La última portada de Marca revela mucho más que una polémica contra el racismo

24 años separan estas dos portadas con mensajes bien diferentes.
24 años separan estas dos portadas con mensajes bien diferentes.

Las respuestas al presunto episodio racista que se vivió en el estadio Ramón de Carranza este domingo no se han hecho esperar. Personalidades del ámbito deportivo, de la cultura o de la política se han aventurado a dar un veredicto sobre un hecho no probado: que el defensor del Cádiz CF, Juan Torres ‘Cala’, llamó “negro de mierda” al jugador del Valencia CF, Mouctar Diakhaby. En este punto, hay dos versiones antagónicas -lo que denuncia el francés es negado por el español-, y dos reacciones contrapuestas tras el supuesto incidente -Diakhaby estaba fuera de sí y acabó en la grada cariacontecido, mientras que Cala no pudo esconder en ningún momento su gesto de preocupación-.

Sobre esta base se han sucedido tuits, manifestaciones, artículos e incluso portadas que han dictado sentencia, como la que ha sacado el diario deportivo Marca este lunes 5 de abril.

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Ha sido tan aplaudida por muchos lectores hastiados de los episodios racistas, como criticada por haber tomado partido por la versión de Diakhaby antes de que hubieran pruebas concluyentes. Incluso hay algunos usuarios que no olvidan y tampoco perdonan lo que el mismo periódico llevó en primera página el 6 de agosto de 1997, día en que se disputó la final de los 1.500 metros del Mundial de Atletismo de Atenas.

Los velocistas españoles, Fermín Cacho y Reyes Estévez se veían las caras con dos oponentes que amenazaban con cortar sus aspiraciones de lograr la medalla de oro: el marroquí, Hicham El Guerrouj, y el argelino, Noureddine Morceli, ambas leyendas del atletismo internacional. El duelo estaba asegurado y Marca decidió apostar por una portada arriesgada, no en vano, en pleno verano y con el fútbol de vacaciones, era necesario seguir vendiendo ejemplares en los quioscos a toda costa. En la previa a la carrera, los representantes españoles aparecían a toda página frente al Partenón de Atenas bajo el titular, “leña al moro”. Lo que pretendió ser una frase con gancho sobre las ganas de nuestro atletismo a desbancar a los reyes del momento, se convirtió en un desprecio que ha pasado a la historia.

La portada polémica de Marca en 1997 (Marca/Twitter/@renaldinhos)
La portada polémica de Marca en 1997 (Marca/Twitter/@renaldinhos)

Aquella tarde, media España vibró con una carrera para el recuerdo en la que Cacho quedó segundo y Estévez tercero en un sprint antológico con el que superó a Morceli a escasos metros de la meta. El primer puesto y la medalla de oro fue para un El Guerrouj inconmensurable, que no dio opción a sus rivales. Muchos recordarán la carrera y algunos, quizás los menos, serán capaces de rememorar la portada que Marca llevó el día 7 de agosto: “moro, plata y bronce”.

Aquellos titulares de “leña al moro” y “moro, plata y bronce”, fueron dos expresiones racistas inaceptables pero aceptadas por la generalidad de una España que esbozó su sonrisa al leerlas. Entonces, pocos lo vieron como una ofensa y la decisión editorial de sacarlas adelante no fue más que un reflejo de la sociedad de aquellos años. Y no es que en la actualidad hayan desaparecido los que disfrutan con ese tipo de mensajes, pero afortunadamente no son tantos. Los tiempos han cambiado e incluso ahora, las disculpas en el editorial que Marca publicó el día 8 de agosto de aquel año hubieran sido catalogadas de insuficientes. En ella se podía leer, “no hemos querido molestar”, y dentro del texto se defendió la intencionalidad de aquellas dos portadas con frases como “no sería necesario, pero queremos hacerlo ante quienes se han sentido ofendidos” o “si hemos utilizado el término moro es porque no creemos, porque no lo tiene, que tenga un componente peyorativo para denominar a los marroquíes”.

Por suerte, hoy en día los responsables editoriales son capaces de filtrar este tipo de mensajes, e incluso de identificar que no es la gran mayoría la que debe decidir si un término es peyorativo o no, sino la minoría que se puede sentir herida. Han pasado casi 24 años desde aquellas portadas y comprobar que en la actualidad Marca se opone al racismo de una manera tan fulminante es, como lo fue antaño, un reflejo de que la sociedad está más concienciada que nunca ante este tipo de acciones. Se puede criticar a la publicación por dictar sentencia en el caso Diakhaby-Cala antes de que hayan aparecido pruebas o conclusiones tras una investigación sobre el supuesto episodio racista, pero de ahí a usar titulares del siglo pasado para sacarles los colores hay un trecho. Se ha recorrido mucho camino y lanzar un mensaje solidario como el de “no estás solo” hace más bien que mal. Lo demás, los insultos racistas, los homófobos, los relacionados con el credo, el aspecto físico, el sexo o cualquier otra cosa que sirva para herir a otra persona - incluidos los rivales en el terreno de juego - son, en muchísimas ocasiones, fruto de la ignorancia de gente que no sabe ni lo que dice. Ya es hora de que vayan aprendiendo.

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