El infierno silencioso de la sudoración excesiva

La sudoración excesiva se puede convertir en el infierno de muchas personas. Hay varios factores que propician esta condición llamada hiperhidrosis y que puede ser provocada por diversas causas. La menopausia, la diabetes, el trastorno de ansiedad, el uso de medicamentos o el estrés son, entre otros factores, algunos que hacen que la cara, las manos, las axilas o los pies suden más de lo habitual y cuenten con glándulas sudoríparas hiperactivas.

Un estudio de 2004 reflejó que en torno al 3% de los adultos estadounidenses padece algún tipo de hiperhidrosis, sin embargo, menos de la mitad han hablado con sus médicos sobre ello. El hecho de que muchos de los que tienen algún tipo de hiperhidrosis sufren en silencio y sin ir a un especialista provoca una consecuencia que a la postre puede crear un mal todavía más complicado de asumir: el rechazo social.

La sudoración excesiva se llama hiperhidrosis y afecta a más gente de la que pensamos. Getty Images.
La sudoración excesiva se llama hiperhidrosis y afecta a más gente de la que pensamos. Getty Images.

La marginación tiene muchos grados y ninguno es cómodo para el que lo sufre.

La sudoración es una manera en la que el cuerpo regula la temperatura, de esa manera, cuando el sudor se evapora, por la piel hace que el cuerpo se enfríe. El estrés es uno de los factores más comunes para esta manera excesiva se sudar y la palma de las manos suelen delatar al que los sufre.

Según la plataforma SciShow a través de un vídeo en Youtube, si los niveles de sudor cambiaron radicalmente, tanto que influyen en el día a día del que lo sufre, significa que esa persona sufre hiperhidrosis.

Es necesario que la hiperhidrosis deje de vivirse en silencio y se acuda a un especialista. Getty Images.
Es necesario que la hiperhidrosis deje de vivirse en silencio y se acuda a un especialista. Getty Images.

Por eso, urgen a quienes tienen esta condición que vayan a un especialista, que no lo sufran en silencio, ya que hay maneras para acabar con la sudoración excesiva: antitranspirantes más potentes, soluciones tópicas que taponan otros conductos de sudor o medicamentos orales anticolinérgicos con los que se bloquean la acetilcolina, el mensajero químico que evita que el cuerpo sude.

Todo sea por acabar con un problema que puede generar males mucho peores.

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