Alerta de una enfermedad autoinmune por unos implantes de pecho con moho

Con el paso de los años, los implantes de pecho se van deteriorando. Pero esto no quiere decir que inevitablemente tengan que dar problemas. Esto depende de cada paciente y su caso particular. (Foto: Getty)
Con el paso de los años, los implantes de pecho se van deteriorando. Pero esto no quiere decir que inevitablemente tengan que dar problemas. Esto depende de cada paciente y su caso particular. (Foto: Getty)

Las dudas sobre la seguridad de los implantes de pecho no son nuevas. Ha habido mucha polémica en torno a algunos de los materiales empleados para su fabricación y bastante confusión sobre si tienen o no fecha de caducidad. Además, algunos tipos de implantes se han relacionado con el cáncer.

El caso que te traigo hoy ha reabierto el debate. Es un nuevo testimonio de una mujer que cuenta cómo un implante mamario “mohoso” le provocó el desarrollo de síntomas de la enfermedad de Hashimoto, tal y como publica Yahoo! Finance, un trastorno autoinmunitario que puede causar hipotiroidismo o tiroides hipoactiva.

En un vídeo publicado en TikTok que ha recibido más de 5 millones de visitas y miles de comentarios, Melissa (@melissalima713) cuenta que se puso implantes mamarios en 2002 “porque estar frente a la cámara me hizo sentir insegura sobre mi cuerpo”.

Ocho años después comenzó a desarrollar un dolor intenso en su cuerpo y no sabía cuál era la causa, a pesar de ver a “cientos de médicos”.

“En 2010, comencé a tener dolor severo en las articulaciones, depresión e inflamación inexplicable”, cuenta Lima en la publicación al tiempo que muestra imágenes de su rostro hinchado. “Después de visitar a muchas médicos y aún sin respuesta, me rendí”.

Pero el dolor su dolor físico impactó en su vida diaria y cada vez tenía más problemas para moverse debido a la hinchazón de sus pies y al enrojecimiento en sus piernas hasta que llegó un momento en que no podía levantarse de la cama para cocinar o atender a sus hijos.

Alentado por un amigo, empezó a investigar sobre las enfermedades relacionadas con los implantes mamarios, y cambió de perspectiva. La constancia y sus esfuerzos dieron sus frutos. Lima continuo investigando y buscando ayuda profesional hasta que tras múltiples pruebas, unos análisis de sangre arrojaron un diagnóstico claro. Sus médicos descubrieron que sus síntomas, que incluían confusión mental, fatiga y problemas intestinales, se debían a la enfermedad de Hashimoto, “un trastorno autoinmune que afecta la glándula tiroides”, según recoge la Clínica Mayo.

Lima compartió su historia durante una entrevista con BuzzFeed y aunque quería quitarse los implantes, no estaba segura de que esto aliviaría sus síntomas. Sin embargo, estaba tan enferma que tras el diagnóstico, en octubre de 2020, tomó una decisión que cambió su vida: decidió quitarse los implantes mamarios.

Han pasado dos años desde que se sometió a la cirugía y según cuenta, "todavía tengo que tomar medicamentos para Hashimoto y tengo dolor en las articulaciones de las caderas”.

“Aparte de eso, estoy feliz, saludable y, lo que es más importante, bastante afortunada de poder volver a mi estado normal”, añade.

Para concienciar sobre el peligro de los implantes de pecho, Melissa ha mostrados en redes el estado de sus prótesis; el implante derecho estaba lleno de “moho”, y el izquierdo todavía estaba limpio y no tenía moho.

Aunque la “relación exacta” entre los implantes mamarios y la enfermedad de los implantes mamarios no está clara, los síntomas “incluyen fatiga, pérdida de memoria, erupción cutánea y dificultad para concentrarse”, y la extracción de los implantes mamarios es una posible forma de “revertir estos síntomas”, apunta la Clínica Mayo.

Por otro lado, existe una amplia gama de riesgos asociados con los implantes de pecho como dolor mamario, infección o ruptura de los implantes. Y la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) descubrió una posible asociación entre los implantes mamarios y el ALCL (linfoma anaplásico de células grandes), el cual se denomina BIA-ALCL (linfoma asociado a los implantes mamarios). La agencia americana también señala que esta condición “no es cáncer de mama” ya que “es un tipo de linfoma no Hodgkin (cáncer del sistema inmunológico)”.

Tal y como recoge la literatura científica, los implantes mamarios de silicona han sido objeto de duda respecto a su seguridad a largo plazo. Prohibidos en 1992 por la FDA por su posible vinculación con enfermedades del tejido conectivo, autoinmunes y reumatológicas, volvieron a comercializarse en 2006.

