El drama de Judi Dench: al borde de la ceguera total, la actriz atravesó “el momento más traumático” de su vida
En 2014, Cate Blanchett recibía su segundo Oscar de las manos de Daniel Day-Lewis. La australiana había brindado una interpretación brillante en Blue Jasmine, de Woody Allen, y su carrera hacia la estatuilla dorada no había presentado demasiados sobresaltos. Es decir, el reconocimiento no la tomó por sorpresa y, como los discursos de aceptación ya le venían resultando familiares, decidió hacer algo diferente al obtener el galardón de la Academia: brindó palabras muy cálidas sobre el trabajo de las otras cuatro actrices que aspiraban al premio, entre ellas, Amy Adams (por Escándalo americano), Sandra Bullock (Gravedad), Meryl Streep (Agosto), y Judi Dench (Philomena).
No fue casual que la actriz dejara para el final a la intérprete británica, quien se había ausentado de la entrega en el mítico teatro Dolby. “Judi Dench no está aquí esta noche porque está en la India. Hizo una película tan exitosa a los 79 años que está allí filmando la secuela. Ojalá yo pudiera tener una carrera así”, expresó Blanchett mientras los asistentes a la ceremonia aplaudían. Efectivamente, en ese momento la actriz oriunda de York se encontraba en pleno rodaje de El exótico Hotel Marigold 2 de John Madden, cineasta con el que había trabado en Mrs. Brown y en Shakespeare apasionado, film por el cual recibió su único Oscar hasta la fecha en la categoría secundaria.
En pocas palabras, Blanchett sintetizó a la perfección lo que significa una figura como Dench en la industria: una actriz de vasta trayectoria teatral (su debut sobre las tablas se produjo en el año 1957 nada menos que con el rol de Ofelia en Hamlet) que en cine nunca dudó en apostar por proyectos bien diversos. Si uno recorre su filmografía se puede encontrar con el clásico de James Ivory A Room with a View, con sus colaboraciones con Kenneth Branagh en las adaptaciones de William Shakespeare, su aparición en la saga de James Bond con el rol de M, sus intervenciones breves pero poderosas en films como Orgullo y prejuicio y Jane Eyre y, claro, el largometraje en el que trabajó con Blanchett, Escándalo, de Richard Eyre, donde ambas se sacaban chispas en la adaptación de la novela de Zoë Heller.
Cuando Blanchett hablaba del éxito de Dench se refería precisamente a su longevidad en una industria que puede ser cruel con actrices de su edad, industria en la que la actriz se ganó un lugar de prestigio y en la que, al mismo tiempo, demostró que podía ser un valor agregado en taquilla, como remarcó la australiana. Por lo tanto, si bien en retrospectiva no deja de ser injusto que su único Oscar lo haya obtenido por una participación de escasos minutos -”Estuve ocho minutos, así que creo que merezco solo una parte de esta estatuilla”, dijo al recibirla con humildad-, lo cierto es que ese efímero paso por el film de Madden no era más que un testimonio de lo que siempre logra papel tras papel: dejar una impronta independientemente del tiempo en que esté en pantalla.
Tomemos como ejemplo Belfast, el film de tinte autobiográfico de Kenneth Branagh que se estrena este jueves en salas, y que aspira a siete premios Oscar. Dench volvió a colaborar con el realizador luego de un impasse en sus trabajos en conjunto en cine (en 2017 Dench fue parte del elenco de Asesinato en el Expreso de Oriente, donde Branagh se estrenó como Hércules Poirot), y lo hizo con el personaje de la abuela de Buddy, ese niño que a sus nueve años observa con desconcierto lo que sucede en la capital de Irlanda del Norte a fines de los 60, cuando se suscitó el conflicto norirlandés conocido como The Troubles.
Dench no integra muchas escenas de Belfast, pero Branagh le otorga una secuencia clave, en la que le basta solo una mirada memorable para ratificar el peso que tiene y lo enorme que es. La Academia notó esto una vez más y la nominó por octava vez al Oscar en un momento complejo de su vida.
El diagnóstico que cambió su vida
Hace exactamente diez años, Dench fue diagnosticada con degeneración macular, un trastorno ocular que va destruyendo progresivamente la visión central. Cuando recibió la noticia y cuando comenzó a notar esa pérdida de visión, la actriz fue categórica respecto a su carrera: no solo no se retiraría, sino que buscaría el método para convertir una situación dramática en una oportunidad para desarrollar nuevas habilidades. Ella mismo lo explicó en una gala benéfica organizada por la Vision Foundation. “Tuve que encontrar otra manera de aprender frases y diálogos”, compartió. “Grandes amigos me los dicen una y otra vez, así que tengo que aprender mediante la repetición. Solo espero que la gente no lo note”, manifestó Dench, quien ya no puede leer los guiones por sí misma.
Entre esos grandes amigos se encuentra Branagh, con quien coprotagonizó la puesta de Cuento de invierno de Shakespeare en 2015, año en el que le pidió al director que la ayude a posicionarse en el escenario para el monólogo final que tiene el personaje de Paulina. “Ahora tengo que confiar en los demás, tengo que pedir ayuda”, añadió. Sin embargo, a sus 87 años, no deja que el trastorno en su visión determine su destino y, en las escasas entrevistas que brinda, reitera que alejarse de su carrera nunca estuvo en sus planes.
Dench y el “momento más traumático” que atravesó
En 2019, en diálogo con RadioTimes Interview , Dench aludió a los problemas en su visión e hizo mención a una situación muy dura que vivió. “En 2017 dejé de conducir. Ese fue el momento más traumático de mi vida, fue devastador para mí, pero al mismo tiempo sabía que iba a matar a alguien si tomaba el volante”, añadió con franqueza. Ella, una mujer autosuficiente, debió lidiar con un impedimento que le costó aceptar.
Asimismo, enumeró todo aquello que ya no realiza. “No puedo hacer un crucigrama, leer el diario, no puedo leer un libro”, detalló el año pasado en diálogo con The Guardian. “Pero algo veo”, apuntó. En la misma entrevista, Dench contó que una de sus actividades favoritas durante la cuarentena fue hacer videos para TikTok con su nieto, Sam, y confesó que nunca rechazó un papel en su carrera. “No estoy bromeando, siempre acepté cada personaje que me ofrecieron”, reveló, aunque hizo una salvedad.
“El único papel al que le diré que no es al de una mujer de 86 años con ceguera”, dijo entre risas. “Lo que más disfruto son los personajes oscuros y que no me encasillen, eso no me gusta, me molestan las etiquetas”, remarcó. “Es por eso que el rol de Barbara en Escándalo es mi favorito de todos los que he hecho”, aseguró la actriz al recordar esos extraordinarios intercambios con Blanchett que le valieron a ambas nominaciones al Oscar ¿Se vendrá este año la segunda estatuilla para Dench? El 27 de marzo se develará el misterio. Mientras tanto, la actriz, incansable, aguarda el estreno el año próximo de Allelujah, el nuevo largometraje de Eyre en el que promete brindar otra interpretación brillante.