En diciembre los felices estás más contentos y los tristes más deprimidos

Muchos se dedican a celebrar como si el mundo se fuera a acabar, otros hacen un análisis de lo que lograron en los últimos 12 meses, pero hay quienes sufren. No son los que detestan la Navidad, ese grupo especial que no soporta la alegría de los otros, sino personas que no pueden evitar el llanto, la tristeza y la melancolía en una fecha peligrosa para quienes se deprimen.

Hay quienes no pueden celebrar en estas fechas
Hay quienes no pueden celebrar en estas fechas

La Navidad es casi una fiesta universal. Todas las familias y amistades se reúnen, creyentes o no, para celebrar la unión, el nuevo ciclo que comienza. Si has tenido un buen año lo celebrarás porque sientes que es el momento de aplaudir tus logros.

Además, es un buen momento para narrar tu historia de éxito porque tienes a tus amigos y familiares cerca de ti. Ellos querrán saber cómo lograste alcanzar tus objetivos, cuál fue el golpe de suerte que te ha hecho feliz este año, por qué la vida te ha brindado buenos momentos.

Tus amigos y familiares pueden estar muy contentos, únete a ellos
Tus amigos y familiares pueden estar muy contentos, únete a ellos

Tus familiares y amigos te escucharán con atención para aprender de tu experiencia, para saber cómo fue que lograste lo que te propusiste y para recibir tu alegría y alimentarse de ella.

Esta atención de tus afectos hará de ti una persona llena de entusiasmo, contenta, sonriente. Además las continuas celebraciones en tu entorno laboral inciden en tus emociones y parece que fueras el rey del Universo.

Pero, hay otros que sufren lo indecible. Quizás en la misma fiesta en la que pareces alcanzar la cima. Silenciosamente, sin que seas capaz de percibirlo, un ser humano se hunde en la melancolía y la tristeza, aunque haya logrado alcanzar metas en el ciclo que se cierra en diciembre.

Es un problema grave que se repite en las festividades
Es un problema grave que se repite en las festividades

La depresión en la época de Navidad es un problema serio, grave y quizás poco tomado en cuenta. Personas que parecen no poder asumir el control de sus emociones y se lanzan a un profundo estado que puede desembocar en lo peor.

Las fiestas, la emoción de los otros, la alegría de las calles produce un ellos una ansiedad terrible. Una espiral de la que no parece haber salida. Mientras más alegrías ven en los otros más tristeza se refleja en ellos.

La cena de Navidad se vuelve un evento del que tratan de huir, pero no siempre lo logran. Así que por compromiso asisten, mantienen silencio, comen y se largan a tratar de sobrellevar la tristeza.

La mayoría de los melancólicos de la Navidad evitan hacer planes de año nuevo, derrotados desde antes de entrar a competir van por la vida buscando algo que pueda ayudarlos a seguir adelante.

Estas fechas tan especiales para casi todos, en algunos produce una alegría desmedida y en otros una tristeza paralizante. Lo mejor es tratar de identificar estas conductas y no dejarse llevar por los extremos, que siempre son malos.

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