Encuentro con el último testigo de la misión sanitaria española en la Guerra de Vietnam

Go Cong (Vietnam), 10 oct (EFE).- Más de medio siglo después de convivir con el capitán médico español Francisco Faúndez, el vietnamita Ngoc Chau, de 90 años, recibe emocionado en su casa a Ángela, hija del fallecido militar que fue miembro de la misión sanitaria enviada por el Ejército español a la Guerra de Vietnam.

"Hoy es un día muy importante en mi vida. Soy viejo y no sé si podré tener otro día como este", dice a EFE Chau, enfermero jubilado, mientras espera expectante la llegada de Ángela Faúndez en el porche de su casa en Go Cong, a unos 60 kilómetros de la antigua Saigón, ciudad rebautizada tras la guerra con el nombre del héroe nacional Ho Chi Minh.

Ya apenas quedan huellas en Go Cong de aquellos llamados "doce de la fama", que entre 1966 y 1972 participaron en la misión sanitaria que España envió a Vietnam a petición de Estados Unidos, como apoyo durante la guerra entre el norte comunista y el sur proestadounidense.

El entonces presidente de EE.UU., Lyndon B. Johnson, había tratado de convencer al general Franco de que enviara tropas de apoyo para dar más legitimidad internacional a la intervención norteamericana, pero éste sólo accedió a desplegar con mucha discreción la misión médica, suficiente para que la bandera española figurara en la lista de naciones aliadas.

Allí, en un ambiente hostil, se ganaron el cariño de los lugareños y las autoridades les dedicaron un pequeño puente, bautizado como Tay Ban Nha (España) y hoy ya desaparecido, igual que se van extinguiendo los recuerdos sobre aquellos españoles en un país donde la guerra queda ya como una pesadilla lejana.

El señor Chau, único superviviente conocido de quienes trabajaron con el equipo español, les sigue recordando con cariño más de cincuenta años después de su partida.

Ángela Faúndez, que visitó a Chau a finales de septiembre, llegó a la casa sonriente junto a un intérprete y los dos amigos con los que recorría Vietnam de vacaciones y mostró su alegría por conocer al enfermero que, durante un año, trabajó codo con codo con su padre, que casi nunca hablaba de aquello.

"Mucho good today. Very gracias", dice Chau poco después de recibirla, mientras todos se acomodan en sus sillas y el anciano comienza a evocar aquel año, de septiembre a septiembre entre 1966 y 1967, en que el entonces capitán médico Francisco Faúndez vivió en Go Cong.

"Tengo muchas cosas que contarte de tu padre. En 1966 vino a Go Cong a trabajar en el hospital. El primer día que llegó nos conocimos porque podía hablar en francés con él. Trabajamos juntos, yo era su enfermero. Le recordaré siempre, a él y a otros miembros del equipo español: el doctor Linares, el doctor González, Outón en el laboratorio...", cuenta Chau, alternando el idioma vietnamita con un inglés vacilante.

Chau relata cómo pasó de trabajar como enfermero con muy pocos recursos a contar con la colaboración de aquellos médicos militares, que trajeron conocimiento y material y que aportaron una gran mejora en la atención de los pacientes.

El anciano salpica su relato con algunas palabras que aprendió en español: "dolor abdominal", "poco a poco", "muy bien" o "gracias", que memorizó a fuerza de oírlas mientras atendían a la población civil con todo tipo de dolencias: heridos de metralla y de bombas o a enfermos de tuberculosis o paludismo.

En sus memorias, el militar español, fallecido en 2019, recordaba la ayuda que le prestaba Chau como intérprete y cómo el contingente español se distinguía del estadounidense por su acercamiento a la población civil.

Ángela enseña al viejo amigo de su padre algunas fotos de la época que tiene en su teléfono y Chau muestra orgulloso dos discos musicales (uno de ellos La Bamba, de Los Muchachos), regalo de uno de los doctores españoles.

"Tu padre me regaló una camisa blanca de manga larga", le dice a la joven.

Tras unos minutos más de charla, el señor Chau saca una tableta y reproduce una interpretación suya con la mandolina de Bésame mucho, una de las que cantaba en la residencia de sus amigos españoles las noches en que había calma y podían relajarse y olvidar con la música los sinsabores de la guerra.

A medida que avanza la reproducción, todos los presentes se van animando a cantar, sobre todo el señor Chau, que parece viajar en el tiempo y volver a ser el joven enfermero que pasaba las veladas disfrutando de la música con los sanitarios españoles.

El enfermero jubilado continúa la sesión musical tocando varias canciones con la armónica y el ukelele, antes de intercambiar su contacto con sus invitados y recomendarles que sigan el canal de Youtube en el que cuelga sus interpretaciones.

"Muy contento de veros hoy", escribe en inglés con una cuidada y elegante caligrafía en un papel que entrega a la joven Faúndez, visiblemente satisfecha con la experiencia.

"Ha sido un encuentro muy emocionante. Tenía claro que viniendo a Vietnam tenía que ver los recuerdos que había comentado mi padre y quería ver los lugares en los que había estado. Ha sido una sorpresa saber que estaba el señor Chau. Conocerle en persona ha sido muy emocionante. Mucho más completa la experiencia de lo que imaginaba", dice a EFE.

En la despedida, el señor Chau vuelve a insistir en que el encuentro ha sido un "momento inolvidable" para él. "No sé cuánto voy a vivir, espero que más años. Podemos mantener contacto. No sé si podré volver a recibiros".

Eric San Juan

(c) Agencia EFE