Emanuel Ntaka, del recuerdo de su padre y la lucha por los derechos de los afrodescendientes al reality que le cambió la vida

Emanuel Ntaka habló de cómo lo marcó la historia de su padre, de su paso por Mambrú y de los proyectos artísticos que está realizando
Emanuel Ntaka habló de cómo lo marcó la historia de su padre, de su paso por Mambrú y de los proyectos artísticos que está realizando - Créditos: @DIEGO SPIVACOW / AFV

Quizá fue la admiración que sentía por su papá lo que marcó el camino de Emanuel Ntaka. Hijo del cantante de jazz sudafricano Blues Ntaka, mamó la música desde muy chico y también aprendió sobre la lucha por los derechos de los afrodescendientes. Conoció la fama en 2002 gracias a Mambrú , banda de la que era parte y que se formó en el reality Popstars, que emitía Telefe. Pero un año antes del éxito, sufrió un quiebre en su vida por un ataque que recibió por parte de un grupo de skinheads, que no solo lo lastimó, sino que sacudió su espíritu y lo acercó a la lucha de su padre por visibilizar los derechos de los afrodescendientes. Y eso no fue todo, también ocurrió la muerte de su padre en la lejana Sudáfrica, motivo por el cual viajó para hacerle los honores en su despedida. Aunque los sinsabores de ese 2001 empezaron a cambiar cuando entró en el reality y su presente se transformó, tanto a nivel artístico como laboral y personal, ya que en una de las tantas visitas que hizo Mambrú a Radio Disney conoció a su mujer, Guadalupe, con quien comparte la vida desde hace 18 años y con quien tuvo a sus dos hijos, Ema y Milo.

En una charla con LA NACIÓN, Ntaka habló del legado de su padre, de su carrera como músico, de la lucha por los derechos de los afrodescendientes y del bullying que sufrió tantas veces en su vida.

Hoy Ntaka tiene su estudio de grabación en el barrio de Almagro, compone sus propias canciones, produce artistas y es parte de dos espectáculos teatrales. Todos los viernes, a las 20.30, está en el Teatro Cástor y Pólux con la segunda temporada de Tin Pan Alley Noches de Broadway, con idea, libro y dirección de Pablo Gorlero. Y los martes, a las 20.30, en el Teatro Maipo con el exitoso musical de Broadway, Avenida Q. “Tin Pan Alley hace un repaso de los años dorados de Broadway y sus grandes compositores con canciones que se convirtieron en clásicos. Es un espectáculo hermoso en un lugar que tiene magia. La idea es seguir y hacer giras. No soy originariamente del teatro musical, pero elijo hacerlos de acuerdo al contenido. Por eso también me siento feliz con Avenida Q, una obra que trata algunos temas sociales que me interesan un montón. Y Tin Pan Alley también porque tiene canciones que me encantan y son parte de mi historia porque mi papá era cantante de jazz y blues, y se llamaba Blues Ntaka. A su mamá le encantaba ese género y lo llamó así”, detalla Manu.

-Siempre hablás de tu papá con mucha admiración...

-Sí. Fue un activista por los derechos humanos de los negros en Sudáfrica en la época del Apartheid y por eso tuvo que exiliarse; su vida y la de su familia estaban en peligro. Recorrió África, estuvo en Europa y en Roma conoció a mi mamá que es argentina, de Santiago del Estero y estaba estudiando. Se casaron, nacieron mis dos hermanos mayores y después vinieron a Buenos Aires y acá nací yo y otros dos hermanos. Mi papá murió en 2001, en Sudáfrica. Volvió cuando Nelson Mandela fue liberado después de 27 años de prisión y se reencontró con su familia, con su gente, con su tierra, en donde ya había pasado el flagelo de Apartheid y la segregación racial. Tuvo una vida dura, como la de cualquier exiliado que es arrancado de su lugar y desea volver. Además, la comunicación no era lo que es ahora y sabía poco de su familia. Y falleció ahí, un tiempo después. Viajé con mi madre y pudimos estar presentes en el funeral.

Emanuel Ntaka:
Emanuel Ntaka: "Más allá de la tristeza de la pérdida de mi padre, ese viaje fue constructivo porque estuve en contacto con una parte de mi origen, de mi sangre" - Créditos: @DIEGO SPIVACOW / AFV

-¿Cómo viviste ese momento?

-Todo fue muy movilizante desde el momento en que pisé Sudáfrica porque además hacía unos años que no veía a mi papá y me hubiese gustado haber llegado antes, verlo en vida y compartir con él en su tierra. Conocí a mucha familia, amigos. Mi papá era un tipo conocido entonces al funeral fueron personas de todos lados y así pude entenderlo de otra manera. Más allá de la tristeza de la pérdida, ese viaje fue constructivo porque estuve en contacto con una parte de mi origen, de mi sangre. Volví a viajar otras veces después.

-¿Fue él quien te hizo amar la música y de alguna manera te empujó a pelear por los derechos de los afrodescendientes?

-Sí. Cuando éramos chicos se hablaba de todo en casa y había mucha conexión con lo que pasaba en Sudáfrica. A pesar de que eran difíciles las comunicaciones, mi papá se las arreglaba y ponía una onda de radio entre la AM y la FM que en determinado día y a cierta hora se podía escuchar la BBC de Londres. Era lo poco que sabíamos de lo que sucedía. Mi papá trataba de difundir la situación que pasaba allá. Yo lo sufrí durante toda la vida, me miraban raro y me preguntaban de dónde era, racismo, bullying.

-¿Hubo algún hecho particular que te marcó respecto a esto?

