'Emilia Pérez' está en su mejor momento, pero no todo el mundo lo celebra
En teoría, no podría haber empezado el año de mejor modo. Luego de haber sido la máxima nominada a los Globos de Oro debido a sus 10 candidaturas, “Emilia Pérez” salió de la ceremonia de la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood que se llevó a cabo el pasado fin de semana con cuatro victorias, convirtiéndose de ese modo en el título más premiado del evento.
Sus triunfos no fueron precisamente menores, ni siquiera en lo que respecta a su condición general como propuesta cinematográfica, porque se llevó no sólo la distinción a la Mejor Película- Comedia o Musical, sino también la de Mejor Película en Lengua Extranjera, lo que significa que los votantes la consideraron extraordinaria tanto en términos de aportes internacionales como en lo que respecta a su calidad global.
Tampoco dejó de ser trascendente lo sucedido con ella en el plano de la actuación, porque Zoe Saldaña recibió el primer Globo de su carrera al coronarse en la categoría de Mejor Actriz de Reparto. Más allá de lo debatible que pueda haber sido su ubicación dentro del rubro (para nosotros, ella es la protagonista de la cinta, y no Karla Sofía Gascón, la actriz que encarnó al personaje que le dio nombre a la misma), lo sucedido resultó histórico; y fue también conmovedor ser testigos de las emociones desbordadas que surgieron de la estrella de “Avatar” luego de que se hiciera el anuncio.
La cuarta victoria fue en el apartado de Mejor Canción Original, otorgada a Camille y Clement Ducol por su trabajo en el tema musical “El mal”, que es cantado en español por Saldaña en una de las escenas más celebradas y mejor actuadas del filme, y cuya letra habla de manera crítica de personajes que se encuentran involucrados en el crimen, la corrupción y la impunidad.
En realidad, la única gran victoria que le faltó a “Emilia” fue la de Mejor Interpretación Femenina en una Película Musical o de Comedia, que le hubiera correspondido a Gascón y que terminó en manos de Demi Moore por su comentado papel en “The Substance”.
Pese a ello, Gascón estuvo plenamente involucrada en el acto de agradecimiento que se hizo en el podio ubicado en un salón del hotel Beverly Hilton inmediatamente después de que se anunciara el resultado en la categoría de Mejor Película - Comedia o Musical, cuando Jacques Audiard, el director de la cinta, le cedió el micrófono para que se encargara del agradecimiento respectivo.
Los que la admiran
Antes de esto, “Emilia Pérez”, un musical extravagante que muestra la complicada relación entre una abogada (interpretada por Saldaña) y su nuevo cliente (encarnado por Gascón), un peligroso narcotraficante que decide someterse en secreto a una operación de cambio de sexo, había causado ya furor en algunos de los festivales por los que había transitado.
Pese a no haber ganado en la competencia por la Palma de Oro de Cannes en la que participaba (en ese caso, la balanza se inclinó por “Anora”), fue aplaudida de pie por la audiencia allí presente por cerca de 10 minutos, y se fue a casa con resultados favorables en los rubros de Premio del Jurado, Banda Sonora y Mejor Actriz.
Este último es un apartado que, de manera significativa, se entregó por primera vez en los casi ochenta años de existencia del evento no a una intérprete, sino al ‘reparto femenino’ de la cinta, compuesto por Saldaña, Gascón, Selena Gomez y Adriana Paz (la única mexicana de la partida).
En lo que respecta al territorio estadounidense, donde se estrenó de manera limitada en cines el pasado 1ro de noviembre y donde fue lanzada en Netflix el 13 de noviembre (lo que no ha sucedido en Latinoamérica, que la tendrá en salas próximamente), las críticas profesionales han sido mayormente positivas, como lo demuestra el 76% de aprobación que tiene en Rotten Tomatoes.
Por ese lado, el filme cuenta con defensores tan influyentes -y a veces tan maravillados por sus supuestos méritos- como Manohla Dargis, del New York Times; Leonard Maltin; Stephanie Zacharek, de la revista TIME; Dana Stevens, de Slate; Robert Abele, de Los Angeles Times; Peter Travers, de ABC News; Kyle Smith, de The Wall Street Journal; Justin Chang, del New Yorker, y Peter Bradshaw, de The Guardian.
