Edgar Vivar se sincera en CCXP Brasil

CIUDAD DE MÉXICO, diciembre 7 (EL UNIVERSAL).- Desde el chófer del taxi hasta el turista argentino, cuando un sudamericano sabe que eres mexicano, siempre hacen la misma pregunta: "¿Es verdad que en México no les gusta El Chavo del Ocho? Aquí es un fenómeno".

Manejando por São Paulo, un conductor insiste: "Mi hija de siete años es fanática de Chávez", como le dicen en portugués a El Chavo del Ocho, y subraya: "Yo crecí toda mi vida viendo su programa".

Al llegar a la CCXP, un argentino insiste, conversando con su acompañante, en preguntar: "En México no es un gran fenómeno como lo es aquí o en Argentina".

El programa, creado en 1973, sigue siendo tema de conversación en 2024, ahora en São Paulo, Brasil, en el marco de la Comic Con Experience, convención donde todas las marcas del entretenimiento televisivo se reúnen para traer adelantos exclusivos y experiencias a sus fanáticos, que en su quinta edición en la ciudad sudamericana recibe como uno de sus invitados a Edgar Vivar, quien daba vida al Señor Barriga.

A su llegada, ayudado por una silla de ruedas motorizada, Vivar pasó desapercibido y fue saludado tímidamente por algunas personas que lo rodeaban. Pero al llegar al escenario Palco Ultra, pareció regresar en el tiempo: se puso de pie y fue aplaudido.

Recordó, en compañía de sus fanáticos brasileños, entre otras cosas, su buena relación con Roberto Gómez Bolaños "Chespirito" y la forma en que él trabajaba para llevar lo mejor a su público.

"Era muy perfeccionista. Todo estaba fríamente calculado. Entregaba el guion con una semana de antelación a todos los actores y había que memorizar todas las líneas", contó Vivar, hablando un buen portugués.

"Durante el ensayo se podía improvisar un chiste. Si era bueno y estaba acorde con el personaje, se quedaba. Si no tenía nada que ver, era un chiste político o temporal", dijo.

Pero no todo fue siempre éxito y alegría interpretando al Señor Barriga y a Ñoño. Que lo asociaran únicamente con sus personajes por su físico lo acomplejó en algún momento de su trayectoria.

"Me reconocieron como Señor Barriga, entonces para mí fue como si me señalaran y dijeran que estaba gordo. Pero era mi problema, no el del público. Finalmente, pasó a ser parte de mi vida", recordó.

En aquel momento en que aceptó el papel, Vivar tenía 21 años. Hoy, a los 75, incluso se ha vuelto más importante que su propio nombre. El Señor Barriga y Ñoño pasaron a ser parte de su identidad.

"Ahora me resulta extraño cuando alguien me reconoce y no me llama Señor Barriga. Han pasado muchos años, y entonces el público empieza a llamarme por mi nombre: finalmente, hoy soy Edgar Vivar, Señor Barriga", expresó.

Así como estos personajes son parte de su día a día, también lo siguen siendo para miles de fanáticos que lo despidieron después de su presentación entre aplausos.

Se despide, pero la gente lo tiene siempre presente, incluso —como dicen los sudamericanos— más que en México. Incluso, más que personalidades que se presentaron el primer día, como Giancarlo Esposito. Y lo seguirán recordando por sus chistes, como pregunta una peruana: "¿Cómo va ese chiste? Ah, ya recuerdo, el de ‘Tenga buena barriga, señor noche’".