Dioses de México | Helmut Dosantos: "Para mí hay miles de Méxicos y sentía esta necesidad de retratar todos esos mundos"
El documental mexicano vive un momento de gran forma, y el 2022 fue la muestra de que el trabajo nacional en este género ha logrado establecerse con una sólida audiencia de nicho tanto en taquilla como en streaming. En medio de este contexto, llegó a festivales Dioses de México (100%), desplegando en una pericia técnica en su cinematografía, llena de poderosas imágenes que apela a iluminar lo usualmente lo oculto y olvidado dentro una cultura llena de aristas.
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La ópera prima de Helmut Dosantos, una producción México-Estados Unidos, busca exponer los rostros del México rural de una manera igualmente conmovedora como impactante. Su soberbia fotografía compagina con su narrativa de silencios contando la historia de los rincones más olvidados de nuestro país. Esta serie de elecciones creativas tiene como resultado emociones altamente palpables para la audiencia, misma que se ve inmersa en la atmósfera creada en la película.
Además de fotógrafo y director de cine, Helmut Dosantos ha producido filmes como Tony Driver (2019) y Noche de Fuego (95%) (2021), de Tatiana Huezo. Luego de su proyección en reconocidos festivales de cine y su premiere en el Festival Internacional de Cine UNAM - FICUNAM 2022, y de otros certámenes fílmicos como True/False, Santa Bárbara y Docaviv, además del Gran Premio del XIX Festival de Cine Pacific Meridian, Dioses de México (100%), producido por Fulgura Frango y Narvalus Films, se estrena de manera oficial en nuestro país a partir de hoy en la Cineteca Nacional y otros circuitos independientes.
A propósito del lanzamiento de este aclamado documental, charlamos con Dosantos sobre su proceso creativo.
T: ¿Cómo llegas a esta historia teniendo en cuenta que lo que vemos en pantalla es muy arcaico y a la vez muy actual?
HD: He llegado a través, digamos un poco, de una pasión y curiosidad personal de explorar y conocer al país, pero al país profundo, el país, justamente antiguo y arcaico de México rural. Yo vengo de Italia originariamente, aunque llevo fuera de mi país más de 20 años, la mitad de mi vida la pasé fuera. Tuve esta educación, este acercamiento desde niño a lo antiguo, a lo arcaico a las tradiciones, y entonces recién llegado a México vi aquí que había todavía mucho de esto y entonces me llamó la atención y me dio mucha curiosidad de aventurarme al interior del país en lugares inclusive a veces muy retirados y ver que había. Y entonces, pues me di cuenta que hay miles de Méxicos y sentía esta necesidad de retratar a todos esos mundos, porque repito en mi país, en Italia, después de los años 50 estas tradiciones se fueron perdiendo, lo que es la identidad cultural del pueblo, se había perdido, se había transformado el folklore o perdido por completo. Y aquí todas esas tradiciones en México siguen vivas, por supuesto, cambiadas también por el tiempo y adaptadas. El cambio es parte de la evolución de la humanidad también. Entonces se me hizo importante hacer como un registro de la memoria del país para para guardar, conservar algo de todo eso, como todavía sigue siendo hoy. Que, obviamente viendo las imágenes, parece que pudiera ser hasta 50, 20, 30 años atrás. Y entonces esto también ha sido la idea de la película, representar lo que son, cómo han sido y cómo, en la mayoría de los casos, quieren seguir siendo.
T: ¿Cómo fue para ti adentrarte en estos universos y trabajar con la gente de cada lugar? Sobre todo por las impresionantes imágenes tan íntimas que capturas.
