Envalentonada por el éxito de Drácula, el musical, la dupla Cibrián-Mahler se prepara para reflotar el segundo de sus hits
Conforman el team más fructífero de la historia de los musicales argentinos y también, sin dudas, el más exitoso. Pepe Cibrián Campoy y Ángel Mahler se conocieron hace 40 años, en 1983, y desde entonces, y a lo largo de tres décadas, han producido más de una docena de títulos excepcionales, entre ellos Drácula, el musical, El Jorobado de París, Las mil y una noches, Otelo, Excalibur, una leyenda musical; Dorian Gray, el retrato y tantos más.
De toda su obra Drácula, el musical resultó ser el espectáculo más convocante y longevo, que se representó a partir de 1991 en sucesivas temporadas, a lo largo y ancho del país y también en el exterior, hasta el domingo pasado, cuando se despidió -¿definitivamente?- con cinco funciones a full en el Luna Park, el estadio donde -gracias a la generosidad de Juan Carlos “Tito” Lectoure, que lo solventó- nació el suceso protagonizado por Juan Rodó y Cecilia Milone.
Como se recordará, el festejo por los 30 años de Drácula, el Musical (que en realidad sucedió un año después, por la irrupción de la pandemia) no fue tarea fácil. Cibrián Campoy y Mahler se habían distanciado en 2016, en medio de la temporada que conmemoraba los 25 años del musical en el Teatro Astral, y a partir de ahí nunca habían vuelto a hablar. Sin embargo, una nota publicada en La Nación el 17 de junio de 2021, que daba cuenta de la historia del espectáculo y que incluía sus declaraciones, hizo que depusieran sus posiciones antagónicas y retomaran el diálogo. Así, poco a poco, tomó forma el regreso triunfal de Drácula, el Musical: primero con ocho funciones en el Luna Park, después con tres en el Movistar Arena, más tarde con una extensísima gira nacional y una temporada en Mar del Plata y, por último, con las recientes seis representaciones en el estadio de Bouchard y Av. Corrientes.
Pese al arrollador éxito del revival de Drácula, el musical, que alimentó la esperanza de que el tándem volviera a escribir un nuevo opus junto, o que a partir de ahora reestrenaran periódicamente el resto de sus obras, tanto Cibrián Campoy como Mahler habían decidido no continuar con la dupla y enfocarse exclusivamente en sus carreras individuales: el primero prosiguiendo con las funciones de su unipersonal Pepe con Pepe, su “Laboratorio Cibrián” de los lunes en el teatro El Cubo (donde a fin de año presentará Aquí no podemos hacerlo) y las masterclass, por aquí y allá, los fines de semana. El segundo con sus conciertos internacionales, en Estados Unidos y Europa, más los nacionales, con música de grandes películas, dentro del ciclo Paramount in Concert, y el musical Jesús de Nazareth, La Pasión (en coautoría con Carlos Abregú), que justamente este domingo 10 de septiembre será montado por única vez a gran escala en el Luna Park. Pero finalmente, y sin abandonar sus proyectos solistas, le darán el gusto al público que tanto se los reclamaba y el año próximo repondrán el segundo hit de su carrera conjunta: El Jorobado de París.
La versión original, allá por el 93
En este musical, que se estrenó en 1993 en el Luna Park, Cibrián Campoy y Mahler partieron de la historia conocida del jorobado de Notre Dame para hablar de la libertad del hombre más allá de su belleza exterior. Como es sabido, Quasimodo, el personaje principal, es un ser marginado por el mundo que lo rodea y encuentra la paz a través del amor más puro, el amor incondicional, aquel que no pide nada a cambio, aún a costa de ofrecer su propia vida. En aquella versión primigenia el protagonista fue Carlos de Antonio, al que acompañó Paola Krum (quien ya se había destacado como Lucy en Drácula, el musical) en el rol de la sensual bailarina gitana Esmeralda. Dos años más tarde el musical volvió al Luna Park, pero en una versión remozada; luego, en 1999, salió de gira por todo el país y también contó con dos reestrenos en Capital Federal: uno en 2006 en el Teatro Opera y otro al año siguiente en el Teatro Cervantes. Por último, en 2013 supo de una versión conmemorativa por los 20 años de vida en el Teatro Presidente Alvear.
La nueva versión, que celebrará los 30 años de la obra (aunque un año más tarde, como ocurrió con Drácula, el musical), subirá al escenario del Luna Park el 8 de abril del 2024, luego de un intenso proceso de selección de intérpretes y del consiguiente proceso de ensayos. A excepción de los dos protagonistas, que ya están confirmados, el resto del elenco surgirá de las audiciones que se tomen a partir del 15 de noviembre (en una locación aún por definir, pero que se dará a conocer a la brevedad en el Instagram de Pepe Cibrián Campoy). La producción general de la reposición estará a cargo de Ángel Mahler, quien será acompañado en ese rubro por Dany Macón (que el pasado verano produjo en Córdoba la última obra de Cibrián, Dorothy, un mágico musical). Aunque aún la nueva puesta del musical se encuentra en pleno proceso de desarrollo, ya se sabe que contendrá un componente audiovisual más importante que la original y que incluirá, dentro del planteo escenográfico, un vitraux gigante, que abarcará todo el ancho del escenario. En principio se trata de seis únicas funciones en el Luna Park y una gira por algunas plazas teatrales del interior del país. Pero, visto y considerando lo que ocurrió con el retorno de Drácula, el musical, ya se empieza a especular con un recorrido del espectáculo mucho más extenso.
La noticia del regreso de El Jorobado de París a los escenarios (tras 10 años de ausencia), y, asimismo, de la continuidad de la dupla Cibrián-Mahler, la dieron los mismos hacedores al finalizar la última función de Drácula, el musical, el domingo pasado. Y en medio de la algarabía general presentaron a los dos integrantes del elenco ya confirmados, Rodrigo Scian y Germán Esquerda, quienes interpretarán al jorobado Quasimodo y al archidiácono Claudio Frollo, respectivamente. Ambos actores participan de un taller de montaje de El Jorobado de París que comanda Cibrián desde hace unos meses en el Teatro Seminari de Escobar. El resultado de dicho taller podrá ser disfrutado por la comunidad de la zona norte del Gran Buenos Aires el 18, 22 y 23 de septiembre, en funciones que –seguramente– oficiarán de anticipo de lo que será la gran versión del musical, prevista para el año próximo en el Luna Park.