-En 2001 me pasó algo muy feo cuando salía de trabajar como barman en un boliche de Belgrano. Estudiaba en el conservatorio Manuel de Falla y tenía ese trabajo para poder sustentarme. Mientras esperaba el colectivo , un grupo de skinheads se acercó y empezó a agredirme, sin mediar palabra; me decían, entre otras cosas, “negro de mierda”, a lo que lamentablemente ya estaba acostumbrado. Pero me dijeron algo que me llamó la atención: “Volvete a tu país”. Si yo soy argentino y nací acá. Terminé en el hospital. A raíz de este hecho, muchas organizaciones que trabajaban por los derechos y la reivindicación afro se contactaron conmigo para acampañarme, hicieron la denuncia en el INADI y me contuvieron. A partir de ahí empecé a meterme en el tema y a aprender un montón de cuestiones. En la escuela me habían enseñado sobre los negros del 25 de mayo, el vendedor de velas y bla bla, y que los negros se habían extinguido en una guerra, y por enfermedades. Y no es cierto. Entendí que ser afroargentino no tiene que ver con el color de la piel, sino con un reconocerse, con una identidad ancestral. Desde mi lado artístico siempre colaboré tratando de visibilizar los derechos.

-Mambrú también te sirvió para contar qué pasa con los afrodescendientes…

-Sí, y lo más potente fue que se vio a un afroargentino en un medio masivo importante, que me eligieron entre un montón de personas. La gente de la comunidad me decía que estaba conmigo, que los representaba y yo en ese momento no me daba cuenta de cuán importante era esa identificación. Desde 2016 estoy en la coordinación del programa de cultura afro y hacemos un trabajo con las comunidades y organizaciones, generamos acciones para la visibilización de la cultura afroargentina, afrodescendiente y africana. Mi mamá es filósofa y teóloga. De ella aprendí un montón sobre la vida espiritual, de entenderme no solo como un individuo, sino como parte de un todo. Siento que en este momento el individualismo está a flor de piel y nos olvidamos que somos parte de un todo y no podemos ser ajenos a lo que les pasa a los otros. Ubuntu en Sudáfrica es una palabra que utilizó Nelson Mandela para unificar una nación muy dividida y es una filosofía africana que se refiere a: “Yo soy porque vos sos y somos todos parte de uno”. Entonces, lo que le pasa al otro también me afecta. Estamos todos en el mismo barco, también con la naturaleza y el medio.

"Cuando cumplimos 20 años estuvimos a punto de juntarnos para hacer shows, pero no logramos hacer coincidir las agendas", dijo Natka para tristeza de sus fans - Créditos: @DIEGO SPIVACOW / AFV
"Cuando cumplimos 20 años estuvimos a punto de juntarnos para hacer shows, pero no logramos hacer coincidir las agendas", dijo Natka para tristeza de sus fans - Créditos: @DIEGO SPIVACOW / AFV

-Ya estudiabas música cuando entraste al reality Popstars, ¿recordás por qué te anotaste en el casting?

-Estudié en la Escuela Nacional de Música Juan Pedro Esnaola, en donde a la mañana hacía bachiller y a la tarde, conservatorio. Una escuela con orientación artística. Me presenté a un casting porque vi una oportunidad. En ese momento hacía algunos shows chiquitos, iba con mi demo casero golpeando puertas de productoras y esta fue una puerta más. Algo muy, muy importante en mi vida.

-¿Por qué creés que la gente sigue preguntando cuándo vuelve Mambrú?

-(Risas) Sí, es verdad. Y muestra que fue un grupo muy importante porque pasa el tiempo y la gente nos sigue preguntando. Cuando cumplimos 20 años estuvimos a punto de juntarnos para hacer shows, pero no logramos hacer coincidir las agendas. Me llama la atención que siga tan vigente y todavía me saluden y me pidan fotos en el tren, en el subte.

-¿Seguís en contacto con los otros miembros del grupo?

-Tenemos un chat que de vez en cuando se activa. Dentro de todo el delirio que fue Mambrú hubo cuestiones muy positivas y otras no tanto. Lo que critico de esos procesos es que a veces no contemplan al ser humano. Nos sentimos abrumados porque lo que vivimos fue muy brusco y fuimos híper mega estrellas de la noche a la mañana. No entendíamos nada. Fue un golpe.

Ntaka, sobre Mambrú:
Ntaka, sobre Mambrú: "Sí, hicimos terapia de grupo, íbamos una vez por semana. Fue muy brusco el comienzo y muy abrupto el final" - Créditos: @DIEGO SPIVACOW / AFV

-¿Hicieron terapia?

-Sí, terapia de grupo que ponía la producción, íbamos una vez por semana. Fue muy brusco el comienzo y muy abrupto el final. Arrancó el casting en 2001, el grupo se formó un año después y la despedida fue en 2005, en La trastienda. A partir de ahí cada uno tomó su camino. Yo empecé a trabajar con otro productor en mi disco solista que se llamó No pares y como músico en la embajada de Sudáfrica, produzco artistas, tengo mi estudio de grabación en Almagro.

-¿Tenés familia?

-Sí, hace 18 años que estamos juntos con Guadalupe y tenemos dos hijos, Ema y Milo. Ella trabaja en Radio Disney y así la conocí cuando íbamos con Mambrú a esa radio.

Para agendar

Tin Pan Alley. Todos los viernes a las 20.30 en Teatro Cástor y Pólux, en Tacuarí 955, San Telmo. Avenida Q. Todos los martes a las 20.30 en el Teatro Maipo (Esmeralda 443, CABA).