Los duques de Cambridge con sus hijos, y Carlos de Inglaterra con Camilla de Cornualles asisten a la tradicional misa de Navidad
Mientras que en Nochebuena los miembros de la realeza británica intercambian regalos y disfrutan de una cena familiar, a la mañana siguiente se suelen trasladar todos al servicio religioso de Navidad que tiene lugar en el interior de la iglesia de Santa María Magdalena, ubicada en Sandringham. Sin embargo, la situación sanitaria ha obligado a algunos de ellos a modificar sus planes por precaución y a celebrar unas fiestas mucho más reducidas por segundo año consecutivo en el castillo de Windsor, donde actualmente Isabel II tiene fijada su residencia. Las circunstancias son diferentes y han tenido que adaptarse a las nuevas necesidades, por lo que hoy la Reina ha decidido no acudir finalmente a la misa. Sí lo han hecho en la capilla de San Jorge el príncipe Carlos junto a su esposa, Camilla de Cornualles, quien iba con paraguas en mano por las inclemencias del tiempo, así como el príncipe Eduardo y su mujer, Sofía de Wessex, además de los duques de Gloucester.
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Por su parte, los duques de Cambridge han sido vistos saliendo del servicio religioso en la iglesia de Santa María Magdalena con sus tres hijos. La pareja, que ha celebrado este día tan especial en su residencia de Norfolk, saludaba desde el interior del vehículo mientras conducían rumbo a casa para la comida de Navidad. El príncipe Guillermo vestía de traje y corbata, mientras que Kate Middleton, sentada en el asiento del copiloto, lucía una chaqueta a cuadros, un jersey de cuello vuelto y un sombrero de plumas. El príncipe George, de ocho años, la princesa Charlotte, de seis y el príncipe Louis de tres ocupaban la parte trasera del automóvil. La pequeña, muy sonriente y sentada entre sus hermanos, llevaba un abrigo con botones.
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Se trata de la primera Navidad que la Reina pasa sin el duque de Edimburgo, fallecido el pasado mes de abril a los 99 años, escasos días antes de cumplir 100. Además, aunque estaba previsto que sus hijos, nietos y bisnietos la arroparan en estas complicadas fechas, finalmente no puede tener cerca a todos sus seres queridos. La princesa Ana, su única hija, se encuentra cumpliendo cuarentena en su casa de Gloucestershire tras el positivo en coronavirus esta misma semana de de su marido, Sir Timothy Laurence. Quienes tampoco la acompañan son los duques de Sussex, puesto que tienen su residencia fijada en Estados Unidos. Además de haberse trastocado sus planes, los últimos meses no han sido fáciles para la soberana, quien ha tenido que cancelar varios compromisos oficiales por problemas de salud. A pesar de todos los inconvenientes, no se descarta que la Reina pueda viajar a Sandringham en enero, donde, si sigue la costumbre permanecería hasta el 6 de febrero, coincidiendo con el aniversario de la muerte de su padre, Jorge VI.
Al margen de los momentos difíciles, lo cierto es que Isabel II también tiene un importante motivo para seguir viviendo con intensidad la Navidad ya que su familia ha crecido. A lo largo de 2021 se ha convertido en bisabuela cuatro veces más. En febrero nacía August Philip Hawke, el primer hijo de Eugenia de York y Jack Booksbank, mientras que en marzo Zara y Mike Tindall se convertían en padres por tercera vez con el pequeño Lucas Philip. Los dos niños fueron bautizados juntos en noviembre en la Capilla de Todos los Santos del Royal Lodge (Windsor) en presencia de la Reina. Además, en junio los duques de Sussex daban la bienvenida a Lilibet Diana y en septiembre llegaba al mundo la pequeña Sienna Elizabeth, hija de Beatriz de York y Edoardo Mapelli. El nombre de sus dos nuevas bisnietas es, además, un homenaje a la soberana.