El efecto ‘sorpresa’ (no la frecuencia) es la clave para disfrutar más del sexo
La intriga y la espontaneidad es la llave para que nunca se apague el deseo sexual
Para los que aún no lo tenían claro, hoy voy a intentar zanjar el tema de una vez por todas: Tener más sexo no te hace más feliz (y a tu pareja tampoco). Es más, puede llegar a producir el efecto contrario.
Un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Carnegie Mellon, en Pittsburgh (EE.UU), tira por tierra el dicho de que cantidad vence a calidad o de que tener más (de lo que sea) siempre es mejor.
En concreto, el trabajo, publicado en la revista The Journal of Economic Behavior & Organization, afirma que tener más relaciones sexuales nos hace más infelices.
El “aquí te pillo, aquí te mato” le hará más feliz que hacerlo por decreto ley. (Foto: Getty Images)
“A pesar de que parece plausible que el sexo podría tener efectos beneficiosos sobre la felicidad, es igualmente plausible que la felicidad afecta el sexo, o una tercera variable, como que la salud afecta a ambos”, cuenta George Leowenstein, profesor de economía y psicología en la Universidad Carnegie Mellon.
Para demostrarlo Leowenstein y su equipo reclutaron a 64 parejas voluntarias, heterosexuales y casadas de manera legal, con edades comprendidas entre los 35 y 65 años. El objetivo de averiguar cómo afecta a la felicidad a la frecuencia sexual.
El primer grupo tenía que continuar con la frecuencia semanal de sus relaciones sexuales, mientras que el segundo tenía que duplicarla.
Además, para medir el estado de ánimo de cada pareja, se les pidió que cumplimentaran diariamente varios cuestionarios valorando sus niveles de satisfacción, placer y felicidad.
A ellos les pone que tomes la iniciativa, ¡no te cortes! (Foto: Getty Images)
Pasados tres meses, los investigadores descubrieron que el grupo al que se le pidió que tuviera más relaciones sexuales había experimentado una disminución de la felicidad, así como de su deseo sexual y de su disfrute.
“Al contrario de lo que cabría esperar, se observó un débil impacto negativo de inducir a la gente a tener más relaciones sexuales en el estado de ánimo“.
Los expertos creen que la causa de esta ‘infelicidad’ no está relacionada tanto con la cantidad (tener que practicar más sexo) sino por el hecho de tener que hacerlo por narices. Es decir, por haber perdido esa ‘magia’, esa sensación de incertidumbre sobre lo que pasará y cuándo. Y es que cuando tenemos que hacer algo por obligación ya no nos apetece ni nos gustan tanto.
O sea que, según esta investigación, para disfrutar (de verdad) del sexo es mejor que surja de forma natural, sin programarlo.
“El deseo de tener relaciones sexuales disminuye mucho más rápidamente que el disfrute del sexo una vez que se ha iniciado, explica Tamar Krishnamurti, coautor del estudio.
Por tanto, para que nunca se apague la chispa del deseo, los expertos aconsejan que en lugar de centrarnos tanto en el aumento de la frecuencia sexual intentando llegar o mantener los niveles del principio de una relación, “las parejas deberían esforzarse en crear un entorno estimulante que despierte su deseo y que haga que el sexo sea aún más divertido”.
Vamos que doblar la frecuencia del sexo semanal no va a hacer más feliz a tu pareja porque la disminución en la espera hace que se disfrute menos del sexo.
Por tanto, si quieres sentirte realizado sexualmente, estar satisfecho y hacer feliz a tu pareja, lo importante es concentrarse en la calidad y no la cantidad.
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