Estos son los pros y los contras de las freidoras 'de aire'

Las patatas, las croquetas o los cachopos, por poner solo tres ejemplos, nos vuelven locos. Tienen algo en común: los tres alimentos se consumen fritos, quizá la técnica de cocinado que más nos gusta. El problema que surge con ellos es la gran cantidad de aceite que precisan y que acaban convirtiéndolo en platos poco recomendables para nuestra salud. Sin embargo, desde hace algunos años existen en el mercado freidoras que sustituyen el aceite por aire caliente que circula dentro para cocinar los alimentos. Estos electrodomésticos han experimentado un auge en su popularidad por su capacidad para compaginar platos deliciosos y cocinados ligeros: la cuadratura del círculo. Pero, ¿son realmente tan sanas estas freidoras como parecen?

¿Freír sin aceite? Sí, se puede Foto: hansbenn/Pixabay.
¿Freír sin aceite? Sí, se puede Foto: hansbenn/Pixabay.

Las freidoras de aire requieren una fracción del aceite que necesitan las freidoras comunes y con una cucharadita es muchas veces suficiente para hacer una ración de patatas o unos ‘nuggets’ de pollo. Esto es deseable, ya que reducir el consumo de aceite puede ser enormemente beneficioso para la salud de una persona. Es cierto que el consumo de aceite de oliva virgen extra en crudo, con moderación, es saludable, pero su abuso en frituras conduce a un mayor riesgo de enfermedades cardíacas y mayores índices de inflamación. Las frituras ‘con aire’ consiguen alimentos con características similares a los fritos, aunque con niveles de grasa significativamente más bajos.

Además, estos electrodomésticos resultan más seguros. Cocinar los alimentos en una freidora tradicional implica calentar un recipiente grande lleno de aceite hirviendo. Esto puede suponer un riesgo para la seguridad. En el caso de las freidoras de aire, aunque también se calientan, no existe riesgo de derrames o salpicaduras de aceite.

Así es el interior de una freidora de aire. Foto: Samay9211/Wikipedia (CC).
Así es el interior de una freidora de aire. Foto: Samay9211/Wikipedia (CC).

Otro punto a favor de las freidoras con aire es que reducen el riesgo de formación de acrilamida tóxica. Freír los alimentos en aceite puede hacer que se desarrollen compuestos peligrosos como éste, que se evitarían en la modalidad que trabaja únicamente con aire. La acrilamida puede tener vínculos con el desarrollo de algunos tipos de cáncer, incluidos los cánceres endometriales, ováricos, pancreáticos, mamarios y esofágicos. Estudios adicionales también han sugerido una relación entre la acrilamida en la dieta y los cánceres de riñón, endometrio u ovario, aunque los resultados son inciertos.

Sin embargo, no todo son luces en el caso de estos electrodomésticos. La fritura con aire no garantiza una dieta saludable, ya que no dejan de ser alimentos como las patatas o las croquetas, que son menos sanos que verduras, frutas, granos integrales o proteínas magras.

Las patatas fritas ‘chupan’ mucho aceite en la fritura tradicional. Foto: Pxhere.
Las patatas fritas ‘chupan’ mucho aceite en la fritura tradicional. Foto: Pxhere.

Además, los científicos aún están estudiando las posibilidades de que este tipo de fritura conlleve la emisión de hidrocarburos o aminas, vinculadas con la cocción de carne a altas temperaturas y que podrían estar asociados con el riesgo de cáncer.

Finalmente, hay un punto que no hay que obviar y es que las freidoras de aire son más caras que las tradicionales. Aunque lo verdaderamente importante es que, aunque se reduzca la cantidad de aceite, en definitiva, se sigue friendo y es preferible apostar por otro tipo de alimentación en el que se prime el consumo en crudo o con técnicas saludables como al vapor o a la plancha.