En el terreno de los creativos pertenecientes a la industria, ha despertado el entusiasmo incondicional de directores como Taylor Hackford, Denis Villeneuve, James Cameron y Michael Mann; de actrices como Emily Blunt, Meryl Streep, America Ferrera, Daisy Ridley y Eva Longoria; y hasta de la mítica Madonna.
La admiración a veces superlativa que han demostrado los mencionados parece ser completamente sincera, y en más de un caso, tiene sentido en vista que la película es, efectivamente, novedosa en relación al tema que trata, ambiciosa en su planteamiento visual y sonoro, y decididamente arriesgada en términos narrativos.
Pero no le digan eso a sus detractores, que, según todos los indicios, provienen principalmente de México, país en el que se ubica la historia pero que, curiosamente, no sirvió como locación de la misma, ya que el rodaje entero se efectuó en París.
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Unas de cal, otras de arena
Hagamos salvedades. En primer lugar, hay que señalar que no todos los mexicanos ‘mexicanos’ (es decir, los que viven en México o crecieron allí aunque vivan ahora por aquí) la detestan. Guillermo del Toro, el inestimable gestor de obras tan excelsas como “El laberinto del fauno” y “The Shape of Water”, se convirtió hace algunos meses en moderador de un conversatorio con Audiard que se realizó en Los Ángeles, y en este, dijo que “es tan hermoso ver una película que es cine”, luego de recordar que fue parte del jurado de Cannes, implicando con ello que le dio su voto a “Emilia” en aquella ocasión.
En el lado opuesto de las reacciones, el asunto ha involucrado tanto a un cineasta completamente comercial como Eugenio Derbez (quien llegó a decir que el trabajo de Gomez en la cinta es “indefendible”) como un profesional tan abocado al cine serio de tendencias artísticas como Rodrigo Prieto (quien comentó que, en el filme, “todo es completamente falso”, y que, en su opinión, “ninguno de los involucrados sabía lo que hacía”).
Hay que recordar que, más allá de haber sido nominado como director de fotografía por su estupenda labor en tres cintas de Martin Scorsese y una de Ang Lee, Prieto debutó recientemente como director ‘general’ al ponerse al mando de una excelente adaptación del clásico del realismo mágico “Pedro Páramo” que se filmó en México con actores mexicanos y con acentos locales y que, a pesar de haber sido celebrada por muchos, está pasando completamente desapercibida en la temporada de premios (no sabemos de ninguna campaña promocional destinada a estos fines por parte de Netflix, la misma compañía que produjo “Emilia Pérez”).
Sin embargo, el desacuerdo con el filme francés no viene exclusivamente de las ‘altas esferas’, sino que se ha hecho extensivo a los usuarios de las redes sociales y a los comentaristas de cine de la nación azteca.
El crítico bilingüe Ricardo Gallegos, que vive en Ciudad de México, llegó a publicar en “But Why To?” un extenso artículo en inglés que se titula, de manera extremadamente elocuente, “‘Emilia Pérez’ odia a Mexico”, y en el que cuestiona duramente la falta de autenticidad de la cinta, citando una abundancia de “elementos estereotipados”, una representación “vacía y falsa de México”, el empleo de unos acentos fallidos y de un español mal hablado por parte de los personajes y, lo que resulta más grave para él, un “tratamiento irreflexivo de temas delicados” en favor de “propósitos dramáticos y de shock”.
Por supuesto, Gallegos no es el único que ha escrito de esta manera, pero sus apreciaciones detalladas y extensas resumen de manera especialmente convincente las inquietudes de quienes desaprueban la cinta y han tomado su contenido como una especie de afrenta directa.
Sensibilidades y acentos
Las cosas nunca son simples. Aunque no hemos encontrado a escritores con acceso a importantes tribunas que hablen de esto, cualquiera que tenga cierto conocimiento sobre la realidad mexicana entiende también el nivel de homofobia que existe por allá y que tiene un peso indudable en el rechazo que algunos sienten por “Emilia”, teniendo en cuenta que la cinta toca de cerca el tema de la transexualidad. Y ni siquiera estamos contando a los que se han quejado amargamente en las redes del aspecto supuestamente ‘woke’ del trabajo.
Claro que, incluso por ese lado, existen aristas adicionales. Varios miembros de la comunidad LGBT han tomado cartas en el asunto, como es el caso de GLAAD (Gay & Lesbian Alliance Against Defamation), que ha acusado al filme de ser un “retrato profundamente retrógrado de una mujer trans”.
