Escribir es como respirar: Pura López Colomé

CIUDAD DE MÉXICO, abril 9 (EL UNIVERSAL).- Pura López Colomé (Ciudad de México, 1952), la poeta, ensayista y traductora mexicana que es autora de 13 libros de poesía traducidos al inglés, francés, alemán, holandés, esloveno, así como de varios libros de ensayos, recibe hoy a las 17 horas el Premio Alfonso Reyes en Humanidades 2023, que otorga El Colegio de México, y lo recibirá con la felicidad de que la distinguen con un galardón que lleva el nombre de un escritor al que admira con devoción, con la misma devoción con la que ha entrado y traducido al español la obra de grandes autores de lengua inglesa, como Seamus Heaney y Louise Glück.

La intelectual mexicana que ha sido merecedora de numerosos reconocimientos, entre ellos, el Premio Nacional Alfonso Reyes, el Premio Nacional de Traducción Literaria, el Premio Xavier Villaurrutia, el Premio Linda Gaboriau, otorgado por el Centro de las Artes de Canadá, la Medalla Orange-Nassau, otorgada por el reino de los Países Bajos, y recientemente, el Premio Nacional Inés Arredondo a la Trayectoria Literaria, reconoce en Alfonso Reyes al autor de una prosa inimitable,"“una prosa prístina y magnífica".

¿Qué tan cercana se siente de la obra de Alfonso Reyes?

Alfonso Reyes siempre, casi desde que era yo niña, está presente en mi vida; en mi casa se le leía, mi papá tenía obras de don Alfonso, siempre admiré la obra de Reyes y casi desde que entré a la universidad quise dedicarle a él mi atención, desde la literatura mexicana. Además, tuve muy buenos maestros en la UNAM y todos celebraban la obra de Reyes; fue en ese tiempo que conocí la Capilla Alfonsina y a Alicia Reyes, quien abrió su propio taller y nos dio acogida a algunos que estábamos interesados en leer la obra de Reyes y en escribir. En la Capilla Alfonsina estaba como su espíritu todavía sobrevolándolo todo.

¿La de Reyes es una obra de puertas abiertas?

Es muy acogedora la obra de Reyes, desde el primer párrafo suyo que leí yo me sentí en casa, no es esta cosa como de una dificultad, ni entra uno situándose en una especie de parnaso, al contrario, su escritura invita e inmediatamente lo conecta a uno con otras lecturas, es muy generoso Reyes siempre en todo lo que escribe. Hablo en presente de Reyes porque lo tengo a mi lado siempre, es increíblemente humano.

¿Hay comunión de su obra con la de Reyes a través del ensayo?

La gran lección de Reyes es el ensayo literario, es un ensayo creativo, no un ensayo académico, de investigación severa, es una especie de escritura de prosa para entretejer esas lecturas de las que uno quiere hablar en la propia escritura, con lo propio. Y en ese sentido el ensayo literario siempre fue un género muy atractivo para mí y Reyes es un maestro, su erudición siempre queda como un regalo dentro de esa prosa tan magnificada suya.

¿También hay una comunión en la poesía?

En mi caso, la poesía es mi género primordial, yo nunca escribí ficción, para mí el género fue siempre la poesía, siempre la pluralidad de significados dentro de la palabra. En el caso de la poesía de Reyes yo siempre la sentí como una poesía de otra generación. Nosotros ya estábamos escribiendo muy de otra manera.

¿También tiene una gran devoción por la traducción?

Es una devoción realmente, y en mi caso es inevitable, casi desde un principio. Hacer nacer en la propia lengua la poesía de grandes poetas, para mí no había ninguna diferencia entre eso y escribir la propia poesía, son quehaceres que nacen desde las profundidades del ser y en el caso poético no se atenta contra la pluralidad de significados, eso es lo más importante. Una palabra puede significar muchas cosas, un verso puede significar muchas cosas, una estrofa y un poema pueden significar muchísimas cosas, cosa que no ocurre en la prosa o ficción, van hacia un lugar y significan una cosa espléndida, pero ya. Y en el quehacer poético es exactamente lo contrario, las cosas se disparan hacia muchos caminos desde la primera palabra.

¿Sólo traduce a autores que admira?

Siempre traje a autores que admiraba, sobre todo en lengua inglesa que era la más cercana. El traslado, la transustanciación siempre me atrajeron, el pensar “¿cómo sonaría esto si fuera creado en español?” Siempre quise trasladar a esos autores que fueron esenciales para mí y que comencé a leer en el internado en Estados Unidos, en la preparatoria y la universidad, y me empecé a concentrar en algunos de la poesía irlandesa, en particular, me parece siempre muy cercana a nuestra inspiración en español.

