¿A partir de qué edad conviene comenzar a tomar suplementos de colágeno?

Sabes la teoría, que el colágeno es un suplemento muy recomendable y conoces sus beneficios. Pero tal vez una de las preguntas, podríamos decir, del millón, es a partir de qué edad es recomendable comenzar a tomar suplementos de colágeno. Aunque no existe una "edad mágica" para comenzar a tomar suplementos de colágeno, muchas personas se plantean cuándo comenzar a incluirlo en su rutina de cuidados para prevenir los signos del envejecimiento y mantener una buena salud articular y cutánea. Para dar respuesta a esta duda hemos preguntado a la farmacéutica y nutricionista Laura Salud, CEO de Salmo Labs, y nos cuenta, lo primero, que nunca es tarde para probar los beneficios de los suplementos de colágeno y que se pueden aprovechar sus beneficios independientemente de la edad.

Cuándo se debe comenzar a tomar colágeno

La farmacéutica nos explica que aunque lo ideal es incorporarlo a partir de los 25-30 años como prevención, si ya notas signos de envejecimiento en la piel, molestias en las articulaciones o pérdida de firmeza, el colágeno sigue siendo un gran aliado. “A partir de los 25-30 años, nuestro cuerpo empieza a producir menos colágeno, lo que se traduce en pérdida de elasticidad en la piel, primeras arrugas y molestias en las articulaciones.  Lo ideal es empezar antes de notar los signos visibles del envejecimiento, como prevención, pero si ya sientes piel más flácida o molestias articulares, aún estás a tiempo de reforzar tu salud desde dentro”, nos cuenta la experta.

Distintos tipos de colágeno

Otra de las dudas que nos surge es si hay distintos tipos de colágeno más efectivos en función de los distintos grupos de edad. Tal y como explica Laura Salud, sí que existen distintos tipos de colágeno y los indica en función de la edad:

• A partir de los 25-30 años: Lo ideal es el colágeno tipo I y III, que contribuye a la firmeza de la piel, cabello y uñas. En esta etapa, es clave prevenir la pérdida de elasticidad y arrugas.

• A partir de los 40-50 años: Aquí es cuando la producción de colágeno cae drásticamente. Se recomienda combinar colágeno tipo I, II y III, añadiendo el tipo II, fundamental para la salud articular y ósea.

• Mayores de 60 años: El foco debe estar en la protección articular y ósea, por lo que el colágeno tipo II, junto con magnesio y ácido hialurónico, es la mejor opción para mantener la movilidad y reducir molestias.

¿Cómo influye el estilo de vida en la necesidad de tomar colágeno?

Sin duda, el estilo de vida tiene un impacto directo en la producción y degradación del colágeno. “Factores como la mala alimentación, el estrés, la exposición al sol, el tabaco y la falta de sueño aceleran su pérdida, provocando envejecimiento prematuro, flacidez y molestias articulares”, nos cuenta la farmacéutica, que añade que en estos casos, complementar con colágeno hidrolizado y vitamina C puede ser clave, haciendo mención a la importancia de combinar el colágeno con otros suplementos.

¿Qué otros suplementos o vitaminas pueden potenciar los efectos del colágeno?

De hecho, la farmacéutica nos explica que para maximizar los beneficios del colágeno, es clave combinarlo con otros nutrientes que potencien su absorción y acción en el cuerpo:

• Vitamina C: es esencial para formar colágeno, sin ella nuestro cuerpo no puede fabricarlo, por eso debe ir siempre en las fórmulas de los suplementos con colágeno.

• Ácido hialurónico: Mantiene la hidratación y elasticidad de la piel, además de mejorar la lubricación de las articulaciones.

• Magnesio: muy importante en la formación del colágeno y la salud muscular y ósea.

• Zinc y cobre: estos no son tan necesarios para potenciar los efectos del colágeno pero son un plus para la regeneración de tejidos y la protección contra el envejecimiento.

¿Todo el mundo necesita tomar colágeno?

Es un hecho que estamos ante uno de los suplementos de moda, pero, ¿todo el mundo debería tomar suplementos de colágeno? En opinión de la farmacéutica, aunque el colágeno es uno de los suplementos más populares, no todo el mundo lo necesita en forma de suplemento. Si llevas una alimentación equilibrada, rica en proteínas (carne, pescado, huevos, legumbres) y antioxidantes (frutas y verduras), tu cuerpo puede producir suficiente colágeno de manera natural.

“Sin embargo, hay situaciones en las que suplementarse puede ser beneficioso: a partir de los 25-30 años que es cuando la producción de colágeno empieza a disminuir, si tienes problemas articulares, piel seca o flácida, o si tu estilo de vida (estrés, tabaco, exposición solar) acelera su degradación”, indica.

¿En qué casos está especialmente indicado?

El colágeno en forma de suplemento está especialmente indicado, tal y como nos cuenta la farmacéutica, en situaciones donde su producción natural se ve reducida o cuando el cuerpo necesita un extra para mantener su buen estado. Por ejemplo: a partir de los 25-30 años que su producción disminuye progresivamente, deportistas, personas con dolor articular o desgaste de cartílago, para mejorar la recuperación ósea y muscular, y en casos de envejecimiento y flacidez de la piel, cabello y uñas frágiles.

“En todos los casos, la clave es elegir un colágeno de calidad, hidrolizado y acompañado de vitamina C para mejorar su absorción”, indica Laura Salud.

¿Hay que realizar pausas en la toma de los suplementos de colágeno?

En opinión de la farmacéutica,  no es estrictamente necesario hacer pausas en la toma de colágeno, ya que es un suplemento seguro y bien tolerado a largo plazo. Además, sus efectos beneficiosos se incrementan con el uso prolongado. Si aun así se desea realizar algún descanso, se puede hacer un descanso al año de 1 a 3 meses.

¿Está contraindicado en algún caso?

Por último, también nos resuelve esta duda tan habitual sobre si se trata de un suplemento que pueda estar contraindicado en algún caso. “Es un suplemento seguro para la mayoría de las personas, pero hay algunos casos en los que se debe tener precaución o consultar con un profesional antes de tomarlo, sería el caso de los alérgicos o intolerantes, los que tengan problemas renales, enfermedades metabólicas o digestivas como los fenilcetonúricos principalmente”, concluye.