El director de Papá por siempre reveló el “lado B” del caótico rodaje de la comedia con Robin Williams: “Se nos fue de las manos”
Papá por siempre, la comedia basada en la obra de Anne Fine, Madame Doubtfire, cumple 30 años. Con motivo del aniversario, su director, Chris Columbus, recordó cómo fue trabajar con Robin Williams en la exitosa película que tuvo un presupuesto de 25 millones de dólares y recaudó más de 440 a nivel global.
En el largometraje, el fallecido intérprete personificaba a Daniel Hillard, un hombre que, al no poder tener contacto con sus hijos, se hace pasar por una afable empleada doméstica para trabajar en la casa de su exesposa, Miranda (Sally Field). En diálogo con la publicación Business Insider, Columbus contó que siempre tuvo la idea de hacer una remake de la película, pero que ese deseo nunca pudo concretarse. En la actualidad, baraja la posibilidad de realizar un documental sobre el rodaje, ya que tiene “972 cajas” con más de 100 horas de material que quedó fuera de la producción final.
“Cuando empezamos con el proceso de rodaje, Robin se acercó y me dijo: ‘Hola jefe, si te parece, a mí me gusta trabajar de la siguiente manera: te doy tres o cuatro tomas que estén en el guion y después jugamos un poco’”, recordó el cineasta . “Esa fue su manera de decirme que quería improvisar y así fue exactamente cómo filmamos cada escena. Pudimos filmar ceñidos al guion, y después Robin empezaba a hacer lo suyo y era una cosa maravillosa de ver”, apuntó el cineasta.
Debido a la velocidad con la que Williams gestaba diferentes gags, el supervisor del guion “se rindió” y dejó que el actor hiciera lo suyo. “ Improvisaba tanto, que nos quedábamos sin cinta; en la era moderna, en el mundo digital, no hubiésemos terminado de filmar nunca ”, bromeó Columbus. El caos en el set también se trasladó al sistema de filmación. El realizador debió incorporar más cámaras al rodaje para no dejar nada librado al azar.
“Pusimos cuatro cámaras extra que registraran lo que hacía Robin todo el tiempo, porque nadie sabía qué iba a decir, y además queríamos capturar las reacciones del resto de los actores” . En relación a sus colegas, el cineasta contó que tanto Pierce Brosnan como Sally Field “lucharon mucho para mantenerse en personaje” y no reírse ante las bromas del comediante.
Al rever el material, Columbus consideró contratar a un montajista para trabajar con todas las tomas que no se usaron en lo que definió como una filmación que se le fue de las manos, pero de la mejor manera posible. “Nos encantaría convocar a un editor para que mire todo lo que tenemos”, expresó el director sobre el contenido de las 972 cajas. “Queremos mostrar el proceso de Robin” , añadió en una entrevista con Insider. “Hay algo muy especial y mágico en lo que hacía, en cómo abordaba su trabajo, que creo que sería divertido de ver”.
La viuda de Robin Williams reveló el calvario que vivió el actor
El actor de En busca del destino, quien se quitó la vida el 11 de agosto de 2014, a los 63 años, se encontraba lidiando con una enfermedad degenerativa denominada Demencia de Cuerpos de Lewy. Su viuda, Susan Schneider aludió, en 2022, a cómo fueron los últimos meses de vida de su esposo.
La mujer reveló que hasta 2013 el estado de salud de Williams era óptimo, pero que en medio de la celebración de su segundo aniversario de bodas, comenzó a quejarse de un “malestar estomacal”. A ese síntoma le siguió un temblor en su mano izquierda que, en una primera instancia, le fue atribuido a una vieja lesión en el hombro.
Con el correr del tiempo, el comediante experimentó una serie de dolencias aparentemente inconexas que desaparecían y volvían a aparecer de manera arbitraria . Aquel primer síntoma tuvo, además, muchas derivaciones, ya que el actor comenzó a sentir también calambres estomacales, problemas digestivos y acidez.
Asimismo, Robin empezó a sufrir problemas en la vista que se combinaron con la pérdida del olfato . Es decir, la suma de todas sus dolencias y la imposibilidad de que los médicos llegaran a un diagnóstico preciso y a tiempo hizo que Williams comenzara a desarrollar trastornos del sueño y a experimentar episodios de ansiedad.
“Fue como un desfile interminable de síntomas, y no todos se hacían presentes a la vez. ‘¿Qué síntoma le toca este mes?’ Llegué a preguntarme si mi marido era hipocondríaco. Acudimos a todo tipo de especialistas, pero no había respuestas. Lo intentamos todo ”, recordó Schneider. “Robin y yo sabíamos que pasaba algo más, él estaba en lo cierto cuando me dijo, ‘yo solo quiero reiniciar mi cerebro’. En ese momento, le prometí que íbamos a llegar al fondo de todo, lo que no sabía es que eso ocurriría después de su muerte”, sumó la última mujer del querido actor.