¿Qué nos enseñan los deportistas olímpicos a nivel psicológico?

gimnasta

De los deportistas olímpicos y de cualquier atleta de elite podemos aprender mucho. Estos profesionales están acostumbrados a lidiar con la incertidumbre, a duras jornadas de entrenamiento venciendo el agotamiento físico y mental, a manejar el miedo y la ansiedad, a no venirse abajo cuando no ganan y, en el caso de vencer, a no dejarse llevar por las mieles del éxito. Estos deportistas no nacen con todas estas virtudes. Poco a poco, a base de entrenamiento físico y mental, logran una gestión emocional que nosotros podemos aprender y poner en práctica en el día a día.

Como afirma Beatriz Escartín Gil, psicóloga en TherapyChat, “los deportistas son vistos como superhéroes y superheroínas, pero no podemos olvidar que son seres humanos como el resto de los mortales y, pese a su fortaleza mental, también sufren dificultades emocionales". La experta en psicología recuerda al estadounidense Michael Phelps, considerado el mejor nadador de la historia, ganador de 28 medallas olímpicas, quien sufrió ansiedad y depresión. "Incluso llegó a afirmar que en ocasiones quiso no seguir vivo”, señala Escartín quien también apunta a Paula Badosa, tenista española que disputará estos Juegos Olímpicos, que habló de su ansiedad y depresión; al igual que el jugador de baloncesto Alex Abrines. Edurne Pasabán es otro ejemplo. La alpinista habló con ¡HOLA! para desestigmatizar la depresión, una patología que ella misma también sufrió. Como vemos, el triunfo de todas estas personas, más allá de sus éxitos deportivos, fue aprender a gestionar las situaciones emocionales adversas.

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Estrategias psicológicas de los deportistas

Como decíamos, los atletas olímpicos no son dioses, sino personas que han aprendido a superarse para sortear los obstáculos y lograr sus objetivos. Pueden caerse, pero se han preparado para levantarse. Lo mismo que podemos hacer todos nosotras. Como señalan los expertos de TherapyChat, estas mismas habilidades nos pueden servir a nosotras para mejorar nuestra autoconfianza, nuestra capacidad para tolerar el estrés o nuestra tolerancia a la incertidumbre, así como que podamos asumir más responsabilidades y que trabajemos mejor en equipo. Esto es lo que podemos aprender:

  • El entrenamiento en resolución de problemas: nos permite definir el problema, generar soluciones alternativas, tomar decisiones y poner en práctica la alternativa elegida. Esto nos ayuda a ver los problemas desde un lugar diferente y tener más control sobre las posibles situaciones inesperadas que puedan aparecer.

  • La relajación progresiva de Jaccobson: permite tener un mayor autocontrol en momentos de tensión y maximiza la relajación mental. La técnica consiste en tensar diferentes grupos musculares y destensarlos manteniendo la atención sobre ellos, para terminar con la conciencia del estado de calma, donde podemos imaginar un lugar que nos produzca tranquilidad.

  • La práctica de la imaginación y la visualización: consiste en anticipar la situación a la que queremos enfrentarnos y que nos produce estrés. Debemos visualizar el mayor número de detalles, tanto de la situación como de los pensamientos y emociones que pueden surgir. Esto nos permitirá aumentar nuestra autoconfianza, disminuir el nivel de estrés, perfeccionar determinados movimientos y tener más tolerancia al dolor, entre otros.

  • El auto-diálogo: es clave para utilizar los pensamientos adecuados. Es una técnica que pasa por ser capaz de detectar cuándo aparecen los pensamientos irracionales, negativos y poco flexibles para transformarlos en ese momento en pensamientos más racionales, constructivos, flexibles y positivos. Por ejemplo, ante un examen suelen aparecer pensamientos de este tipo: “voy a suspender” o “nunca aprobaré”. En ese momento, estos pensamientos pueden ser transformados hacia frases más constructivas como: “yo puedo”, “he estudiado todo lo posible” o “si suspendo, volveré a intentarlo”. El auto-diálogo puede tomar distintas formas (Buceta, J, 1998), ya sea como autoafirmaciones (“puedes hacerlo”), las autoinstrucciones (“respira despacio”) o los autorrefuerzos (“has golpeado la bola como has entrenado, sigue así”). Con esta herramienta se consigue mantener la motivación y la confianza y se mejora el rendimiento.

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La vida puede considerarse como una olimpiada

Como añaden, enfrentarse a unos Juegos Olímpicos puede tener algunas similitudes con diferentes momentos que vivimos en nuestro día a día. Todos podemos estar sometidos a una fuerte presión, ya sea por una oposición, por una entrevista de trabajo, un cambio de país… Por eso, además de los consejos anteriores, desde TherapyChat consideran interesante que conozcas cuáles son los elementos a tener en cuenta para pasar por estas situaciones de estrés, para que así puedas estar lo mejor preparado posible para ello:

  • Autoconfianza. Confía en tus habilidades y posibilidades. Si vas a una entrevista de trabajo importante para la que llevas días preparándote y vas pensando que no te seleccionarán, no te permitirás mostrar todas tus capacidades. El empresario Henry Ford decía: “ya sea que pienses que puedes o que no puedes, tienes razón”. Apuesta por lo primero.

  • Motivación. Establece objetivos medibles, alcanzables, medibles, relevantes y temporales. Afrontar momentos de presión con la motivación adecuada permite mantener la concentración y gestionar el estrés de manera positiva.

  • Optimismo y gratitud. Esto nos servirá para poder vivir situaciones de presión como oportunidades de crecimiento y mejora, y no como amenazas de las que huir. Si después de estudiar durante dos años una oposición te quedas a pocas décimas de conseguir plaza puedes resignarte (“¡Todo lo que estudié no ha servido para nada!”) o ser optimista (“Me he quedado muy cerca, con un poco más de esfuerzo lo conseguiré”).

  • Tolerancia a la frustración. Para comprender que las derrotas son parte del deporte y de la vida. No siempre podremos obtener lo que queremos en estas situaciones de presión y tendremos que ser capaces de aceptar esas situaciones.

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