Disney se ve en una encrucijada por sus últimas decisiones con el streaming

A Disney no todo le está saliendo a pedir de boca. Aunque la compañía del ratón Mickey siga en lo más alto gracias a su fuerte catálogo repleto de muchas de las más importantes franquicias de nuestros tiempos, ya hemos visto que acaban de afrontar un descalabro importante en cines por el fracaso de Lightyear. La taquilla de este spin-off de Toy Story apenas ha recaudado 187,5 millones de dólares ante un presupuesto que se estima en 200, todo un jarro de agua fría valorando que se trata de una de las sagas más potentes de Pixar y que el título no parece que vaya a tener mucha más vida en salas.

Los resultados llevaban a pensar que, ante la pandemia, el público familiar había perdido el hábito de ir al cine y que estas películas no volverían a funcionar como antes en taquilla, un punto de vista potenciado por el éxito en streaming de cintas como Encanto tras su poca trascendencia en cines o el estreno directo en plataformas de títulos como Red o Luca. Sin embargo, la realidad parece muy distinta a lo que anticipa el caso de Disney. Y no hay más que ver que Minions: El origen de Gru, la nueva entrega de esta popular saga de animación de Universal, se ha estrenado batiendo récords que no se veían desde antes de la pandemia.

Fotograma de Lightyear, el spin-off de Toy Story (Foto: Disney / Pixar)
Fotograma de Lightyear, el spin-off de Toy Story (Foto: Disney / Pixar)

En concreto, esta secuela de Los Minions ha recaudado un estimado de 127.9 millones de dólares durante el puente festivo del 4 de julio en Estados Unidos. Sin ajustar por inflación, se trata del mejor debut histórico de una película estrenada en la festividad del Día de la Independencia, superando así el récord previo que ostentaba Transformers: El lado oscuro de la luna con 115 millones. Sin duda, el dato choca con el debut de Lightyear, que solo recaudó 51 millones durante su estreno, dejando claro que el problema no es que el público familiar no se sienta atraído por la experiencia en la gran pantalla, sino que las últimas decisiones comerciales tomadas por Disney tal vez estaban muy desencaminadas.

Hablo de su estrategia con el streaming, a la que desde la llegada de Disney+ y el estallido de la pandemia han dado prioridad por encima de los estrenos en la gran pantalla. Primero lo vimos en 2020 con películas como Artemis Fowl, Mulán o Soul que se estrenaron directamente en su plataforma sin pasar por cines, algo entendible valorando las pocas opciones que tenían los estrenos en salas ante el avance del COVID-19. Después, ante la inseguridad que seguía dando la taquilla en 2021, apostaron por estrenos simultáneos en Disney+ y cines con Raya y el último Dragón, Cruella, Luca, Viuda Negra o Jungle Cruise, una estrategia que ante los pobres resultados que seguían obteniendo en cines y la recuperación que empezaban a mostrar las salas no tardaron en dejar de lado.

No obstante, ante el éxito de Disney+, la casa Mouse no quiso dejar plantada tan a la ligera a su plataforma, por lo que anunció a bombo y platillo que todas sus películas podrían verse tan solo 45 días después de su estreno en su servicio de streaming. Esta estrategia rompía con la ventana de exhibición tradicional de dejar sus títulos tres meses en exclusiva a los cines, lo que inevitablemente aún daba razones al público para no abandonar la comodidad del streaming ni pagar el precio de una entrada de cine.

Aunque en aquel momento, a finales de 2021, aún se podían relacionar los ingresos irregulares de la taquilla a la pandemia, es innegable que títulos como Shag-Chi, Eternals o Encanto, las primeras películas de Disney en adoptar esta estrategia, podían haber dado mucho más de sí, ya que ninguna de ellas pasó de la barrera de los 500 millones de dólares. Fue especialmente notorio en el caso de Encanto, que en cuanto llegó a Disney+ en navidades no tardó en convertirse en un fenómeno casi a la altura de títulos como Frozen. Y esto dio una falsa percepción de que al público familiar le iba a costar volver a ver este tipo de producciones a las salas y que a partir de ahora las visualizaciones se dividirían bastante entre streaming y cines. Y como consecuencia, y de nuevo ante las inseguridades que generaba la taquilla, volvieron a atreverse a estrenar títulos potentes directos a Disney+ como Red de Pixar buscando la rentabilidad en suscripciones.

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Al final, se estaba mandando un mensaje de que no es necesario acercarse al cine para disfrutar de una producción de Disney, especialmente con los títulos familiares que no generan una sensación de urgencia y de evento como Lightyear. Por ejemplo, en el caso de Marvel es muy distinto, puesto que ante la expectación que genera la franquicia de superhéroes el público no duda en acercarse en masa a disfrutar cuanto antes de estos títulos. De ahí que películas como Doctor Strange en el multiverso de la locura sí estén logrando cifras que rozan los mil millones de dólares, aunque también habría que valorar el papel que jugaron títulos de la franquicia no pertenecientes a Disney como Spider-Man: No Way Home en recuperar el hábito de ir al cine de los marvelitas.

Pero con el cine familiar hablamos mayormente de padres que buscan mantener a sus hijos entretenidos. Y si en Disney+ vas a tener Lightyear tan solo un mes y medio después de su estreno en salas no se siente necesario desembolsar el extra de la entrada de cine, sobre todo valorando la necesidad de comprar varias entradas para los diferentes miembros de una familia y que la plataforma no para de ampliar catálogo con un montón de producciones que ya cumplen la función de entretener a los más pequeños. Y esto, como bien nos ha dejado ver el éxito de Minions: El origen de Gru, está siendo un tremendo error por parte Disney.

Y es que Universal Pictures, estudio responsable de estas criaturas amarillas, ha seguido una estrategia muy contraria a la de la casa Mouse. Aunque durante la pandemia sí apostaron por el streaming con estrenos directos en plataformas como Trolls 2 o simultáneos en Peakock y cines como Los Croods 2, han preferido guardarse sus títulos potentes hasta el momento más idóneo para su debut. No hay más que ver que esta secuela de Los Minions iba a estrenarse en verano de 2020 y ha sufrido un no parar de retrasos hasta su estreno el pasado fin de semana. Pero más importante aún es que Universal no establece una ventana de exhibición fija para sus títulos. Es decir, que Minions: El origen de Gru no tiene fecha segura de estreno en streaming y su llegada a plataformas puede alargarse todo lo que Universal quiera. Y el mensaje que mandan es muy diferente: Si quieres ir a ver una película como Los Minions tienes que ir al cine, porque el streaming es algo secundario en donde tardarás mucho en disfrutar de una de tus franquicias más queridas.

Los resultados están claros, Lightyear se ha estrellado y Los Minions han vuelto por todo lo alto batiendo récords. Y en ambos casos hablamos de franquicias millonarias muy reconocidas por el público. Aunque Disney vea provechosa su estrategia para potenciar su plataforma, el streaming no deja de ser una sustitución del mercado doméstico de los DVD o Blu-Ray cuyos beneficios pueden ser muy justos para rentabilizar producciones de más de 200 millones de coste como este spin-off de Toy Story. Y no creo que a un gigante como la compañía del ratón Mickey le interese limitase a los títulos menores que potencia este modelo de negocio, lo que les pone en una encrucijada que debería de hacerles replantear su estrategia.

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