HD: Cada relación con cada comunidad ha sido distinta. Porque cada quien tiene sus peculiaridades, obviamente. Entonces cada acercamiento ha sido distinto según un poco cómo sucedían las cosas. Nos ayudó mucho el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, en su momento CDI. Ellos tienen mucha gente, inclusive indígena, que trabaja en el campo y que tienen muy buena relación con varias de las comunidades, no todas. Y entonces gracias a ellos tuvimos un acceso increíble, nos abrieron puertas. Y, por otro lado, yo hice todo el trabajo personal de acercamiento con las comunidades, presentar el proyecto bajo este principio de retratarlos como son, como han sido, como quieren seguir siendo. Esta circularidad, inclusive de la existencia es algo que ellos comprenden muy bien y conforme como íbamos filmando otras imágenes, yo les enseñaba fotogramas de lo que habíamos hecho y esto obviamente también ayudó.
Y también creo que la forma en como yo quería construir el documental, que fuese algo colaborativo con ellos, no ser nada más el director que llega y les dice las cosas, sino que más bien la secuencias estaban dialogadas, habladas con ellos para que se sintieran representados.
T: Existen secuencias que no parecieran documentadas, como la escena de la pareja en un barco ¿Cómo fue filmar construir esto respetando las reglas del documental que por momentos parece ficción?
HD: Bueno, yo creo que hay una línea que divide el documental de la ficción y es muy fina, sobre todo en el cine como me gusta entenderlo a mí. Toda la película realmente es una puesta en escena, por lo que te comentaba antes, las imágenes han sido dialogadas con los personajes. Entonces las preparamos, las ensayamos a veces como si fuera ficción. La mayoría obviamente se trata de acciones de vida cotidiana, de trabajo, entonces eso son cosas a las cuales se pueden estar acostumbrados, simplemente era como ensayar movimientos.
T: Dioses de México (100%) tiene todas las emociones, incluso hay secuencias de acción, como cuando están en las minas. ¿Cómo fue trabajar ahí?
HD: Sí, nos metimos. Nos arrastramos en el piso, sacando todo el equipo, en lugares donde había muy poco oxígeno. La mina es una mina muy antigua tiene más de 160 años, son 18 niveles bajo tierra y dicen más de 200 km de túneles. Entonces no la hemos recorrido todavía obviamente, es imposible, pero sí nos metimos muy profundo. A veces entramos caminando con todo el equipo, tres horas y media dentro, filmábamos sólo unas cuantas horas para salir nuevamente. Entonces, trabajar dentro de una mina, pues sin luz sin electricidad de donde no hay nada, es muy complicado.
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T: ¿Tomaste la decisión de que no existieran diálogos y que lo importante fueran las imágenes desde que se empezó a escribir este guión?
HD: Sí, siento que a veces los silencios o las imágenes en sí, y los sonidos que están alrededor, son más elocuentes que las palabras. Las miradas pueden tener un nivel de complicidad, de conexión con el espectador que van más allá de las palabras. Son puras emociones, inclusive cuando los personajes miran la cámara nada más, y se quedan parados o mirando fijo la cámara durante varios minutos, el cerebro humano obviamente sigue trabajando, ¿no? Y la cámara lo capta todo, lo percibe todo, entonces todas estas micros expresiones, emociones que transmite el rostro de alguien, en el lenguaje corporal de alguien o se manifiestan, finalmente son legibles para la cámara y tienen mucha fuerza.
T: ¿Por qué la elección de blanco y negro al inicio de Dioses de México (100%)?
HD: El capítulo blanco y negro es el del enfoque en los pueblos indígenas, que es este mundo rural arcaico, de traiciones antiguas y profundas. Entonces era justamente para marcar esta diferencia de mundos, entre el mundo modernizado, urbanizado y citadino en el que vivimos todos nosotros y el mundo donde viven ellos y marcar esta distancia, más que en comprensión simplemente olvido, yo diría, y por ello ellos miran a cuadro para decir al público quiénes son y cómo ocupan sus espacios.
T: De manera muy respetuosa, nos muestras todos los procesos de las cosas básicas por las que se mueve el mundo ¿Esta era tu intención?
