Dime con quién andas y te diré qué tan guapo eres

Texto: Maribel Barros

¿Qué tan atractivo crees que eres? Pues la próxima vez que te mires al espejo medítalo un poco, porque para los demás el que parezcas o no guapo depende de cómo te comparas con las personas que te rodean.

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Tu nivel de atractivo depende de tu entorno. Foto: andresr/Getty Images.

Un grupo de psicólogos de la escuela Royal Holloway, de la Universidad de Londres, realizaron un estudio con el propósito de saber si el atractivo de una persona es un rasgo fijo, o puede cambiar dependiendo de su entorno.

Para ello reclutaron a 40 personas a quienes les pidieron mirar una serie de fotografías de rostros, las cuales tuvieron que clasificar de acuerdo a su nivel de atractivo. Después los investigadores pusieron los mismos rostros junto a otros, que no habían visto, y se les pidió volver a calificar a los primeros de acuerdo a su nivel de atractivo.

Entre los resultados, publicados en la revista Psychological Science, los investigadores encontraron que agregar estos “rostros distractores” hizo que el nivel de atractivo de las caras originales cambiara, mejorando o empeorando de acuerdo a qué tan guapo o no era el segundo rostro.

En otras palabras, si te rodeas de personas menos atractivas que tú, podrías ser percibido como más guapo de lo que eres. Pero, si te rodeas de personas más guapas, entonces podrías terminar siendo el patito feo del grupo.

“Hasta ahora se había entendido que el nivel de atractivo de una persona era algo constante”, comentó el Doctor Nicholas Furl, autor del estudio. “Si hoy ves la fotografía de alguien como George Clooney, lo calificarías como guapo, y si la ves mañana también. Sin embargo este trabajo demuestra que la compañía que tienes tiene un efecto en cuán atractivo le pareces a otros”.

La investigación también encontró que cuando hay un rostro distractor en un grupo, o alguien menos atractivo, el espectador se vuelve más observador, fijándose en los detalles que hacen diferentes a los rostros, y marcando más los detalles menos atractivos. O dicho de otra forma, lo hacen más quisquilloso y selectivo de lo atractivo.

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Como comentó Furl, quizá no es una sorpresa saber que somos juzgados de acuerdo a quienes nos rodean, pero con esta confirmación la frase “Si no puedes hacer que baje de peso, haz que mis amigas engorden”, podría comenzar a mutarse a algo como “Si no puedes hacerme más guapa, haz que mis amigas sean más feas”…

Aunque no por eso serías una mejor persona.

@travesabarros

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