‘El faro’ o cuando las cadenas autonómicas la pifiaron metiéndose en un sector superpoblado

Cabecera de 'El faro' (YouTube)
Cabecera de 'El faro' (YouTube)

Por Miguel Ángel Pizarro.- Por octubre de 2013 se estrenó una de las producciones más ambiciosas de FORTA, la Federación de Organismos de Radio y Televisión Autonómicos, El faro. Cruce de caminos, la primera telenovela producción en el ámbito autonómico que tenía intención de triunfar a nivel nacional gracias a la unión de 12 cadenas autonómicas. Una propuesta que prometía, que fue pionera, al querer conquistar con un relato ambientado en el presente, pero que se convirtió en un fracaso que, tristemente, provocó que no se repitiera un proyecto que, de haber triunfado, hubiera servido de iniciativa para más coproducciones.

El faronarraba las vivencias de la familia Peña, propietaria de un restaurante situado en la costa gallega, llamado, justamente, El Faro. Clan trabajador y honrado, estaba enfrentado a la familia Muñoz, dueños de una empresa de construcción que buscaba hacerse con el local del restaurante con el fin de aumentar sus activos. En medio de esta dura batalla económica, surgía el amor entre Lucía Peña y Ricardo Muñoz, ambos pertenecientes a las familias rivales.

Tras muchos años sin proyecto conjunto que uniese a todas las cadenas de FORTA, que en ese momento, englobaba a Canal Sur, TV3, Telemadrid, la desaparecida Canal Nou, TVG, ETB, Televisión Canaria, Castilla-La Mancha Televisión (actual Castilla-La Mancha Media), Aragón TV, TPA e IB3, surgió este milagro. Solamente la murciana RTRM no participó, mientras que Canal Extremadura, a pesar de no ser parte de FORTA, sí que se unió para producir la telenovela.

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El momento en el que se produjo El faro fue una época difícil para buena parte de los canales autonómicos. En 2013, TV3, Telemadrid, IB3, Canal Nou y Televisión Canaria se enfrentaban a un ERE; Aragón TV externalizó sus servicios; TPA se enfrentó a varios despidos y TVG, Canal Sur y ETB lograron evitar entrar en un ERE gracias a decretos. Un contexto que se antojaba difícil para apostar por una producción ambiciosa en el entorno regional, puesto que cada episodio de la telenovela costaba 22.500 euros, una cifra que no era excesivamente alta, pero en un momento de crisis económica, generó algunas críticas.

Eso sí, a pesar de ser una producción que unió a 12 canales autonómicos, fue la gallega TVG la que pagó el 50% de la factura de la telenovela (la productora era la gallega Atlántida Media). Por ese motivo, la producción se realizó en gallego, pudiéndose ver en castellano gracias al doblaje. Y es ahí donde comenzó el principal problema, su doblaje. Como bien sabemos, de nada sirve realizar un buen producto si este no cuenta con una buena versión en español.

Su doblaje fue ampliamente criticado, lo que provocó que sus datos de audiencia fuesen muy malos en la mayor parte de los canales autonómicos. Su versión al castellano solo convenció en Aragón TV. Por el contrario, la ficción fue todo un éxito de audiencias en TVG, superando el 20% de share en las sobremesas, que sí que decidió apostar por una segunda temporada, después de que terminase el contrato de FORTA, que dio luz verde a una primera tanda de 120 episodios y un total de 2,7 millones de euros. Esto hizo que, finalmente, El faro llegase a tener un total de 510 capítulos y estuvo en emisión hasta el 28 de junio de 2016, logrando un Premio Iris. Eso sí, estos episodios solo pudieron verse en TVG.

Fue la decisión de rodarla en gallego la principal perdición de la ficción cuando su propósito principal había sido unir a todos los canales de FORTA. Precisamente, los culebrones de carácter regional, en los 90 y los 2000, supieron destacar en las cadenas autonómicas. Uno de los casos fue la andaluza Arrayán, que triunfó en Canal Sur entre 2001 y 2013, contando con 2.400 episodios repartidos en 13 temporadas; también la mítica El cor de la ciutat, emitida en la catalana TV3 entre 2000 y 2009, con 1.906 capítulos y 9 temporadas; sin olvidar la vasca Goenkale, que se vio en ETB entre 1994 y 2015, con 21 temporadas y 3.707 episodios.

Dado lo bien que funcionaban estas producciones de carácter local, tenía toda lógica que FORTA quisiese producir una que triunfase en los 12 canales. La premisa de El faro no era arriesgada, lo que permitía que pudiese disfrutarse en todo el país. Sin embargo, la decisión de no contar con un correcto doblaje provocó que lo que hubiera podido ser el inicio de una serie de producciones que convirtiesen a FORTA en una alternativa en la producción de ficciones, se quedase en aguas de borrajas.

Una lástima, puesto que, en la actualidad, bien podrían volver a unirse para la producción de otra telenovela.Con el fenómeno de las producciones turcas en pleno apogeo, las telenovelas españolas van a vivir un momento delicado con el final de Servir y proteger, la única en emisión a nivel nacional que está ambientada en el presente. Precisamente, ahora que ese hueco quedaría libre, sería el momento ideal para lograr una segunda oportunidad. Ojalá, aunque, tristemente, lo vemos poco probable.

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