Durero trae al Hermitage lo mejor de la Edad de oro de la pintura alemana

San Petersburgo (Rusia), 18 jun (EFE).- La impronta del célebre renacentista Alberto Durero llega al Hermitage con una exposición única del grabado germano de los siglos XV y XVI, considerada la Edad de oro de la pintura alemana.

"Durero es el artista más importante del renacimiento alemán y resultó que todos los maestros de su tiempo le veían como una referencia. Especialmente aquellos que se dedicaron al arte gráfico, al grabado, no pudieron eludir su influencia", comentó hoy a EFE Svetlana Muráshkina, curadora de la exposición que será inaugurada el miércoles al público.

Es por ello que el museo de San Petersburgo decidió presentar la exposición "La época de Durero", en la que él es la punta de lanza, con grabados icónicos como "Los jinetes del Apocalipsis" o "Némesis", para toda una pléyade de artistas germanos que bebieron de su genialidad.

Un maestro indiscutible

Para la especialista en grabado y responsable de la colección de gráfica alemana de los siglos XV al XVII, Durero "era un maestro indiscutible, el artista alemán más conocido, el único que siempre gozó de un reconocimiento internacional incluso en su tiempo".

Para Natalia Sepman, también curadora de la muestra, uno de los méritos indiscutibles del célebre grabador fue el de llevar a Alemania "el interés en la representación correcta de las proporciones del cuerpo humano".

"Antes de él a los pintores alemanes esto no se les daba muy bien y él se pasó la vida estudiando las proporciones, las técnicas italianas, cómo los italianos representaban la belleza de las figuras, y sus seguidores aprendieron mucho de él", explicó.

Pero, sobre todo, Durero "revolucionó" el arte del grabado y "lo convirtió de un arte menor en algo comparable a la pintura", añade.

Durero y sus discípulos

Es una muestra prácticamente única que junta por primera vez en más de medio siglo (1969) obras de artistas tan conocidos como Martin Schongauer (1448-1491), Hans Holbein el Viejo (1465-1524), Lucas Cranach el Viejo (1472-1553) y a otros maestros de la gráfica alemana, junto a raras obras anónimas.

Se trata de un arte intenso, concentrado: el público -cosa rara en el Hermitage, que blinda las obras maestras que expone con sistemas de alarma que chillan ante cualquier intento de aproximación- puede permitirse mirar de cerca estas minúsculas piezas, donde las filigranas del dibujo entretejen historias de dioses y humanos.

"Durero era un hombre temeroso de Dios. Y a la vez, era un ferviente admirador de la ciencia, de las matemáticas, algo que se ve en su obra", señala Muráshkina, al observar si bien al igual que todos los artistas de su época abordaba temas bíblicos o religiosos, en muchos casos también mostraba pasajes mundanos.

Así, los dibujos y grabados expuestos muestran fiestas campestres con danzas y convites, familias de hortelanos rumbo al mercado, gente común que atiende sus preocupaciones cotidianas, centradas en la supervivencia diaria.

El Hermitage rescata tesoros de sus arcas

La exposición reúne un total de 151 láminas, de las cuales 50 son dibujos y el resto, grabados, obras que por su fragilidad no pueden exponerse permanentemente al público y pasan la mayor parte del tiempo en los fondos del museo, junto a decenas de miles de obras gráficas, muchas de las cuales todavía siguen sin identificar o catalogar, según admiten los expertos del Hermitage.

Es por ello que el museo destinó varias de sus salas a poner en marcha una galería de gráfica con exposiciones transitorias que ahora acogerá estas joyas del arte alemán hasta septiembre próximo.

Para mostrar los tesoros escondidos en sus arcas, el Hermitage sacó a la luz para esta exposición un dibujo anónimo de la escuela alemana fechado en la década de 1430 que muestra a los tres reyes magos, y que según Sepman, por las características de sus trazos es un boceto para un panel de altar.

"El dibujo es la base de todo: la pintura, el grabado, las artes decorativas, la escultura. Pero el interés en el dibujo solo surgió en el siglo XVIII, por lo que la mayoría de estas piezas de los siglos XV y XVI se perdieron y no llegaron hasta nuestros días, ya que eran consideradas apenas bocetos", lamenta la curadora.EFE

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