “núcleo del subconsumo”. Para quienes no están en TikTok, hay un movimiento cada vez mayor de personas que muestran cómo arreglar las cosas, en vez de comprar algo nuevo, ya sea auto viejo completamente pagado o prepararse café en casa en lugar de ir a Starbucks, etc.

Manoj Thomas, profesor de marketing y administración en la Facultad de Negocios SC Johnson de Cornell y experto en comportamiento del consumidor, le dijo a Yahoo Vida y Estilo que ha observado “un cambio en las preferencias, con un notable aumento en el consumo consciente a medida que las personas recurren a marcas comprometidas socialmente”. También reconoce que los millennials y la generación Z parecen estar menos interesados en “poseer bienes materiales” y más dispuestos a gastar su dinero en experiencias.

Pero nada de eso está cambiando las cosas. “Tendencias como el minimalismo y la vida frugal aún no se han generalizado, por lo que la cultura del consumo sigue siendo dominante”, apuntó Thomas.

También se aplica a Amazon, que según Thomas “ha cambiado el comportamiento del consumidor de más formas de las que la gente se imagina” gracias a su comodidad, precios bajos, envío gratuito, servicios de streaming y más. Aunque ha visto publicaciones en las redes sociales quejándose de Amazon, no cree que “hayan influido significativamente en el comportamiento de compra, sobre todo teniendo en cuenta el ‘notable’ crecimiento de los ingresos y las ganancias del minorista.

“Creo que incluso los compradores que están descontentos con la ideología de Amazon siguen comprando en la plataforma debido a los precios bajos y la comodidad”, añadió. “Aunque los compradores pueden mantener posturas firmes en los debates socio-morales en las fiestas, sus decisiones de compra parecen estar guiadas por aspectos más prácticos. El precio y la conveniencia a menudo prevalecen sobre las opiniones ideológicas”.

Pero para los compradores (o más bien, los “no compradores”) como Amy, que se mantienen firmes, cortar la relación ha sido transformador. “Recortar es estupendo”, afirmó. “No necesitamos tantas cosas como pensamos… Los productos se han vuelto caros y recortar gastos en Amazon ha sido una excelente manera de ahorrar para poder destinar ese dinero a otras cosas. No necesito hacer más ricos a los ricos”, añadió.

Escrito por Erin Donnelly. Este artículo apareció publicado originalmente en Yahoo Life.

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