Elementos y Flash, los estrenos de mayor convocatoria en la Argentina, fracasan en los mercados más importantes del mundo

La película animada que fracasó en la taquilla global durante el fin de semana lideró anteayer en la Argentina la mayor convocatoria de público en los cines de todo 2023. Gracias sobre todo a Elementos, la más reciente producción de Pixar-Disney, se vendieron ayer algo más de 360.000 entradas en las salas de nuestro país, el número más alto en una sola jornada en lo que va de este año, según destacó el portal especializado Cines argentinos.

Esa cifra superó a los 359.000 tickets vendidos el 26 de mayo, también dentro de un rendidor fin de semana extra largo como el actual para los cines. Con la ayuda, sobre todo, de la enorme concurrencia del lunes, la taquilla local se recuperó después de un arranque de semana bastante cauteloso y superar de nuevo la marca del millón de entradas vendidas, en este caso dentro del período que va desde el jueves 15 hasta el lunes 19, según los datos de Ultracine. Los números definitivos del fin de semana XL se conocerán mañana.

Las cifras de concurrencia en los cines argentinos, además de ir de menor a mayor durante el fin de semana, se repartieron casi en su totalidad entre los tanques de Hollywood de estreno más reciente dentro de una cartelera cada vez más reducida en cantidad. Toda la oferta de películas programadas por las principales cadenas multipantalla no supera el total de diez títulos, casi todos producciones de alto impacto llegadas desde Hollywood.

Esta tendencia a la concentración extrema de la cartelera local arrastra una consecuencia obvia e inevitable: la escasa cantidad de títulos disponibles para renovarla cada semana. Esta sequía está llegando a límites preocupantes porque, sin ir más lejos, mañana directamente comenzará una semana sin estrenos. Solo se anuncian la llegada de una pequeña película de origen italiano (La femmina) y un par de novedades locales reducidas al circuito habitual de exhibición del cine nacional más independiente.

Lo más preocupante de todo es que estamos frente a un hecho (la cartelera sin novedades ni cambios) que se conoce y se viene anunciando desde hace varias semanas. Para colmo, el único título más o menos destacado que hasta los últimos días estaba programado para estrenarse este jueves 22, la comedia estadounidense Hazme el favor (No Hard Feelings), protagonizada por Jennifer Lawrence, fue reprogramado a último momento y hasta ahora no tiene una nueva fecha de lanzamiento.

Las cifras de concurrencia de los últimos días en los cines argentinos dejan a la vista de inmediato este fenómeno de altísima concentración. Y en el registro de números acopiado por Ultracine desde el jueves pasado para el fin de semana XL, Elementos sacó una ventaja importante (traccionada sobre todo por la enorme concurrencia de este lunes) y acumulaba hasta ese día un total de 318.495 entradas vendidas. Segundo quedó Flash, el otro estreno grande de la última semana. Al igual que Elementos, la película dirigida por nuestro compatriota Andy Muschietti también quedó en el radar por la preocupante tendencia a la baja de sus números en algunos de los principales mercados internacionales, sobre todo el estadounidense.

Detrás de estas dos novedades, el Top 5 de las películas más vistas en la Argentina durante el fin de semana XL se completa con Transformers: el despertar de las bestias (151.096); Spider Man: a través del Spider Verso (111.070) y La sirenita (83.930). Esta última, también gracias a los números de taquilla más reciente, se convirtió durante el fin de semana en la sexta película estrenada en 2023 que superó en la Argentina el millón de entradas vendidas.

En lo que va del año, la película de mayor convocatoria en nuestro país sigue siendo Super Mario Bros., con 2.819.929 tickets vendidos. Inmediatamente después se encolumnan El gato con botas: el último deseo (2.452.169), Rápidos y furiosos X (2.191.680), Avatar: el camino del agua (2.148.450), y Guardianes de la Galaxia, volumen 3 (1.343.649).

La atracción que tradicionalmente ejercen entre el público argentino las producciones animadas más fuertes (sobre todo las que llevan la marca Disney) en el momento de su estreno quedó ratificada una vez más con la llegada a los cines de Elementos. Pero lo que ocurre en nuestro país, un mercado pequeño en escala dentro del mapa global de la industria, no logrará equilibrar la fuerte tendencia negativa que mostró el estreno simultáneo en 27 países del largometraje más reciente de Pixar, el segundo que llega a los cines en la etapa post-pandémica luego de Lightyear, otro lanzamiento que estuvo por debajo de las expectativas.

Es más, ya se habla en el mundo de un fracaso histórico. Elementos, una costosísima producción en la que Disney invirtió más de 200 millones de dólares obtuvo las cifras planetarias más bajas de taquilla de toda la historia de Pixar desde 1995, cuando el estudio debutó a lo grande con la primera Toy Story. En los Estados Unidos, el mercado que la industria observa primero y con más detenimiento para marcar sus estrategias, Elementos apenas recaudó 29 millones y medio de dólares durante su primer fin de semana.

La película compensó ese decepcionante arranque con buenos números en los mercados más importantes de Europa, América Latina y sobre todo China, mientras la baja concurrencia norteamericana se replicó en Australia y algunos otros países relevantes. Disney, que este fin de semana superó la marca de 3000 millones de dólares recaudados por sus películas de 2023 en los cines de todo el mundo, espera levantar la performance de Elementos de aquí a fines de julio en los países grandes en los que todavía no se produjo el estreno: Alemania, Italia, Brasil, Reino Unido, México y Japón. El estudio confía sobre todo en el respaldo de boca en boca entre los espectadores que pueda alcanzar la película después de cosechar muy buenas críticas en la mayoría de los medios internacionales.

