El regreso, bajo lupa, de la Sandra Bullock ‘post-Oscar’

Es el sueño de todo actor, director, guionista, productor, montador, sonidista… Vamos, de cualquiera que se dedique a esto del cine y su tarea cuente con categoría en los Oscar. Subir ahí, vestido de gala, marcarse un speech épico y llevarse la ansiada estatuilla dorada a casa. Algo con lo que fantasea la mayoría (siempre hay alguno que asegura que no) pero que está al alcance de solo unos pocos. Hace cinco años esto no era más que un sueño muy lejano para Sandra Bullock. Hasta que, un buen día, se hizo realidad contra todo pronóstico.

(Foto: Warner Bros.)

Con una carrera como la suya, dedicada especialmente a la comedia romántica, nada hacía presagiar que un día una de las novias de América recogería un Oscar por un papel. Quizás uno honorífico algún día… Sabido es el desinterés de los académicos por premiar según qué géneros. Ellos son más de las lágrimas de pena que de las risas. Sea como fuere, el caso es que un guión cayó en manos de Bullock para cambiarle la vida. Porque, digan lo que digan, un Oscar te cambia la vida. Al menos si te llamas Sandra Annette Bullock y siempre has destacado por tu talento para la comedia, romántica o a secas.

De pronto, la protagonista de Speed y Miss Congeniality, se convertía en una actriz dramática reconocida por la Academia. Fue gracias a su madre coraje adoptiva en The Blind Side. No era la primera vez que veíamos a Bullock metiéndose en papeles dramáticos, pero sí la primera que resultaba convincente y solvente. Tanto, que quienes votan el prestigioso galardón se lo reconocieron con un Oscar. Y ahí comenzó el cambio para su carrera. Era el año 2010.

(Foto: Warner Bros.)

Lo del premio y el reconocimiento por The Blind Side no fue cosa de un hecho aislado. Cuatro años después, Bullock volvía a estar sentada en el patio de butacas, nerviosa, con un discurso preparado, como nominada por su sufridora doctora astronauta de Gravity. Porque lo de George Clooney era solo el anzuelo. La verdadera protagonista de la ópera espacial de Alejandro González Iñárritu era Bullock. Lo que pasa es que ese año, 2013, estaban allí Cate Blanchett y su Blue Jasmine.

Dos nominaciones en cuatro años no está nada mal para una actriz como Bullock y más si se tiene en cuenta que desde que ganó el Oscar ha bajado el ritmo de producciones en las que participa. Ahora mira más con lupa los guiones en los que se involucra –su faceta de madre también la tiene muy ocupada– sin que el éxito dramático se le haya subido a la cabeza. Porque entre The Blind Side y Gravity solo ha estrenado dos películas y si bien Extremely Loud & Incredibly Close era un auténtico melodrama con la tragedia del 11S como telón de fondo, lo cierto es que en The Heat, junto a Melissa McCarthy, estaba totalmente desatada.

(Foto: © 2013 - Twentieth Century Fox Film Corporation.)

Eso fue entre nominación y nominación, porque después de la última, no la hemos visto. La oyeron quienes vieron en versión original Los Minions –ella era la que ponía voz a Scarlet Overkill–. Ahora, dos años después de Gravity, regresa a la pantalla con una comedia política que acaba de lanzar su tráiler. Un tráiler que va del drama a los gags más simples en cuestión de segundos.

En Our Brand Is Crisis, que se estrena a finales de octubre en USA, Bullock es una estratega política caída en desgracia. Está basada en un documental y, a tenor de lo visto en el tráiler, Bullock deberá mezclar a partes iguales drama y comedia con la presión de la crítica al completo pendiente de ella a la espera de que demuestre que sigue mereciendo el Oscar o que solo fue cosa de un día. Hay cosas que no se perdonan y el Oscar de Bullock sigue siendo polémico.