En lo que respecta al tema de los acentos, hay que precisar que, luego de que la directora de casting le dijera que tanto Saldaña como Gomez no hablaban realmente como mexicanas, Audiard -que no habla español y no podía darse cuenta de esto- decidió que el personaje de la primera fuera una inmigrante dominicana y el de la segunda una mexicoamericana.
Esto no ha mermado los reclamos de los inconformes, quienes consideran que elegir a intérpretes realmente mexicanas para los roles estelares hubiera evitado el problema de antemano.
Tuvimos la oportunidad de hablar brevemente de la polémica con Saldaña a su paso por la alfombra roja de los Globos. Pese a que ella había estado conversando en español con otros miembros de la prensa, una vez que le tocamos el tema, prefirió responder en inglés, que es el idioma con el que se siente más cómoda y que le permite sin duda expresarse de un modo más claro.
“La Historia no se hace sobre la base de quienes juegan a lo seguro; tienes que ser un innovador”, nos dijo, antes de acudir a una frase procedente del “Henry IV” de William Shakespeare. “Pesada es la cabeza del que lleva la corona, pero debemos llevarla. A veces, hacerlo con bondad, y mandando mensajes positivos sobre la Humanidad, el respeto por los cuerpos de las personas y nuestras propias decisiones, supera por mucho cualquier temor que podamos sentir”.
“Creo que el mensaje más positivo que tiene ‘Emilia Perez’ es [el deseo] de que nos mantengamos siempre curiosos, conservando nuestra propia identidad y nuestra propia autenticidad”, agregó, esta vez en nuestra lengua. “Hemos recibido principalmente una recepción calurosa, y ese es un testamento de todo ese positivismo”.
Por su parte, en una entrevista otorgada hace varios meses a Los Angeles Times, Edgar Ramírez, el actor venezolano que interpreta en la cinta a un mexicano involucrado con el narcotráfico, defendió las decisiones tomadas por Audiard.
“Es uno de los mejores directores del mundo: muestra siempre una curiosidad y una compasión muy profundas hacia sus personajes y sus temas, asume riesgos y se adentra constantemente en mundos que están a kilómetros y kilómetros de distancia de él, pero de una manera muy respetuosa y compasiva”, afirmó.
“Este es un elenco latino completo”, prosiguió. “Y esta es una historia muy, muy latinoamericana, dirigida por un francés que la hizo con la mayor consideración, y que nunca ha rehuido enfrentarse a la contradicción, porque todos estos personajes están llenos de contradicciones”.
Cuestión de formato
Cuando se habla de una película de ficción, incluso si esta toma referencias de hechos históricos puntuales, se debe considerar la posibilidad de que esta adopte diversas licencias narrativas, ya sea para poder poner en marcha un relato comprensible en términos cinematográficos o para adquirir aires artísticos que no deberían ser menospreciados.
En ese sentido, existe la impresión de que los involucrados en “Emilia Pérez” consideran que lo que han hecho es una suerte de visión fantasiosa de una problemática real, es decir, algo que no ha resultado ni por asomo ajeno a la historia del cine.
Durante su visita al Festival de Morelia, Audiard reconoció sin tapujos que no desarrolló un proceso de investigación en México antes de escribir el guión -que, por supuesto, es de su autoría-, pese a que, durante la conversación con Del Toro que mencionamos arriba, aseguró que estuvo por allí por primera vez hace 40 años (lo que implicaría múltiples visitas).
Se sabe también que la idea original del cineasta era filmar en el país azteca, pero que desistió finalmente de hacerlo justamente por el aspecto artificioso e irreal que quería brindarle al proyecto, mucho más cercano al ambiente de la ópera que al del ‘cinema verité’.
“No sé si ‘Emilia Pérez’ es un buen reflejo de la cultura mexicana, porque lo rodamos todo en París, en un estudio”, afirmó ante Del Toro. “En cierto sentido, nos trajimos a México. [Pero yo] tenía todas estas imágenes en mi cabeza, y estas imágenes no iban a encajar en las calles ni en los interiores de México. Necesitaba una herramienta más grande de estilización, lo que en cierto sentido era normal, porque la idea original [del guión] era para una ópera”.
Distorsiones y creatividad
Si se quiere encontrar refugio en la historia del séptimo arte para justificar cierto tipo de libertades, los ejemplos son incontables; hasta el día de hoy, tener a actores anglosajones hablando en inglés en medio de un relato ubicado en la antigua Roma es algo habitual, como lo prueba la “Gladiator 2” de Ridley Scott. ¿Imaginas acaso que los franceses estuvieron felices con el reciente “Napoleon” hecho por el mismo director?