Pero últimamente se han asociado a efectos adversos agrupados bajo el término "enfermedad asociada a implante" o la enfermedad de los implantes mamarios (BII (Breast Implant Illness), por sus siglas en inglés), popularizado en redes sociales. Son pacientes con prótesis mamarias de silicona que se refieren a síntomas sistémicos inespecíficos o enfermedades sistémicas que asocian a sus implantes.

Las complicaciones incluyen fatiga, dolor en el pecho, caída del cabello, dolor de cabeza, escalofríos, fotosensibilidad, dolor crónico, confusión y problemas del sueño.

Actualmente, hay poca evidencia de que estos síntomas estén ligados específicamente a los implantes. Algunos estudios sugieren que los implantes de mama de silicona están relacionados con un aumento del riesgo de sufrir muerte fetal (aborto con más de 20 semanas de gestación) y varios trastornos, como artritis, cáncer de piel y enfermedades autoinmunes, según MD Anderson Cancer Center.

Pero todavía se trata de una condición que no tiene un diagnóstico oficial. Sin embargo, dados los numerosos testimonios de mujeres que aseguran sufrir síntomas que incluyen dolor crónico y fatiga extrema, la Asociación Británica de Cirujanos Plásticos (BAAPS, por sus siglas en inglés) declaró que las mujeres que se hacen implantes de pecho deben ser alertadas sobre esta condición.

"La enfermedad por implantes mamarios no es algo de lo que estemos acostumbrados a hablar, pero las asociaciones de cirujanos plásticos como la nuestra empezaron a recomendar que lo hagamos, y creo que es algo bueno para los pacientes, para que puedan tomar decisiones más informadas", cuenta Nora Nugent, especialista en cirugía plástica de la BAAPS, a la BBC.

Es importante aclarar, tal y como indica la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) que dicho término se usa para describir una serie de condiciones inducidas por factores adyuvantes. Es decir, factores que por sí mismos no producirían una respuesta antigénica o inflamatoria, pero que podrían ayudar a que otros antígenos genéticos o ambientales la produzcan.

Es decir que algunas personas genéticamente predispuestas que se vean sometidos a factores adyuvantes como medicamentos, catéteres, vacunas, marcapasos, lentes intraoculares o implantes (de rodilla, cadera, testículos o mamarias), podrían desarrollar un conjunto de síntomas muy diversos. Estos incluyen dolores musculares y/o articulares, fatiga crónica y alteraciones del sueño, manifestaciones cutáneas (urticaria, eccema, edema), manifestaciones neurológicas (pérdida de memoria, debilidad, falta de concentración), manifestaciones digestivas (síndrome del intestino irritable) y otras. La enfermedad del implante de mama o BII se refiere a la aparición de estos síntomas tras la implantación de prótesis mamarias.

Según la Asociación Española de Cirugía Estética Plástica (AECEP), los implantes mamarios son seguros, pero tienen efectos secundarios muy raros, a veces graves. Sobre el riesgo relacionado con enfermedades autoinmunes y otros síntomas, los especialistas consideran que "se necesita más investigación sobre el papel de los implantes mamarios”, y recomiendan a las pacientes que se informen con fuentes confiables antes de someterse a una cirugía y que se aseguren de que el implante y la operación queden registrados en la base de datos nacional. Además, “las mujeres que presentan estos efectos secundarios deben tomarse en serio, recibir apoyo y examinarse”, concluyen.

La clave está en informarse. O sea, si vas a operarte, no necesariamente va a pasarte y tampoco estamos diciendo que si ya tienes implantes colocados vayas corriendo a quitártelos. Pero, para poder protegerte y cuidarte, es importante conocer los riesgos y ponerte en manos de un profesional cualificado. También debes asegurarte de que en las consultas previas a la operación te dediquen tiempo y te pregunten todo (antecedentes de enfermedades, medicación, intervenciones quirúrgicas, antecedentes familiares...).

Todo es relevante porque la operación de pecho es una intervención quirúrgica con la misma importancia que cualquier otra, que no debe ser tomada a la ligera, que debe realizarse en un quirófano y con el debido equipo médico; asegurándote, además, de contar con los estudios previos así como las adecuadas condiciones para la operación y el seguimiento posterior.

Por supuesto, tienes que informarte y saber qué tipo de implantes te van a colocar, con qué técnica y la medida que te van a poner. Y ahí es donde vuelve a ser importante la elección del médico, porque, más allá de cuál sea tu deseo, el profesional es quien debe decirte si tu cuerpo puede o no recibir eso. Incluso, hay profesionales que recomiendan que, en presencia de determinadas enfermedades previas, como la artritis reumatoidea o el lupus, no se coloquen implantes.

Ten en cuenta que este procedimiento va a requerir un seguimiento posterior, controles periódicos en paralelo a los mamarios y, debido a los cambios naturales de cada organismo, puede ser necesaria una reintervención. Porque cuanto más tiempo tengas los implantes, mayores serán las posibilidades de desarrollar complicaciones que deriven en cirugías adicionales.

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