Algunos analistas hicieron notar en los últimos días que con este último factor ya no basta como antes para convocar al público. Pixar siempre supo equilibrar en sus historias el vuelo creativo y una llegada espontánea y directa a un público masivo y siempre bien dispuesto a recibirlas. Pero en los últimos años, algunos de los grandes competidores de Disney encontraron la fórmula para atraer con sus superproducciones animadas a la clásica audiencia multitarget (niños y adultos) que Pixar parecía tener garantizada de manera masiva. Como nuevo gran ganador de esta carrera aparece Illumination, el estudio que no deja de crecer con cada nuevo de sus lanzamientos animados. Después de las películas de los Minions, Illumination logró cifras globales altísimas de convocatoria con Super Mario Bros. Lo mismo podría decirse de Sony, de la mano de las recientes aventuras animadas del Hombre Araña.

Si en la producción animada de más alto perfil en Hollywood parece insinuarse una nueva tendencia, el giro resulta mucho más notable en el caso de las películas de superhéroes. Lo que ocurre con Flash es una señal que miran con mucha atención los analistas más sagaces de Hollywood. A toda velocidad, en línea con el perfil de su protagonista (el superhéroe más rápido del mundo) la película de Flash mostró en la taquilla globalizada en sus primeros días de rodaje números que la industria considera magros y encienden luces de preocupación hacia adelante.

La película dirigida por Andy Muschietti fue como se esperaba la más vista del último fin de semana en el decisivo mercado estadounidense, pero con números que estuvieron muy por debajo de lo esperado: apenas 55 millones y medio de dólares, que se extienden a un total de 139 millones se sumamos la recaudación internacional dentro de un lanzamiento muy vasto (78 mercados en total). Es un número que aparece en el radar muy por debajo de las proyecciones previas y se instala en los registros comparativos en un lugar parecido al de Black Adam, uno de los estrenos recientes de DC con mayor impacto negativo para la industria de Hollywood. Algunos observadores agregaron al cuadro el problemático caso de Ezra Miller, el actor protagónico de Flash, cuya peripecia personal también fue vista como factor perjudicial en el rendimiento de la película en la taquilla global.

Ya es una tendencia preocupante, desde la mirada de Hollywood, la reiteración del recuento por debajo de lo proyectado en las cifras de concurrencia de las películas de superhéroes de estreno más reciente, sin distinción de origen. Lo que viene ocurriendo en la escudería DC, con Flash replicando los discretos números de las recientes Black Adam y Shazam 2, también se registra por el lado de Marvel, sobre todo en el caso de Ant Man and the Wasp: Quantumania. Guardianes de la Galaxia volumen 3 aparece como una virtuosa excepción a esta regla.

En algunos de los análisis recientes sobre el tema difundidos en los principales medios de Hollywood se utilizan para retratar el panorama actual y el futuro inmediato de las películas de superhéroes términos como “fatiga”, “cansancio” y “desgaste”, conceptos que aluden tanto al interés del público como al ingenio de los creadores de este tipo de aventuras. Owen Gleiberman, el crítico más importante de Variety, señaló en su columna más reciente que ese agotamiento queda en evidencia porque cada nueva película de superhéroes se ve y se siente como algo muy parecido a la anterior. Y dice que mientras más películas salgan, más veces volverá a ocurrir algo así.

Como todo lo que ocurre en un espacio de alcances tan globalizados como la industria de Hollywood, este tipo de comportamientos y situaciones se replican en todos los mercados, inclusive en el argentino. Pero el impacto entre nosotros siempre será menor por el tamaño del mercado y sobre todo por el grado de concentración de la cartelera en tan pocos títulos. Puede que el público sienta en alguna evaluación cualitativa este desgaste del que tanto se habla en los países centrales, pero los números locales para estas películas siguen siendo altos. Más allá del poder de atracción que los tanques todavía conservan, todo sigue más o menos igual, sencillamente porque no hay otra cosa disponible para ver.

Las únicas excepciones domésticas de este momento tienen que ver con dos títulos, Blondi y Misántropo, que todavía ocupan un lugar significativo entre las películas más apreciadas por el público argentino en los últimos tiempos. La ópera prima de Dolores Fonzi aparece en el noveno lugar en la estadística de los títulos más vistos, con un total acumulado de 33.213 espectadores al acercarse al cierre de su tercera semana en cartel. Con apenas 26 pantallas disponibles, Blondi tuvo un promedio de espectadores por sala cercano, por ejemplo, al cosechado por Rápidos y furiosos X durante este fin de semana largo, en el que fue vista por casi 10.000 personas. En ese sentido también se vio favorecida por su presencia en el complejo Gaumont con entradas a valor más reducido que en el resto de los cines, lo que le permitió (también beneficiada por un exitoso boca a boca) llenar la sala en varias ocasiones. Blondi también fue la única película en cartel que aumentó en términos absolutos su convocatoria este fin de semana respecto del anterior.

En cuanto a Misántropo, mantiene muy dignamente su lugar de propuesta independiente y cine de autor dentro del género de suspenso en medio de tanques inmensos y muchísimo más ambiciosos. La primera película filmada en inglés por Damián Szifron suma casi siete semanas en cartel acumulando en total 163.178 tickets vendidos desde su estreno. Todavía puede verse en pantalla grande en varios complejos multipantalla. En la Argentina los cines se llenan y registran una importante convocatoria también de la mano de estos pequeños y valiosos fenómenos.