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Londres, 10 feb (EFE).- Laila Soueif, madre del bloguero egipcio-británico Alaa Abdelfatah y que lleva 134 días en huelga de hambre en protesta por el encarcelamiento de su hijo, consideró este lunes que el primer ministro británico, Keir Starmer, es la única persona capaz de "presionar" al gobierno egipcio para la liberación de su hijo. "Se cómo funcionan las cosas en Egipto. Para que Alaa sea liberado tiene que venir del presidente, de (presidente de Egipto, Abdelfata) El-Sisi", dijo a los medios cerca del número 10 de Downing Street (residencia oficial de Starmer) y prácticamente susurrando por el débil estado físico en el que se encuentra. Desde que inició la huelga de hambre, Soueif ha perdido "el 30 % de su peso corporal", según sus allegados, y durante los últimos cuatro días su peso "ha bajado a un ritmo muy alarmante", lo que le ha llevado a perder "medio kilo al día", aseguró la madre del activista, que el pasado jueves tuvo que acudir al hospital de Saint Thomas por una bajada de azúcar. "Alguien tiene que presionar para dar luz verde. Creo que la única persona que podría hacerlo es el señor Starmer. Creo que tiene que hablar con él (El-Sisi) directamente", exclamó Souief. Alaa Abdelfatah fue arrestado el 29 de septiembre de 2019 y condenado a cinco años de prisión por "difundir noticias falsas" a través de una publicación en Facebook. Sin embargo, las autoridades egipcias alegan que su pena no ha concluido, pues no cuentan con los dos años de prisión preventiva que pasó antes de su condena en el cómputo total de la pena. Junto a la madre del activista estuvieron Fabiola O'Brian, directora de Reporteros Sin Fronteras UK, y el periodista australiano Peter Greste, que estuvo encarcelado en Egipto junto a Abdelfatah, y que también se encuentra en huelga de hambre desde hace 21 días. "He estado en huelga de hambre 21 días en solidaridad con Laila, pero también en apoyo de mi amigo Alaa, porque creo que me ha salvado la vida", señaló Greste, que recordó cómo cuando fue encarcelado en un módulo de aislamiento, el activista prodemocracia le susurró a través de la puerta dónde se encontraba y cuál era el proceso que seguiría. Desde el inicio de la huelga de hambre, Laila Soueif ha perdido 27,5 kilos, el 30 % de su peso corporal -solo consume té y sales rehidratantes-, y aún aguarda alguna acción por parte del Gobierno británico que permita la liberación de su hijo, figura destacada de las revueltas populares de 2011 que derrocaron al presidente Hosni Mubarak. (c) Agencia EFE