Disney entierra el legado de Buzz Lightyear con el que muchos crecimos

Disney se resiste a dejar morir a Toy Story, y no es para menos, porque la que se erige como la franquicia estrella de Pixar les ha propiciado una ingente cantidad de premios, buenas críticas y millones de dólares en taquilla y venta de merchandising. Sin embargo, tras el cierre perfecto que fue Toy Story 3 y lo innecesaria que lució su cuarta entrega, no parecía que las aventuras de Woody y Buzz Lightyear tuvieran mucho más que ofrecer sin perder la calidad y emoción por las que siempre se han caracterizado. Así, este 2022, han decido seguir adelante dejando la historia principal de la saga y lanzándose con un spin-off que aspiraba a llevar el universo de los juguetes hacia nuevos terrenos.

Se trata de Lightyear, la nueva película animada que llega a los cines a partir del 17 de junio. Una producción que se presenta como la película que el personaje de Andy vio en los 90 y le llevó a comprar el muñeco de Buzz que conocimos en Toy Story. No obstante, aunque pueda parecer una idea original e idónea para seguir explotando esta gallina de los huevos de oro, es una propuesta que Disney ya realizó en los 2000, cuando tras el éxito de las dos primeras películas, y sobre todo tras las ideas tan atractivas que se presentaron sobre Buzz Lightyear en Toy Story 2, siguieron expandiendo la franquicia con producciones enfocadas al mercado doméstico.

Póster de 'Lightyear' y de la serie 'Buzz Lightyear: Comando estelar' (Foto: Disney/Pixar)
Póster de 'Lightyear' y de la serie 'Buzz Lightyear: Comando estelar' (Foto: Disney/Pixar)

Hablo de la serie Buzz Lightyear: Comando Estelar, ficción de animación 2D realizada para televisión que se inspiraba en la misma idea que la nueva película de Pixar, es decir, en las supuestas aventuras de Buzz que Andy vio en su infancia. Su argumento nos presentaba al astronauta de Toy Story y a sus variopintos compañeros de misión salvando la galaxia del malvado emperador Zurg, lo que les llevaba a vivir aventuras de todo tipo en los más remotos planetas del espacio. Y sin lugar a duda, fue toda una alegría para los que en nuestra infancia vivimos obsesionados con Toy Story y queríamos más aventuras de los juguetes.

La serie, estrenada en el año 2000, vino precedida de una película que sirvió como episodio piloto y se editó en formato doméstico, la que fue conocida como Buzz Lightyear: La película. Esta incluso incluyó una introducción con Woody, Buzz y el resto de los juguetes de Andy poniendo en su televisión el VHS de la película, lo que hizo que muchos incluso la considerábamos como una supuesta Toy Story 3.

En mi caso, al igual que me pasó con los VHS de Toy Story, acabé desgastando la cinta de vídeo de tanto verla y no hubo fin de semana en el que no me levantara deseando ver la serie en Club Disney. Y es que coincidió que uno de los detalles que más me gustó de Toy Story 2, que fue una de las primeras películas que vi en el cine de pequeño, fue la introducción con Rex jugando a un videojuego sobre Buzz y la presentación de Zurg como el malvado villano de su universo, siendo inevitable que en aquel momento, cuando tenía unos 5 años, quedara prendado de estas producciones menores para el mercado doméstico.

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Por esta razón, para mí ha sido un shock enorme ver que Disney ha producido Lightyear haciendo caso omiso a la serie y película de los 2000. Y es que la nueva producción de Pixar obvia por completo lo acontecido en aquellos títulos de antaño para narrar un relato completamente diferente.

En concreto, la historia de Lightyear gira sobre cómo el astronauta y su equipo de misión se quedan atrapados en un planeta remoto por una avería en su nave, lo que lleva a Buzz a una aventura que le hará valorar el trabajo en equipo y el placer de los pequeños detalles de la vida. Se nos cuenta cómo Buzz formó su equipo o comando estelar y cómo se adentra en un entramado de viajes temporales que le hará encontrarse con el malvado Zurg, que tiene un enfoque muy diferente al que siempre se nos presentó en Toy Story.

No quiero entrar en spoilers, pero digamos que Zurg, que en la saga de los juguetes siempre se nos habló de él como el malvado emperador de toda la galaxia al más puro estilo Darth Vader, ahora es un personaje más recogido que entra en conflicto con Buzz por choques de ideales personales. Ahora, el villano no busca hacerse con el control del universo o destruir razas y planetas como antaño, simplemente recuperar una vida pasada. Y esto me parece un auténtico paso atrás. No solo por cargarse la esencia y maldad del villano, sino por dejar atrás el legado con el que muchos hemos crecido.

Y puede que la nostalgia me guarde una mala pasada, pero todos los secundarios que formaban parte de la película y serie de los 2000 me parecen incluso a años luz de los que presenta Lightyear. La princesa Mira Nova, el robot XR o el torpe y encantador Booster, los que conformaban el equipo estelar de Buzz de antaño, tenían mucha más carisma y gracia que los de esta nueva cinta, a los que creo que le falta gancho y pulir más su personalidad. De hecho, pocos días después de haber visto la película, apenas me acuerdo de un par de ellos. Y creo que tiene una explicación: Lightyear, al igual que otras producciones de Pixar como Cars, parece estar planteada para volver a potenciar la venta de juguetes de Toy Story. Y al final, prima más presentar un acabado técnico sobresaliente y diseños que lucen de muerte que dar prioridad al guion, cuyas buenas ideas, que las hay, pasan sin pena ni gloria por pantalla.

Fotograma de 'Lightyear' (Foto: Disney/Pixar)
Fotograma de 'Lightyear' (Foto: Disney/Pixar)

No sé cómo habrá envejecido Buzz Lightyear: Comando Estelar o Buzz Lightyear: La película, no me atrevo a comprobarlo porque estoy seguro de que ahora mismo las vería como producciones pequeñas y sin muchas aspiraciones. Pero lo que sí tengo claro es que fueron títulos que de pequeño me marcaron y a los que tengo mucho cariño. Y que Disney los obvie ahora con una película que tira por la borda casi todas sus ideas me resulta hasta doloroso. Y con obviar me refiero a que ni siquiera los tienen disponibles en su plataforma de streaming, cosa que si que pasa con la mayoría de las series de esa época como la de Lilo & Stitcho Kuzco: Un emperador en el cole.

La intuición me hace pensar que, en su intención de vender Lightyear como un producto novedoso dentro de Toy Story que se aleja de lo construido antaño, lo mejor era guardar la serie y la película de los 2000 en el cajón del olvido, para no dejar en evidencia el agotamiento de esta franquicia, volver a atraer a los espectadores a los cines y seguir vendiendo juguetes.

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