Emily en París enfurece a extranjeros que viven en París, la acusan de darles mala imagen

Emily en París enfurece a extranjeros que viven en París, la acusan de darles mala imagen
Emily en París enfurece a extranjeros que viven en París, la acusan de darles mala imagen

Emily en París se mantiene como una de las series más exitosas de Netflix, y todavía hay mucha gente que se pregunta por qué todos parecen encantados con esta historia protagonizada por Lily Collins. Aunque el título simplemente no puede obtener los grandes números de otros programas como Dahmer - Monstruo: La historia de Jeffrey Dahmer (65%) o Merlina (69%) sí alcanzan para dar más temporadas al público. Esto es positivo para esos fans que están al tanto, pero para otros es un verdadero problema porque da una pésima imagen a los expatriados que saben que vivir en este país no es un sueño perfecto lleno de glamour y romance.

La serie sigue a una joven que encuentra una oportunidad única para mudarse a París por trabajo. Su estancia allá es bastante complicada de inicio pues no está acostumbrada a la gente y el ritmo de la ciudad. Además de tener que aprender el idioma lo más rápido posible y de tener que lidiar con sus nuevos colegas, Emily termina en un enredo romántico que es lo que realmente llama la atención de los espectadores. En ese sentido, la serie funciona muy bien como una comedia romántica, pero a la vez el cumplir con estos elementos es también su peor defecto.

Para ser un título así de amable y sencillo, Emily en París está envuelta en demasiadas controversias, aunque ninguna parece realmente obstaculizar su camino. Para empezar, desde el comienzo muchos tenían problema con la protagonista, pues simplemente no es realista todo lo que le pasa o lo que logra a nivel laboral, incluso para este tipo de historias. Por otro lado, los Globos de Oro se metieron en graves problemas cuando nominaron la serie por sobre otras de gran calidad y relevancia como I May Destroy You, lo que empeoró cuando se reveló que los votantes habían sido invitados a París a conocer el set de filmación en lo que sólo puede ser considerado un acto de soborno.

Aquellos que sí han visto la serie tienen su propios problemas. Ahora más que nunca se sabe bien cómo se mueve el mundo y que tan realista o no son ciertas cosas en una historia así. La forma tan ligera y superficial con la que Emily en París toca temas de trabajo en marketing o la propia vida parisina es más que suficiente para generar repulsión entre muchas personas. La serie finalmente busca explotar la magia de París y esa ilusión que muchos tienen sobre vivir ahí entre la lluvia, los vestuarios de moda y los postres exquisitos, pero eso es algo que era más apropiado hace unos veinte años.

Lily Collins no necesita salir a defender la serie, pues Netflix se ha encargado de demostrar que las críticas no los van a detener. Hace un año se reveló que la compañía había dado luz verde a dos temporadas más y por ahora nada indica que ése será el final de la serie que claramente se puede seguir explotando si barajan bien sus cartas. El asunto es que el título no deja de generar críticas, y esa seguirá siendo su realidad incluso después de que sea cancelada o termine su curso. The New York Times publicó un artículo sobre la opinión de varios expatriados que viven en París y que sólo pueden sentir vergüenza de las actitudes de la protagonista, incluyendo la criticada escena donde confunde la palabra champaña con champiñones.

Nicole Pritchard, quien vive en Francia desde hace veinte años, dice:

Emily me avergüenza, porque no veo que se esfuerce mucho para integrarse en la vida francesa. Después de todas esas clases de idioma debería saber la diferencia entre champaña y champiñón. Son dos o tres sílabas. No es tan difícil.

Para otros que viven allá la serie está llena de exageraciones sin sentido que no le hacen ningún favor a la reputación de París.

Rebecca Leffler, una ex residente de Nueva Jersey que ahora vive en París y quiere cumplir su sueño de dedicarse al mundo de la gastronomía y que trabajó como asesora durante la primera temporada de la serie, comentó:

El mayor conflicto de Emily es cortarse accidentalmente su flequillo mientras todos los hombres atractivos que conoce se enamoran de ella. Publica una foto de un croissant en Instagram y de la nada tiene un millón de seguidores. Tiene un puesto muy importante en marketing y puede pagar vestidos de diseñador muy caros. Quiero decir, ¿están bromeando?

Aunque varios medios franceses también han criticado ampliamente la serie por la forma tan superficial y básica de mostrar el país, son los expatriados los que parecen tener un problema personal, pues ellos pasaron años tratando de encontrar su lugar entre la comunidad y no quieren que se les perciba como torpes norteamericanos que no son capaces de aprender el idioma o integrarse y que además fomentan prejuicios sobre la población francesa. A estas alturas, los creadores de Emily en París ni se toman la molestia de contestar a estas críticas y con la renovación de Netflix seguirán trabajando con las mismas tendencias que convirtieron su proyecto en un éxito entre el público.

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR | EN VIDEO

Eduardo Yáñez llevó a otro nivel su afición a los cómics.