¿En su poesía está lo que ve y lo que le asombra, pero también está lo que le duele?

La poesía no es una cosa puramente espiritual, lo espiritual tiene que estar en la visión del mundo completa. Un poema se puede originar de diferentes maneras y puede oscilar en su música interior, pero desde la parte lírica hasta la prosa poética, y esa oscilación es lo que a mí más me atrae justamente porque la realidad entra así de manera más contundente. Puedo partir de un sueño, de un recuerdo o de un dolor, de algo ocurrido ayer, hoy, o de algo que no ha ocurrido de manera comprobable en la realidad, pero que está por ocurrir. Ese es el poder de la poesía, y puede ser terriblemente dolorosa o puede ser oscura, y llega un momento en el que exige muchísimo por todo lo que puede significar cada vocablo dentro del poema.

¿Es su postura ante el mundo?

El impacto en la realidad es inevitable, no hay manera de esquivarlo cuando uno toma en serio el quehacer de la escritura. Muchas veces, aunque yo no quiera, se empiezan a colar en lo que yo estoy escribiendo los acontecimientos concretos de este país o de este momento o de nuestra realidad. No parto de eso, no, no voy a escribir acerca de eso. Cuando uno ve qué está ocurriendo es cuando siente más claro el poder que tiene la palabra, la poesía pone delante un espejo muy claro.

El quehacer poético es muy serio, no admite banalidad. Por más ligero que pueda ser el tema con el que uno comience, hay como un diablillo ahí adentro que está recordándole a uno todo el tiempo: "Tómame en serio", aunque uno no quiera.

¿Desde esa convicción sigue trabajando?, ¿hay nueva obra?

Escribir es como respirar, es algo que no puedo dejar de hacer. Está por salir un libro de poemas que vengo escribiendo desde hace ya varios años, en esta oscilación que menciono del tiempo lírico y el poema en prosa, saldrá en el Fondo de Cultura, titulado Expósita; y estoy traduciendo a una autora que no hace mucho tiempo descubrí, que es profesora en la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, a quien no conozco y me gustaría, se llama Stephanie Burt. Me atrajo mucho un libro de ella que se titula No escribas poesía, pensé "aquí está otra loca igual que yo".

En realidad, su planteamiento es una pregunta muy profunda, porque atenta y además aclara, que lo poético es algo que hay que destruir, es decir, no hay que leer ni escribir poesía como tal, sino poemas en particular. Es un libro muy atractivo, dividido en temas y va tratando poemas aislados de diferentes autores que cree relacionados con el tema que eligió: comunidad, sentimientos, reflexión; y va jalando poemas de diferentes autores, de diferentes épocas, es realmente un libro maravilloso que yo recomendaría como libro de texto para deshacerse de las falsas ideas que puede tener un joven acerca de lo qué es la poesía, la espiritualidad.

La gran pregunta: ¿Qué es la poesía?

La poesía es lo que cualquier adolescente escribe en su diario, y desde ahí puede uno ir jalando el ars combinatoria mágica que tiene la palabra y cómo al ir tratando esas palabras de conjuro, al fondo está esa pócima que está armando el mago poeta. Darle un libro así a un jove es esencial para que él mismo se vea. Entrarán y se encontrarán a Shakespeare, William Butler Yaets, a poetas mexicanos de hoy que está autora ha estudiado muy bien.

¿Usted escribe con los ojos en el mundo, en otros escritores?

Encerrada en mí misma y lo que a mí me atormenta de manera natural no me interesa, la lectura es esencial, es lo que me salva. No puedo dejar de leer un segundo. De hecho, leo en voz alta buena parte de mi día, porque la lectura en voz alta transforma el texto que uno lee. La lectura solitaria en silencio es una y la lectura en voz alta deja ver otro autor.

¿Cómo recibe el Premio Alfonso Reyes?

Estoy agradecida de que se me otorgue esta distinción que lleva el nombre de alguien que yo he admirado toda la vida, que es Alfonso Reyes. Ya quisiera para un día de fiesta escribir un párrafo con la prosa de Reyes. La prosa de Alfonso Reyes, hasta hoy, sigue siendo inimitable, sigue siendo prístina, magnífica, su pensamiento colado a través de ese vehículo hace que se sienta uno siempre muy cerca de él, no con un autor inalcanzable.