Enrico Rava, melodías bajo la lluvia

San Sebastián, 24 jul (EFE).- El trompetista Enrico Rava, una de las leyendas del jazz, ha ofrecido hoy un concierto con su repertorio clásico de melodías a prueba del paso del tiempo ante un público, en el que no han faltado sus incondicionales de décadas, que ha soportado el aguacero que ha caído sobre la plaza de la Trinidad de San Sebastián esta noche.

Horas antes Enrico Rava ha recibido de manos del alcalde de la ciudad, Eneko Goia, el premio Donostia del Jazzaldia, un festival que "adora" y una ciudad de la que "le gusta todo, también la comida", ha asegurado el artista.

Como es frecuente en él, ha tocado con jóvenes artistas, una compañía que no busca porque considere que "tiene la misión de descubrir talentos", sino porque necesita "sorprender y que le sorprendan" cuando interrelaciona con otros músicos en el escenario, según ha reconocido durante la entrega del premio.

Lo que busca este maestro de la melodía y de la improvisación es "ese momento sublime de democracia perfecta" -lo ha definido- en el que un músico recibe esa especie de "telepatía" de sus compañeros de escena y viceversa.

Hoy parecía que el tiempo iba a dar una tregua y respetar la actuación de Rava, la batería Evita Polidoro, el trombonista Matteo Paggi, el guitarrista Franceso Diodati y el contrabajo Franceso Ponticelli, pero a los pocos minutos de empezar ha caído un chaparrón que ha dejado vacías varias filas de espectadores aunque la mayoría se han quedado en sus asientos.

El particular uso de la melodía, la personalidad de este músico siempre en constante investigación, abriendo nuevos caminos desde sus inicios en el free jazz, se han apreciado en el recital de una hora que ha ofrecido hoy, en el que no han faltado clásicos como "Sola" o "Cornette".

Los diálogos entre los instrumentos se han sucedido en el escenario en el que cada uno de los músicos ha tenido su espacio para el lucimiento con los solos que se han ido intercalando a lo largo de los temas.

VERSATIL PAT METHENY

Diferente, pero también acompañado de jóvenes músicos, ha sido la propuesta de Pat Metheny, otro de los protagonistas de esta cuarta jornada del Jazzaldia, aunque el guitarrista ha actuado, eso sí, a resguardo de las inclemencias del Cantábrico en el centro Kursaal.

Versátil como siempre, Metheny ha llenado el auditorio donostiarra en el que ha irrumpido con su enmarañada melena y pertrechado de su guitarra Picasso de varios mástiles y 42 cuerdas, que la luthier Linda Manzer fabricó exclusivamente para él.

Con "Make peace", que ha interpretado en solitario, ha dado comienzo un concierto que ha sido prácticamente un ininterrumpido interludio jazzero en el que los temas se han ido sucediendo de forma casi concatenada durante dos horas, sin respiro entre uno y otro.

El artista de Missouri ha presentado su último proyecto, Side Eye, que trata de apoyar a un grupo de músicos que va rotando y que interpreta piezas nuevas.

Chris Fishman al piano y los teclados y Joe Dyson a la batería han mantenido auténticos duelos entre ellos y con el propio Metheny, que ha dejado brillar a sus acompañantes.

Metheny ha desplegado su parafernalia instrumental lo que hace que en momentos sea difícil identificar qué músico es el responsable de la amplia gama de sonidos que salen del escenario en el que solo hay tres personas.

El icónico "Bright Size Life", de su primer álbum que gravó en 1976 con el bajista Jaco Pastorius, ha dado paso a "Better Days Ahead", otro de sus éxitos, y "Timeline", en el que Metheny ha mantenido un "tete a tete" con Joe Dyson.

A las intensas "Phase Dance" y "Trigonometry" han seguido el halo más reposado de "Zenith blue", con el que Metheny ha querido dar por concluido el concierto.

Pero el público quería más y el guitarrista ha regalado un primer bis con un recopilatorio de algunas de sus melodías y un segundo con "Are You Going With Me" con el que se ha despedido.

Mercedes Zabaleta

(c) Agencia EFE