'El dolor crónico me ha ayudado a conocer mi faceta de emprendedora'

Se llama Blanca de la Cruz y es un ejemplo de superación y lucha contra la adversidad. Pero ella no quiere hablar de combatir ni de ganar o perder, sino de 'reinventarse'. Y es que cuando la vida te pone a prueba y tienes que decir adiós a todo lo que habías construido y logrado, tienes que buscar otras alternativas para levantarte y seguir caminando.

Su experiencia con el dolor crónico empezó hace 14 años, cuando tenía tan solo 21. "Si te soy sincera, jamás había escuchado hablar del dolor crónico. Aunque sí que estaba acostumbrada a vivir con dolor, ya que llevaba muchos años bailando y este forma parte de la danza", nos cuenta. Por ejemplo, "con 9 años tenía dolores de rodillas, pero nada alarmante. Fue con 19 cuando estos fueron más intensos y limitantes. Luego se me pasaron a las piernas hasta que con 21 años el dolor inundó todo el cuerpo.

Y entonces su vida cambió. Pasó de ser muy activa, de viajar mucho, a encerrarse entre cuatro paredes. "Los dos primeros años pasé la mayor parte de los días en la cama. Luego empecé a moverme al sofá". Para ella era todo un reto, puesto, como nos confiesa, es una persona muy extrovertida, así que aprender a estar sola o a entretenerse estando tumbada fue una gran hazaña.

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El dolor crónico no le impide seguir creando

Precisamente, un sofá es la ilustración de la portada de su libro 'Reinventarse ante la adversidad' (Ed. Alienta), en el que cuenta su historia personal y cómo hizo todo lo posible para, pese a su situación, disfrutar de la vida. Como ella misma nos explica, "convivir con el dolor ha sido y sigue siendo un camino de autoconocimiento profundo. Incluso, lo que me ha llevado donde estoy, ya que me ha enseñado muchas cosas que quizá hubiera tardado años en aprender".

Blanca de la Cruz ha descubierto, por ejemplo, su faceta emprendedora. "¡Jamás me consideré como tal!. Sin embargo, "me convertí en fotógrafa, luego creé mi academia de marketing y fotografía y, lo último que he hecho es escribir mi libro". Y es que, aunque físicamente se encuentra más limitada por el dolor crónico que padece, mentalmente sigue en plena ebullición.

"Antes mi vida era un no parar de viajes, salidas, ensayos... ¡Siempre estaba metida en algo'". Pero cuando llegó el diagnóstico 'síndrome de sensibilidad central', tuvo que seguir activa, pero de otro modo. "Mi mente no para y me gusta meterme en todo lo que me motiva, ya sea fotografía, nuevos negocios, ponencias o, escribir un libro. Me gusta crear, me mueve el alma y aunque mi cuerpo lleve otro ritmo, mi mente va por delante.

Nos cuenta que sigue pasando muchas horas en el sofá. De hecho, esta entrevista la está contestando en pleno brote. Como confiesa, "estoy pagando las consecuencias de haber salido anoche a cenar porque era mi cumpleaños". Pero también señala que es algo a lo que se ha ido acostumbrando lidiando con la frustración. "No me gusta nada estar tumbada, pero no me queda otra por ahora".

Nos advierte de que la aceptación es algo complejo, sobre todo, siendo una persona a la que le gusta hacer cosas constantemente y estar en todos lados. Pero también se alegra de que, gracias al tratamiento, en el 2019 tuvo una gran mejora física y el tiempo de sofá se redujo. "¡Fue increíble!", exclama. Es más, hace 8 meses ha podido ya independizarse y vivir sola sin que tenga que 'cuidarla', lo que ha sido un gran paso para ella. "Aunque siempre he sido una persona muy independiente".

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Cómo afecta el dolor a la salud mental

Hablando de cómo afecta esta situación a la salud mental, afirma que sí, que tiene un gran impacto. "El dolor y la limitación de movilidad afecta mucho a la salud mental y es algo con lo que lidio a diario. A veces lo llevo mejor, otras peor. Lo que más me ayudó a mí fue descubrir la fotografía y las redes sociales. Estas fueron mi conexión con el mundo y me brindaron la oportunidad de crear mi propio negocio".

También insiste en que estaba acostumbrada a vivir movida por la pasión hacia la danza, así que el tener que decir adiós a eso le hizo sentir completamente vacía y perder gran parte de su identidad, por eso al encontrar otras formas de canalizar su creatividad y sus emociones volvió a tener ilusión.

Hace mucho hincapié en lo importante que es tener una pasión, una motivación. "Por ejemplo, el hecho de escribir el libro era una motivación para mí y así lo es siempre con cada sueño/objetivo que me pongo. Creo que tener sueños y perseguirlos es fundamental para sentirnos realizados y vivir más felices. Eso no quita que haya momentos muy difíciles, pero se llevan mejor cuando sabes que estás viviendo la vida que has elegido tú y que te llena. Bueno y, por supuesto, ¡ir a terapia para mí es fundamental!", concluye Blanca de la Cruz.

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