'Escuela de rateros', la última película de Pedro Infante que pidieron censurar por un malentendido

Se cumplieron 67 años del fallecimiento de Pedro Infante, un hombre que después de muerto originó muchas anécdotas, leyendas e historias.  / AFP PHOTO / ALFREDO ESTRELLA        (Photo credit should read ALFREDO ESTRELLA/AFP via Getty Images)
Se cumplieron 67 años del fallecimiento de Pedro Infante, un hombre que después de muerto originó muchas anécdotas, leyendas e historias. (Photo credit should read ALFREDO ESTRELLA/AFP via Getty Images)

Pedro Infante falleció trágicamente en el accidente aéreo del 15 de abril de 1957 en Mérida, Yucatán, dejando tres películas sin estrenar -Pablo y Carolina (1957), Tizoc (1957) y Escuela de rateros (1958)- que representaron todo un fenómeno para el público mexicano por ser trabajos póstumos y a color.

A diferencia de Pablo y Carolina y Tizoc, Escuela de rateros se anunció como estreno en 1958 a través de los avances (ya había tráilers en ese entonces) que se proyectaban en funciones de películas. Pero uno de los avances sobre el último filme en la carrera de Infante no fue del agrado de una profesora de nombre Eloísa Reyes Hernández, quien creyó que sería un mal ejemplo para la sociedad mexicana.

Reyes acudió a ver Cuando México canta (Julián Soler, 1958), uno de los títulos de la cartelera que se exhibía en el Real Cinema, antiguo complejo cinematográfico ubicado en la esquina de Balderas y Colón, y se alarmó con lo poco que vio del adelanto de Escuela de rateros, considerándolo el anticipo de una obra denigrante en la trayectoria del ídolo y peligrosa para la sociedad.

Alarmada y dando por seguro que la película haría honor a su nombre, la profesora se dio a la tarea de escribir una carta dedicada a El Universal, el diario de mayor circulación nacional en esa época. Su misiva fue enviada con la intención de alertar a la población que la última aparición de Pedro Infante en el cine promovía la delincuencia juvenil. También fue una petición para considerar su censura, por lo que solicitó a autoridades educativas revisar la película antes de que Gobernación diera el visto bueno a su distribución.

La dirección del remitente era González Cosío 551, Colonia del Valle, y estaba fechada en mayo de 1958. Decía lo siguiente:

"Respetables señores: Habiendo visto en el Real Cinema los avances de la película Escuela de rateros, deseo sugerir al personal del Consejo Nacional de la Educación y muy especialmente al señor licenciado y maestro don José Ángel Ceniceros, la conveniencia de ver dicha película antes de que sea exhibida en nuestros cines, pues por lo poco que vi he llegado a la conclusión de que puede inducir a los jóvenes a robar. ¿De qué servirán, pregunto, los esfuerzos que actualmente están haciendo tanto la Iglesia como los padres de familia y diferentes asociaciones, para disminuir el porcentaje de la delincuencia juvenil? Qué lástima que una de nuestras estrellas de mayor atractivo como fue Pedro Infante, se haya prestado a servir de ‘gancho’ en una película nociva para la juventud, pues con su fama y el cariño que el público le tuvo, atraería a las multitudes que serían arrastradas a obrar, no el bien, sino el mal. En cambio deseo felicitar a los hermanos Soler por el éxito alcanzado en la realización de la película blanca Cuando México canta, digna de ser admirada por toda clase de personas. Muy atentamente, Profa. Eloísa Reyes Hernández”.

Con el objetivo de confirmar si eran ciertas las afirmaciones de la profesora antes de buscar declaraciones de funcionarios de Educación, El Universal contactó al productor, Antonio Matouk, para solicitar una función privada explicándole la situación. La producción aceptó. El diario envió a un periodista para corroborar si en efecto la trama incitaba a delinquir y para observar si en realidad Pedro Infante personificaba a un criminal que sirviera de mal ejemplo para la juventud.

Revisado el filme, el periodista y El Universal concluyeron que no había motivos para generar polémica donde no la había con relación a la imagen del ídolo, un hombre al que todavía le lloraban su partida. Respondieron a la carta de Eloísa Reyes Hernández informándole que la película era una comedia de corte musical sin indicios nocivos para el público. La misiva fue canalizada a los archivos del lector.

Escuela de rateros se estrenó en los cines Roble, Orfeón y Ariel con la leyenda "la última película del inolvidable Pedro Infante". Permaneció 14 semanas en cartelera. Se programó en horarios con cinco funciones por día que iban desde las 14:30 horas hasta las 22:15.