El discurso de los Oscars que más burlas ha desatado tenía una triste explicación

Si entonces se hubiera sabido la razón, es probable que nadie se hubiera reído nunca.

Sally Field en su discurso de aceptación en los Oscars. (Getty Images)
Sally Field en su discurso de aceptación en los Oscars. (Getty Images)

Noventa y cinco años dan para mucho, y sino que se lo pregunten a la Academia de cine. Un total de 94 ceremonias que han otorgado miles de premios Oscars y nos han dejado para el recuerdo momentos de todo tipo. Desde emotivos a románticos, bizarros e históricos. Sin embargo, uno de los más destacados tiene como protagonista a Sally Field y no precisamente por el glamur y reconocimiento que merecía.

Sus palabras y emoción extrema al ganar la segunda estatuilla de su carrera la convirtieron en el hazmerreír de la industria y el mundo entero, siendo incluso imitada por Madonna y La Máscara. Pero si entonces se hubiera sabido la triste historia que había detrás de su discurso, es probable que nadie se hubiera reído nunca.

Corría el año 1985 cuando Sally Field pasó de ser la actriz que Hollywood comenzaba a admirar, a la burla de los pasillos de la industria. Tanto es así, que varias décadas después la gente la recordaba más por aquel discurso que por sus papeles en cine. Por entonces tenía 38 años y ganaba el segundo Oscar de su carrera por En un lugar del corazón. Subió al escenario mucho más emocionada que la primera vez, cinco años antes, cuando lo ganó por Norma Rae, y tras agradecer al director, al reparto y a su familia, dio las gracias a sus colegas de profesión por haberla votado.

No he tenido una carrera ortodoxa y quería más que nada tener el respeto de ustedes. La primera vez no lo sentí” dijo mientras la emoción, casi exagerada, la inundaba. “Pero esta vez lo siento. Y no puedo negar el hecho de que les gusto. Ahora mismo, ¡a ustedes les gusto!” Y apresurada, distraída y bajo la presión del momento que parecía haberse autoimpuesto, salió aquella frase final.

Sin embargo esos segundos la sentenciaron como recurso para la broma fácil a lo largo de los años siguientes.

Una de las más conocidas la protagonizó Jim Carrey en una de las escenas más recordadas de La Máscara (1994), cuando su personaje pretende estar actuando una interpretación moribunda, para de repente hacer de cuenta que recibe una estatuilla. Imitando, entonces, a Sally y sus palabras.

Incluso Madonna hizo su versión cuando recibía un premio en los MTV VMA's de 1989, y hasta la propia Sally se sumó a la moda años más tarde repitiendo la frase en Legally Blonde 2 y un comercial para Charles Schwab.

Pasaron más de treinta años hasta que Sally habló públicamente de aquel momento de su vida en un podcast de The Hollywood Reporter, en el cual reveló que su carrera -iniciada cuando tenía 12 primaveras- y su vida personal siempre estuvieron repletas de altibajos. “Nada fue nunca fácil para mí” reveló, afirmando que se vio forzada a interpretar personajes que no quería, como la serie The flying nun, obligada por su padrastro; y que tuvo que luchar contra el sistema para ganarse los papeles que añoraba, como Norma Rae cuando el estudio no quería ficharla.

Cuando ganó su primer Oscar no lo disfrutó, debido al criticismo constante de Hollywood. Tenía miedo de disfrutar el momento por miedo a ser destruida por las críticas.

La parte dura de este negocio es que destrozan, examinan y desechan tu alma, tu cuerpo, tu persona… se convierte en un verdadero desafío el levantarse de nuevo y sacudirse el polvo.

Tras no vivir aquel momento con alegría, decidió que si lo ganaba de nuevo, no iba a permitir que el miedo se apoderara de ella y fue a la ceremonia de 1985 con la determinación de vivir y sentir lo que pasara. Lo ganó, superando a estrellas enormes como Judy Davis, Vanessa Redgrave, Sissy Spacek y Jessica Lange, pero no se esperaba la sorpresa que la Academia tenía guardada.

Para obligar a que los ganadores dieran un discurso breve, la Academia había implementado una nueva técnica de encender una luz sobre el rostro de los ganadores para advertirles que debían ir terminando. “Comenzó a tocar la orquesta, intentaron ser gentiles, pero de repente tenía una luz enorme, roja, brillando intermitentemente en el rostro. Fue como si la policía estuviera persiguiéndome así que entre en pánico”. Y salió aquella frase final “¡Les gusto!”

Field bajó del escenario sin recordar lo que había dicho, convencida de que no había articulado nada significativo, sin saber que sus palabras en realidad la perseguirían por el resto de su vida. A pesar de haberse convertido en una de las bromas más repetidas en Hollywood, en realidad, lo que Field intentó expresar fue que se sentía en la cima de su carrera, consciente de que había estado en lo más bajo y podría estarlo de nuevo. “¿Cómo verbalizas un momento así?” se preguntó en el podcast. “¿Cómo iba a describir lo que era, esa comunicación entre audiencia y actor? Y eso fue lo que salió”.

A Sally le entristeció que sus palabras se hayan sacado de contexto y no la comprendieran, y aprendió que “la gente quiere destruir esa emoción fácilmente o ridiculizarla y burlarse. Cuando realmente fue emoción cruda”.

Sally Field en la premiere de
Sally Field en la premiere de "Winning Time: The Rise Of The Lakers Dynasty" de HBO en el The Theatre at Ace Hotel el 2 de marzo de 2022 en Los Angeles, California. (Photo by JC Olivera/WireImage)

Desde entonces solo consiguió una nominación más, y a actriz de reparto, por Lincoln en 2013. Unos 28 años después. A partir de aquella estatuilla comenzó una etapa de papeles secundarios -a excepción únicamente de Magnolias de acero- siendo recordada sobre todo como la ex de Robin Williams en Sra. Doubtfire, la madre de Tom Hanks en Forrest Gump, o la tía May de The amazing Spider-Man y su secuela.

Con el paso del tiempo la industria parece haber olvidado aquel momento que tanto marcó a Sally a lo largo de varios años. Lamentablemente la fama, el reconocimiento y la exposición albergan un lado cruel que llega de repente y sin aviso. De todos modos, nosotros la seguimos celebrando por esos trabajos inolvidables que nos ha ido dejando en la historia del cine. Actualmente la podemos ver en el catálogo de HBO con la nueva serie Tiempo de victoria: la dinastía de Los Lakers sobre la vida personal y profesional de los Lakers de los 80.

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