Emma Thompson reveló detalles de su increíble transformación en la villana de Matilda y el accidente que sufrió en el set

Emma Thompson y su impresionante transformación para la película de Netflix
Emma Thompson y su impresionante transformación para la película de Netflix - Créditos: @The Grosby Group y Netflix

La primera vez que Emma Thompson aparece en escena en la película Matilda, de Roald Dahl: el musical solo se la ve de espaldas. A los veinticinco minutos de comenzado el film ya disponible en Netflix, como corresponde para hacer más temible al monstruo del cuento, la villana que interpreta Thompson retacea su imagen completa. Y cuando finalmente se para frente a las cámaras ahí está la directora Agatha Tronchatoro, uno de los personajes más horriblemente malvados y recordados de la obra de Dahl. Con su mandíbula angulosa, su nariz prominente y ese tirante rodete de cabello gris no quedan vestigios de la siempre sonriente Thompson en lo que se ve en pantalla. La transformación de la actriz, lograda gracias a un detallado trabajo de maquillaje realizado por el experto Barry Best, responsable también de las máscaras en Stranger Things, House of the Dragon y Doctor Strange en el multiverso de la locura, por nombrar sus más notables trabajos recientes, es total.

Para convertirse en la espantosa Tronchatoro, Thompson tenía que pasar tres horas cada día en la silla de maquillaje, un ejercicio de paciencia que según ella moldeó a su versión del personaje literario. “Es un momento existencialista. Una experiencia que te lleva más allá de tu cuerpo. Es liberadora. No es que yo sienta una necesidad acuciante por alejarme de mí misma o algo así. Pero de alguna manera es una liberación poder habitar otra alma de esa manera que es tan palpable, física. Es un gran privilegio de esta profesión cuando los cambios en tu aspecto te ayudan a encontrar quién es la persona que vas a interpretar”, dijo la actriz en una entrevista con la revista Entertainment Weekly. De hecho, en la nota publicada el fin de semana Thompson detalló el proceso que llevó a su impresionante transformación.

“Fue un proceso muy colaborativo. El equipo de producción tenía un montón de planes. Por ejemplo: el director, Matthew Warchus, quería que usara lentes de contacto oscuros para cambiar mi aspecto porque según él tengo “adorables ojos azules”. Y yo le dije: “pero Hitler tenía ojos azules. No es que este color de ojos sea intrínsecamente bondadoso, es solo que vos estas acostumbrado a mis ojos azules viéndose de esta manera. Me voy a asegurar que ya no sea así. Te prometo que no vas a extrañar los lentes de contacto. Y así fue”, explicó Thompson quien relató que otro de sus pedidos fue que no le pusieran prótesis en la frente. “Les dije: necesito mi frente para hacer todas las expresiones, para que cobre vida. Sí podés ponerme prótesis en la barbilla, esa parte no la uso tanto. Y para compensar, en la nariz también. La idea fue hacer lo mínimo posible pero que aun así fuera una transformación completa”, detalló la actriz.

“Los niños son larvas”, dice Tronchatoro en la película con un gesto de asco que mantiene hasta el final. Claro que en el transcurso de la trama a la excampeona de lanzamiento de martillo, le pasará de todo. Mientras ladra órdenes y pone en marcha los castigos más crueles posibles para el alumnado del colegio al que llega Matilda, Thompson canta, baila y se cae unas cuantas veces. Lo que en pantalla se ve como una impecable coreografía en la realidad fue algo un poco más accidentado.

Matilda: el musical ya está disponible en Netflix
Matilda: el musical ya está disponible en Netflix - Créditos: @Netflix

Según contó la actriz en una entrevista con la revista People, durante la filmación de la película ella descubrió algunas cosas sobre sí misma. “En estos últimos tiempos me di cuenta de que ya no soy tan invulnerable como yo creía. Aunque soy fuerte, como estoy envejeciendo, descubrí que me puedo lastimar y eso fue interesante”, explicó Thompson de 63 años cuando relató que durante el rodaje se tropezó y se fracturó el tobillo. “Eso me hizo pensar: ‘qué raro nunca me había lastimado así. Es un indicador de que estoy envejeciendo’. Mi cuerpo está cambiando y tengo que ser más cuidadosa con él”, contó la ganadora del Oscar. Claro que sus planes de cuidados tuvieron que ponerse en suspenso mientras continuaba su trabajo en Matilda: el musical. Es que interpretar a Tronchatoro suponía mantener un espíritu de perpetuo disgusto y realizar unas cuantas escenas de acción.

“El día que llegué al set con la bota de compresión en el pie me disculpé por tener que usarla y los realizadores me contestaron que estaba todo bien y que me preparara para hacer una escena de riesgo. No lo podía creer. ¡Me acababa de fracturar el tobillo! Pero me dijeron que no pasaba nada que solamente me iban a colgar cabeza abajo desde una grúa. No me quedó otra que seguir adelante”, recordó con humor la actriz que en la película no solo se anima a las secuencias de riesgo sino que, tal vez el gesto más valeroso de todos, también canta y baila junto a un elenco de talentosos niños expertos en robarse todas las escenas en las que participan.