El éxito de Ursula Andress jamás hubiera sido el mismo sin el bikini de James Bond

Pocas veces se habla del estancamiento que vivía la actriz en Hollywood antes del bikini de 'Dr. No'

Ursula Andress, un ícono del cine y sex-symbol de Hollywood gracias al bikini de 'Dr No', 1962. (Foto de Silver Screen Collection/Getty Images)
Ursula Andress, un ícono del cine y sex-symbol de Hollywood gracias al bikini de 'Dr No', 1962. (Foto de Silver Screen Collection/Getty Images)

Hace más de seis décadas que Ursula Andress erigió de los mares convertida en estrella. Tenía 25 años cuando encontró su lugar en Hollywood, saliendo de las aguas caribeñas con el bikini blanco de El satánico Dr. No (1962). Una secuencia que no solo la coronó como la primera ‘chica Bond’, sino que la llevó a escribir un capítulo especial en la historia del cine a través de una de las introducciones cinematográficas más inolvidables del séptimo arte.

La escena disparó su carrera, convirtiéndola en sex-symbol y estrella codiciada de la noche a la mañana. Sin embargo, quién sabe si la actriz y modelo suiza hubiera llegado tan lejos sin ese vestuario de dos piezas.

Estancada en Hollywood y en plena juventud

Andress acaba de cumplir 88 años retirada de la vida pública, lejos de los escándalos amorosos, las escenas sensuales, los posados de revistas y el cine ligero que tanto marcó su ascenso al estrellato internacional durante los años ’60 y ‘70, para vivir afincada en Roma, lejos de Estados Unidos (vendió su casa de Beverly Hills en 2017 por $2.28 millones). “Nada de entrevistas, ni apariciones”, le contestó a un periodista del periódico británico The Telegraph cuando la llamó en 2022 por el 60 aniversario de El satánico Dr. No al ser la única protagonista superviviente desde la muerte de Sean Connery en 2020. Y colgó la llamada tras la escueta declaración.

A su edad y tras una extensa carrera como personaje público resulta normal que busque privacidad y cierta normalidad. Pero la huella ya quedó marcada y siempre será recordada por ese bikini emblemático.

Nacida el 19 de marzo de 1936, Ursula Andress creció hablando varios idiomas y llegó al mundo del cine por pura casualidad. Su travesía comenzó en París donde se encontraba estudiando arte. Allí conoció a un novio 14 años mayor que ella, fugándose juntos a Roma porque su madre le había prohibido que la relación continuase. El problema era que Ursula solo tenía 17 años y la Interpol se terminó involucrando hasta encontrarla.

Fue en aquella época, mientras se encontraba en la capital italiana, que un productor de cine le ofreció que hiciera una prueba de cámara al verla en una fiesta. Y así comenzó a aparecer en películas italianas con papeles pequeños o secundarios… hasta que un ejecutivo de Hollywood la convenció para que probara suerte al otro lado del charco.

Ursula Andress llegó a Hollywood a los 19 años en 1955. Es decir, siete años antes de que le ofrecieran el papel en la primera película de 007. Había llamado la atención lo suficiente como para conseguir un contrato con Paramount Pictures y, un año después se pasaba a Columbia. Pero en todos esos años, con sueldo asegurado y un supuesto futuro como actriz en marcha, no hizo ninguna película. Nada. Cero. Estaba en la meca del cine y entre 1955 y 1962 no apareció delante de ninguna cámara. El mundo solo la conocía por haber sido una de las últimas chicas que había estado románticamente involucrada con James Dean antes de su muerte en septiembre de 1955.

James Dean y Ursula Andress fueron pareja antes de la muerte del actor en 1955. (Foto de Michael Ochs Archive/Getty Images)
James Dean y Ursula Andress fueron pareja antes de la muerte del actor en 1955. (Foto de Michael Ochs Archive/Getty Images)

Al parecer, uno de los problemas de su estancada carrera era su marcado acento alemán. Un artículo de 1977 detallaba que la actriz estuvo “sentada en los estudios durante años sin trabajar” porque “alguien en el estudio se había olvidado de arreglar clases de inglés para ella”.

Y entonces llegó el bikini que la catapultó al éxito.

Cuando un bikini equivale a carrera

Después de pasar siete años estancada en Hollywood llegó la oportunidad que lo cambiaría todo. Dos semanas antes de comenzar el rodaje de El satánico Dr. No le ofrecieron el papel de Honey Ryder, la buceadora que se ganaba la vida vendiendo conchas marinas en Jamaica. Según varias fuentes, los productores estaban convencidos de que era la candidata perfecta después de ver fotos tomadas por su marido de aquel entonces, John Derek, y Ursula aceptó el papel después de que un amigo de la pareja, Kirk Douglas, la convenciera en una fiesta.

