El luchador elegido por Jack Black para aparecer en 'Nacho Libre' que hoy es oficial de tránsito en Veracruz

Existen realidades que pueden confundirse con la ficción, o conviven bien los planos verídicos con los ficticios cuando ambos se mezclan. El cine es territorio fértil para ese tipo de anécdotas cuando se habla de rodajes o producciones que detrás de las películas también tienen sucesos por contar. Nacho Libre, dirigida por Jared Hess y protagonizada por Jack Black en 2006, ofrece una historia especial a 18 años de distancia con el ex luchador mexicano Dalia Negra, quien participó en el proyecto.

En la zona sur del estado de Veracruz se ubica el municipio de Agua Dulce. Su población es de 48 mil habitantes. Su sello hacia el exterior son las playas El Tortuguero y Las Palmitas, destinos turísticos. Allí es donde trabaja como agente de apoyo vial el señor Emiliano Quiroga, un hombre que a sus 74 años labora para conseguir su sustento.

En la primera quincena de marzo de este 2024 fue entrevistado por el canal de YouTube Distrito Digital Noticias. La cámara evidencia que el oficio de Quiroga implica estar de pie en vialidades donde se desempeña ayudando a agilizar el tránsito. Sin duda, una labor agotadora. Pero él se ve bien, en buenas condiciones, muy diferente a como lucen hombres de su edad con un mismo pasado que el de él.

Y es que el señor Emiliano fue Dalia Negra, un luchador rudo perteneciente al bando de los exóticos cuyo nombre le fue cedido en 1985 por Antonio Peña, el fallecido fundador de la empresa Triple A. Con ese personaje, Quiroga luchó en el Toreo de Cuatro Caminos hacia finales de los ochenta en la modalidad de independiente y a principios de los noventa se integró a los carteles de la Empresa Mexicana de Lucha Libre (EMLL) que se presentaban en la extinta Pista Arena Revolución.

Fue en ese recinto de Mixcoac donde llegó a obtener un plano estelar. Su momento de esplendor llegó a su tope en 1992 cuando se enfrentó en una lucha de máscara vs. máscara a Ciclón Ramírez y perdió. Dio a conocer su identidad, escribiendo así el final deportivo de Dalia Negra, un gladiador que también quedó en la memoria de aficionados por obsequiar flores al público antes de subir al ring.

Más de una década después Emiliano Quiroga reapareció con el atuendo y la careta que le brindaron su breve instante de fama en los noventa. Primero lo hizo para acudir a la audición de luchadores que llevó a cabo la producción de Nacho Libre, película que buscaba gladiadores mexicanos para que acompañaran a Jack Black en una de las secuencias.

Para sorpresa de los gladiadores aspirantes a ser parte del reparto, el actor fue uno de los responsables de darle el visto bueno a Quiroga para que se integrara al rodaje. “Fueron al gimnasio a hacer casting para ver quién les daba el personaje. Entre todos ellos, que fuimos muchos, estrellas y no estrellas, tal vez le caí bien a Jack Black y a Jared Hess, el director de la película, y les gustó mi personaje (Dalia Negra)”.

Junto a él fue elegido Abelardo Hernández, conocido en su faceta luchística como El Pandita, u Oso Panda. Ambos fueron seleccionados para figurar en las escenas de la lucha campal de la película. Sus motes en la ficción fueron Carlos Rosales y Muñeco.

“Para las grabaciones nos llamaban de Oaxaca a Ciudad de México. Nos pagaban el avión de ida y vuelta al Oso panda y a mí, que éramos los dos únicos de México. Eso fue durante mes y medio. Cada sábado nos pagaban el avión de ida y vuelta. Llegábamos a un hotel tres estrellas porque nos trataban como estrellas”.

La experiencia de involucrarse en el cine hollywoodense es un pasaje que protege en su memoria. Es un recuerdo que tiene presente por motivos como el trato recibido a manos de Jack Black, quien se portó de maravilla con él desde la audición, y Ana de la Reguera, actriz que iniciaba su internacionalización.

“Estaban a lado de nosotros Jack Black, el protagonista, y Ana de la Reguera, que era la protagonista. Comían junto a nosotros. No eran chocantes para nada. Nos trataron bien, con respeto. Les gustaba vacilar con nosotros”.

El ficticio Carlos Rosales luce a cuadro con una vestimenta azul marino con detalles negros repartiendo sillazos a sus contrarios. Al mismo tiempo es la resurrección del real Dalia Negra comportándose tal como lo hizo en el cuadrilátero antes de perder la máscara. La conexión Carlos Rosales-Dalia Negra de Nacho Libre es la simbiosis que resguarda como testimonio la existencia del personaje que al día de hoy el agente vial Emiliano Quiroga abraza con gratitud.

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