En Familia con Chabelo, el entrañable programa que todas las generaciones disfrutaron

En Familia con Chabelo fue el programa que cautivó a los mexicanos durante casi medio siglo. (Héctor Vivas/Jam Media/LatinContent via Getty Images)
En Familia con Chabelo fue el programa que cautivó a los mexicanos durante casi medio siglo. (Héctor Vivas/Jam Media/LatinContent via Getty Images)

Los domingos mexicanos no se entienden sin En Familia con Chabelo, un programa que se mantuvo al aire desde 1967 hasta 2015. Para generaciones completas, Xavier López fue el compañero ideal de las mañanas dominicales. Todo podía verse en ese programa que supo adaptarse a cada época que vivió. Por algo hasta el reguetonero J Balvin llegó a presentarse ahí, quizá como ejemplo de los nuevos tiempos asimilados por la televisión Tradicional.

Despertar era un mero protocolo para entrar a la magia: Chabelo ya estaba ahí. El programa era grabado, sí, pero transmitía una energía única que lo hacía sentir cercano en términos de empatía y de temporalidad. Casi medio siglo al aire puede explicar, en gran medida, cómo se reforzó esa idea en la cultura popular de que Xavier López era eterno: todos lo vimos alguna vez en televisión. Así como todos aprendimos el significado de la palabra "catafixiar" y empezamos a usarla en la vida normal sin darnos cuenta. Y todos, también, soñamos con algún día ir al programa y ser de los suertudos que pasan a participar en los juegos y, con suerte, ganar una sala —aunque los niños más bien preferían los paquetes de dulces o los juguetes—.

Y eso también explica por qué tras el adiós del programa, en diciembre de 2015, la carrera de Chabelo se sintió incompleta, y no por falta de actividad, porque continuó con su participación en otros proyectos —participó con su voz en Coco y como actor de pantalla en El Complot Mongol—. Pero ya nada era lo mismo sin su presencia todos los domingos, a la misma hora, en el mismo canal. Ese cintillo publicitario nunca tuvo un mejor representante. Y cuando la magia acabó para siempre no hubo más remedio que regocijarse en los recuerdos compartidos. Se suele decir que cada generación tiene ídolos diferentes, que no encajan entre sí, pero con Chabelo esa máxima se rompía: fue admirado por tus abuelos, por tus padres, por ti; por tus hermanos mayores y menores.

“Todo en la vida tiene un ciclo, un principio y un final. En Familia con Chabelo se va del aire el próximo 20 de diciembre, pero se cierra un ciclo y empieza otro. Le mando todo mi cariño y mi respeto a todos los cuatitos, a las cuatitas y también a todos los que siguen siendo niños por dentro”, expresó Chabelo en noviembre de 2015 cuando anunció en Youtube el final del programa matutino más entrañable de la televisión mexicana. Desde ese momento, todo se sintió diferente. Lo seguimos viendo y sabíamos que estaba ahí aunque ya no pasara todos los domingos en la televisión.

Daba entrevistas regularmente y, cuando hablaba con su voz normal, era complicado no sentir rareza: durante tantos años lo escuchamos hablar como el amigo de todos los niños que era sorprendente escuchar a Xavier López. Tan amable e irreverente dentro del personaje, capaz de romper una cámara de televisión por patear un balón, Chabelo convertido en Xavier López era reservado y cuidadoso en su vida personal. A las polémicas que lo perseguían respondía con sequedad y no pocas veces con un tono fúrico. Ya en ese 2015, Xavier López adelantaba su conocimiento de que nada es perpetuo.

“Es un proceso que estoy haciendo de un tiempo a la fecha, ahora me convenzo más de que no voy a durar toda la vida y que tengo que poner mucha atención para que mi hipersensibilidad me advierta que está sucediendo un cambio", dijo. Chabelo ha muerto, pero la inmortalidad la ganó desde hace mucho tiempo. La ganó para siempre.

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