Hasta Oliver Stone, un director tan interesado en defender causas sociales que considera legítimas, pecó al filmar su “Salvador” en México y en hacer que sus personajes locales hablaran como mexicanos (aunque estamos hablando de un título de 1986 que el mismo director quería filmar realmente en la nación centroamericana, pero que no terminó haciéndose de ese modo por cuestiones de seguridad, en vista de que la guerra civil que existía por allá no había concluido).
Sin embargo, el rechazo de la apropiación cultural y la falta de autenticidad en lo que respecta a la representación se ha reforzado en los últimos años, y eso no solo algo completamente legítimo, sino que adquiere particular relevancia cuando se trata de tópicos tan devastadores y tan actuales como lo es el narcotráfico en Mexico, un país que, además de todo, es profundamente nacionalista.
Por supuesto, si se trata de autenticidad, resulta sumamente significativo que el personaje trans de la historia sea interpretado por una persona realmente trans, algo que, a estas alturas, no se encontraba garantizado. Gastón vivió varios años en México y, teniendo todavía una identidad masculina, participó en diversos proyectos fílmicos y televisivos, incluyendo la popular comedia “Nosotros los nobles” (2013) y la exitosa serie “El Señor de los Cielos”.
Como estuvo en territorio azteca por cerca de una década, y como logró desarrollar allí su carrera, ella ha dicho en más de una ocasión que se siente “mexicana por adopción”. Pero eso no quiere decir que se lleve bien con todo el mundo por allá.
“Quiero dar las gracias a todo México y a los mexicanos, sé perfectamente que todo este odio injustificado no parte de ustedes, simplemente son cuatro gatos con muchossss y variados intereses de por medio”, escribió recientemente la actriz en su cuenta de X. “Es más, la prueba la van a tener el día del estreno con las salas llenas y el público amando Emilia Pérez como ya me lo han demostrado en persona. Es más, emplazo, de nuevo, a todos estos perfiles falsos a que vengan a decírmelo”.
Quiero dar las gracias a todo México y a los mexicanos, sé perfectamente que todo este odio injustificado no parte de ustedes, simplemente son cuatro gatos con muchossss y variados intereses de por medio. Es más, la prueba la van a tener el día del estreno con las salas llenas y… pic.twitter.com/OhtsJnjAUB
— Karla Sofía Gascón (@karsiagascon) December 18, 2024
Lo que viene
Más allá de los dimes y diretes que Gascón pueda tener con personas del medio o con los infaltables ‘haters’, no puede negarse la importancia que tuvieron sus palabras en el escenario de los Globos de Oro, cuando reafirmó su intención de “ser como quiere ser y no como quieren que sea” y de seguir luchando por los derechos de la comunidad que representa, tal y como lo hizo anteriormente al denunciar de manera pública la violencia a la que sus integrantes se encuentran sometidos(as).
“Emilia Pérez” tiene todavía un largo camino por recorrer. Pese a que puedes verla en la comodidad de tu casa si vives en los Estados Unidos, el estreno en salas mexicanas se producirá recién el próximo 23 de enero.
Y falta ver lo que ocurrirá en el Oscar, por supuesto. La Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas revelará la lista de nominados de este año el 17 de enero, y es imposible que ignore a “Emilia”. De hecho, desde hace varios días, los analistas de prestigio han predicho que se encontrará presente en varias categorías de consideración.
Esos cálculos tienen que haberse reforzado tras los anuncios hechos esta mañana tanto por el Sindicato de Actores de la Pantalla (SAG) como por el Sindicato de Directores (DGA) en relación a su próxima ceremonia de premios. En el primer comunicado, Gascón aparece nominada como Mejor Actriz, Saldaña figura en el rubro de Mejor Actriz de Reparto y el reparto entero de “Emilia” destaca en el apartado más importante, el de Mejor Elenco; en el segundo, Audiard es confirmado como candidato al premio otorgado al Mejor Director.
Si lo que sucede en los Globos no influye necesariamente en las decisiones de los votantes del Oscar, ocurre lo opuesto con las decisiones del SAG y el DGA, debido a que la mayoría de los miembros de estas instituciones son también miembros de la Academia. Eso quiere decir que la película dará todavía mucho de qué hablar, te guste o no la idea.
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Este artículo fue publicado por primera vez en Los Angeles Times en Español.