ENTREVISTA: Mil pinos | La experiencia migrante que no conoces

ENTREVISTA: Mil pinos | La experiencia migrante que no conoces
ENTREVISTA: Mil pinos | La experiencia migrante que no conoces

Entre duros climas, millones de kilómetros lejos del calor de su hogar y apretados entre ellos en pequeñas habitaciones de hotel en un país ajeno, un grupo de hombres oaxaqueños planta pinos en tierras foráneas. Por temporadas de varios meses, ellos abandonan México para ganar un sueldo en dólares y es hasta Mil Pinos, documental que forma parte de la selección de este género en la vigésima primera edición del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM 2023), que sus historias llegan al cine.

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Filmada casi totalmente a mano y siguiendo su día a día, Mil pinos es un retrato íntimo de las labores de Raymundo, el líder de un grupo de plantadores oaxaqueños que, año con año, viajan a Arkansas para sembrar los árboles titulares. Con la luz verde de una visa especial que les permite laborar en el extranjero, los directores Noam Osband y Sebastian Diaz Aguirre capturaron el arduo trabajo que esta actividad representa. Pero más importante todavía: el gran sacrificio personal que les demanda. En entrevista con Tomatazos, nos contaron sobre cómo este filme mira la migración, documentada, y la revela no tan distinta como la que carece de permisos:

Es es sacrificio por sus familias motivado por el amor que tienen hacia ellos. Yo creo que ese es el meollo del asunto de la película, el tema principal. Es una visión distinta de la migración porque es con permiso de trabajo, sin embargo es un comentario interesante e importante sobre la injusticia en términos de la migración con visa o sin visa. En este caso hablamos de extranjeros con visas de trabajo temporal y que tiene características muy interesantes que es que el empleador tiene que solicitar al empleador, no puedes obtenerla por ti mismo, depende del empleador y una vez que la tienes puedes estar durante el tiempo que dura la visa, pero únicamente con este empleador. No puedes cambiar si las condiciones no son idóneas. Eso pone al trabajador en una situación vulnerable y de desventaja.

Pese a esto, Mil Pinos se refrena de conformar discursos directamente políticos sobre el tema de la migración, uno que lleva años poniendo tensión a la relación bilateral entre Estados Unidos y México. El filme se dedica únicamente a seguir a sus protagonistas, a mostrar cómo viven cuando sus familiares se enferman y no pueden hacer más que llamadas, cua cómo se mueven por un país en el que no conocen la lengua y cómo lidian con patrones que, a veces, les demandan rehacer trabajos enteros.

No tratamos de hacer una película que tuviera un comentario político obvio sino sutil viendo la experiencia humana viendo el sacrificio que hacen y contextualizando históricamente el trabajo.

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Osband explica que, como estadounidense, su esperanza es que sus connacionales, que podrían albergar erróneos prejuicios sobre los migrantes mexicanos encuentren en el relato un vistazo a la dimensión humana de todos estos hombres y del desgastante empleo que tienen. Es por eso que, desde la concepción, huyó de un formato documental más periodístico a favor de un relato que los aborda desde su cotidianidad.

Una razón para hacerla es que la película tiene la oportunidad de alcanzar a personas que tengan ideas racistas sobre los mexicanos y si tuviera un punto de vista muy marcado quizá no quisieran verla.

Para el director, establecer una relación de confianza con el grupo de plantadores era muy importante. No quería simplemente explotar su historia o estorbar en su ya difícil trabajo. Aunque comenzó el rodaje tratando de seguirles el paso, y colaborando en sus tareas, pronto se dio cuenta de que era mejor apostar por incluirse de otra forma. Acabó siendo el agüero del grupo y eso le facilitó ganarse su vistazo a la vida de todos ellos:

Iba a plantear y filmar al mismo tiempo, pero no pude seguir porque es un trabajo muy duro. Yo era el aguador, caminaba con botellas de agua y me aseguraba que todos tuvieran un botella de agua.

Aunque Raymundo y compañía no han podido ver el corte final, Osband explica que anteriormente compartió con ellos y sus familiares una versión de la película. Esto fue hace casi 10 años, por que el proyecto ha tomado esa cantidad de tiempo en finalizarse, y para él lo mejor fue acercar a sus familiar a lo que los plantadores hacen cuando dejan sus hogares:

No les hemos enseñado la película, pero no el corte final. Fue muy especial cuando fui a Tlaxiaco con las familias de ellos, hubo muchos, esto fue en 2013, y les enseñaba a sus familias lo que filmé. Y para muchos, era la primera vez que ellos veían qué hacían allá. Y fue muy especial verlos observarlos a ellos trabajar.

Mil Pinos parte de la Selección de Documental Mexicano del FICM 2023 y contará con varias funciones como parte de la programación.

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