HD: Sí, claramente esa era la intención. De ahí el título, Dioses de México, es una celebración de esta dignidad y del pensamiento arcaico donde todo era parte del mismo ser, entonces tanto los seres humanos como los animales, las plantas todos tienen algo de divino.
T: ¿Existió algo que te sorprendiera de estos pueblos? ¿Algo que no habías visto antes?
HD: Muchísimas cosas. A veces iba a un pueblo, pensando en grabar una cosa específica y me encontraba con la presencia de elementos sorprendentes. Por ejemplo, cuando fuimos a filmar con los Chinatecos, ahí en Oaxaca, yo iba a filmar a los Chifladores. Y llegando ahí, en esta comunidad que es bastante retirada, vi que existían unas plantas enormes y entonces pregunté en la comunidad si había un uso específico para esta planta, y me dijeron “sí, las señoras las utilizan de paraguas”.
T: Aunque retomas temas que ya se habían tratado en documentales anteriores de manera separada, tú mostraste distintas formas de vida en un mismo México cultural.
HD: Sí, yo traté de hacer un retrato de todo México. Repito, son muchos Méxicos pero para que todo se quedaran en una misma película, en una misma pieza. Por eso quizás podemos hablar incluso de un trabajo enciclopédico de alguna manera. El hecho de quitarle diálogos, música, sobre todo los diálogos la palabra el hecho de quitarle la palabra desde un principio, lo quise hacer para darle un corte académico etnográfico y antropológico. Obviamente la película lo tiene, pero este no es el enfoque principal, porque sigue tratándose de un trabajo cinematográfico, más artístico. Y sobre todo también es un viaje personal, yo nunca tuve la intención de dar clases a la gente, digo porque no estoy calificado para poder hacer esto. Pero lo que sí quise es transmitir a la gente sensaciones de lo que yo y el equipo sentimos para compartirlo.
T: ¿Qué otros documentales, películas o literatura te ayudó para darle forma a la cinta?
HD: Hay muchas fuentes de digamos de inspiración. En el específico de la de la cinematografía, definitivamente el trabajo de Vittorio De Seta, quien fue un cineasta italiano que empezó con documentales cortos, justamente el mundo rural de Italia, sobre todo el sur de los años 50. Entonces estamos hablando de los principios del neorealismo italiano, ha sido una influencia fuerte para este proyecto. Sergei Loznitsa también, definitivamente creo que es muy claro en la parte blanco y negro. Él tiene un corte increíble que se llama Portrait, que formalmente es lo mismo, son retratos en blanco y negro de gente que mira a cámara a medio de una comunidad en la Siberia rusa en invierno. Y yo quise expandir esta forma de cine, pero no solamente concentrarme en una región, sino que darle un aspecto de todo un país.
Estas son las dos referencias principales fílmicas. Luego desde el punto de vista fotográfico, Robert Frank, Josef Sudek, y otros checos también de la época. Así principalmente toda la fotografía de los años 20 y 30. Paul Strand definitivamente también está ahí. Y de literatura también la referencia ahí, qué lo mencionaste, es una literatura italiana. Hay un autor que se llama Giovanni Verga, del siglo XIX que ha descrito muy bien todos los mundos digamos campesinos, rurales y hay un ciclo de todo eso. Entonces eso ha sido una fuente de inspiración también para mí para hacer este trabajo acá, porque hay muchas similitudes. Los mundos rurales realmente tienen muchas similitudes alrededor de todo de todo el mundo, bueno cada quien tiene sus tradiciones y sus cosas que se han desarrollado en cada lugar, pero la relación con la tierra, el entendimiento de la tierra es algo que pertenece al ser humano.
T: ¿Qué le dirías al público que verá Dioses de México (100%)?
HD: Algo que he aprendido de los mismos personajes es definitivamente una de las cosas más importantes que me quedan también a mí del proyecto, es que todas las cosas están interconectadas, nosotros con ellas y que esta relación es sagrada y en el mundo rural esto lo entienden muy bien.