Los Enviados, ¿qué dijo la crítica de la primer temporada?

Juan José Campanella, a quien conoceréis de otras obras de corte fantástico como ‘Colony’, ‘Night sky’ o una de sus obras más afamadas, ‘El secreto de sus ojos’, es el responsable de este nuevo drama con dosis de suspense. Lo que más me ha gustado de ‘Los enviados’ es que sin necesitar un gran espectáculo, ni artificios logra tener carisma, despertar simpatía y por supuesto generar mucho misterio. Es una serie nada episódica, que sigue una única trama de manera sencilla y muy eficiente.

Esta es una producción inteligente, por lo que el espectador debe prestar atención a los cambios de tiempo y ubicación para comprender completamente la trama. Estoy seguro de que me perdí algunos de los matices culturales y disfruté lo que capté, como la tensión entre españoles y mexicanos. Las interacciones entre los personajes los desarrollan en profundidad. La exploración de la fe y la realidad fue convincente.

Los Enviados toma lo que podría ser una historia obvia de escéptico/creyente y le da espacio para respirar (...) cuanto más avanza la temporada, más abraza el programa su ADN de terror, junto con algunas de las vetas surrealistas que tan bien se alinean con historias que se basan en relaciones complicadas con la religión.

Técnicamente, ‘Los Enviados’ es irreprochable. Se nota el mimo y el cuidado por la fotografía y la banda sonora, pese al un tanto vergonzante inicio, con unos planos del supuesto Cielo bastante de andar por casa. Salvo ese momento, la serie se mantiene a un buen nivel, aunque queda por ver hasta dónde va a llegar. La serie tiene todos los elementos para funcionar y ser un éxito para la plataforma. De hecho, de jugar bien sus cartas, podría atraer a nuevos suscriptores, deseosos de ver una nueva serie de Miguel Ángel Silvestre. Y los misterios religiosos siempre funcionan bien. El primer capítulo te deja con ganas de más, de seguir investigando.

“Los Enviados" es una miniserie que te deja enganchado capítulo a capítulo. La trama está bien construida y logra que ese halo de misterio que rodean los sucesos del pueblo de San Acacio te despierte la vena de policía que hay en cada uno de nosotros o al menos te obliga a cuestionarte sobre muchas cosas como ¿son santos los hombres de la iglesia? ¿existe el demonio? ¿que tan frágil es la fe? ¿se pueden tener creencias de actos demoníacos en pleno siglo XXI? ¿hasta dónde puede llegar la iglesia para cubrir los delitos cometidos por sus sacerdotes? ¿los milagros son reales o fraudes? y un sinfín de más preguntas que no seguiré enumerando porque puedo realizar spoiler.

Si te gustan las series de misterio clásicas con historias basadas en personajes y un elenco sólido, asegúrate de ver Los Enviados. No diré que esté al nivel de la película multipremiada de Campanella. Sin embargo, diré que no me sorprendió cuando descubrí que él estaba detrás de esta serie de Paramount+.

Los Enviados empieza con solidez al mostrar que sabe manejar sus puntos fuertes y las necesarias referencias. Es un pasatiempo digno que no tiene mayor ambición que ser fácil de ver por cualquier espectador, lo que no es poco en estos tiempos.

Los Enviados tiene un sello distintivo que lo eleva ante cualquier otro: el director Juan José Campanella. El horror, la religión, la duda y los secretos se unen en Los Enviados para ofrecer una serie original e inquietante...

...promete ser una de las series más interesantes del 2021, insinúa tener un terror intrigante, que si bien no parece ser sobrenatural, sí es de ese horror que se suele ver en las tramas que mezcla a la religión entre sus líneas.

Irene Azuela llega a esta producción como Adriana Cortés mientras Miguel Rodarte interpreta a Federico Molina, quienes sirven como testigos en esta historia que navega entre varios géneros y completan un elenco espectacular con una historia que requiere de varios matices.

Como thriller le da al espectador un inicio más que respetable con varias puntas para ir analizando en el correr de la temporada (...) y demuestra que, como producción original, no tiene nada que envidiarle al resto.