Probablemente, en aquel momento, ni Ursula sabía la importancia que tendría una sola escena en toda su carrera: Honey Ryder saliendo del mar como si fuera la Venus de Botticelli, bronceada, escultural y con un bikini blanco que ayudaba a provocar el impacto visual que pretendía la secuencia. Y se hizo legendaria.

Ursula Andress se convirtió en estrella de la noche a la mañana gracias a un bikini. (Foto de Sunset Boulevard/Corbis via Getty Images)
Ursula Andress se convirtió en estrella de la noche a la mañana gracias a un bikini. (Foto de Sunset Boulevard/Corbis via Getty Images)

El bikini era sencillo, una creación de la diseñadora de vestuario Tessa Prendergast en colaboración con Andress, que lograba establecer el concepto de femme fatale a través de un cinturón ajustado a la cintura y una funda para sujetar un puñal. Aquella salida del mar mientras cantaba Under the mango tree es lo que más se recuerda de la película y de la carrera de Ursula Andress. Fue tan icónico que, después de siete años sentada en los bancos de los estudios de Hollywood, de repente tuvo una carrera.

“Fue un gran momento para mí”, recordó a Sunday Post en 2018. “Creo que ese bikini simple marcó toda la diferencia en mi carrera. Me convirtió en un éxito. Había hecho pocas películas antes pero nada con el impacto de la escena de Dr. No”.

“Después de ser la primera chica Bond, recibí oferta tras oferta y podía elegir entre los papeles que había. Es un misterio. Todo lo que hice fue llevar un bikini en Dr. No -ni siquiera uno pequeño- y en una noche lo conseguí. Me dio independencia financiera y me cambió la vida por completo”.

Fíjense si el bikini consiguió elevarla al protagonismo internacional que pocos saben que su actuación fue retocada con una actriz de doblaje. Y es que su acento alemán era tan fuerte que los productores temían que provocara rechazo entre los espectadores estadounidenses, así que la doblaron con la voz de Nikki van der Zyl, una actriz alemana afincada en Inglaterra que prestó sus cuerdas vocales a otras chicas Bond de la saga, como Shirley Eaton, Eunice Gayson, Claudine Auger, entre otras. Su voz se utilizó en diez películas de James Bond y nunca apareció en los créditos oficiales. Ni siquiera es Ursula la que canta el tema cuando sale del mar. La voz que escuchamos es la cantante Diana Coupland.

Pero nadie se dio cuenta ni a nadie le importó. El bikini y la sensual secuencia en El satánico Dr. No hicieron sombra a cualquier detalle añadido de su actuación. Y en ese momento nació una estrella. Su siguiente película fue acompañando a Elvis Presley en Diversión en Acapulco (1963), rellenando tabloides de la época con rumores de romance. Más tarde acompañó a figuras como Frank Sinatra, Dean Martin y Marcello Mastroianni mientras vivía romances mediáticos con Marlon Brando, Jean-Paul Belmondo, Mastroianni, su compañero de Furia de titanes (1981), Harry Hamlin (el padre de su único hijo), Fabio Testi, Julio Iglesias y otros.

Hizo todo tipo de películas. Fue reina del grito en el cine de terror, apareció en dramas, comedias y hasta una parodia de James Bond. Ilustró la revista Playboy en siete ocasiones ("Porque soy hermosa", fue su explicación) y su nombre rellenó titulares de la prensa mediática infinidad de veces a raíz de sus relaciones. Pero nunca una secuencia volvió a generar el impacto de aquel bikini de 1962. Hasta la propia saga de 007 lo homenajeó con Halle Berry saliendo del mar en 007: Otro día para morir (2002) y Daniel Craig en Casino Royale (2006).

Ursula Andress vive alejada de los focos a sus 88 años después de una carrera marcada por el éxito y la adoración a su figura. (Foto de camilla morandi/Corbis via Getty Images)
Ursula Andress vive alejada de los focos a sus 88 años después de una carrera marcada por el éxito y la adoración a su figura. (Foto de camilla morandi/Corbis via Getty Images)

Curiosamente, Andress encontró el bikini en el ático de su casa en 2001 y lo subastó por $60.000 (CNN). En 2020 volvió a ser subastado y esta vez, si bien no se reveló el valor final por el que fue adquirido, se sugirió que podía ascender a los $500.000. En otras palabras, una pieza de coleccionista en toda regla.

En resumen, mientras su carrera continuó bajo la etiqueta de sex-symbol del séptimo arte, rellenando portadas de revistas y viviendo sus historias de amor bajo la atenta mirada del mundo, Ursula Andress sabe que llegó lejos gracias a ese bikini.

Hollywood la había descubierto pero durante siete años no supo qué hacer con ella, viviendo su juventud con contrato asegurado pero sin aparecer en una sola película. Hasta que un bikini la convirtió en mito legendario.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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