Expertos advierten que el estrés no es la única causa de la “cara de cortisol”

Muchos ‘influencers’ llaman a la hinchazón facial “cara de cortisol”, y afirman que se debe a niveles altos de la hormona (Getty Images/iStockphoto)
Muchos ‘influencers’ llaman a la hinchazón facial “cara de cortisol”, y afirman que se debe a niveles altos de la hormona (Getty Images/iStockphoto)

Muchos influencers en TikTok han estado afirmando que quienes tienen el rostro hinchado sufren de “cara de cortisol”.

En un video publicado hace poco en dicha red social, la influencer Mandana Zhargami explicó a sus seguidores que una cara hinchada no implica fealdad, ya que se debía a niveles altos de cortisol, una “hormona del estrés” encargada de regular la respuesta del cuerpo ante la percepción de una amenaza, bien se trate de peligros reales, o, en nuestra era moderna, de las presiones de la oficina. El cortisol normalmente regula la glucosa, el metabolismo y la presión arterial.

Zhargani inició su camino de bienestar hormonal tras una consulta médica en 2020, cuando su médico de ese entonces le dijo que el estrés era el culpable de su cara y su abdomen visiblemente hinchados. Esto la motivó a buscar herramientas para combatir el estrés. Luego de un proceso de ensayo y error, descubrió que ciertos cambios en el estilo de vida mejoraban sus síntomas, p. ej., beber vinagre de sidra de manzana diluida por la mañana y té verde durante el resto del día, y hacer ejercicios de bajo impacto como el yoga en lugar de levantar pesas.

La influencer alega que estos cambios no solo disminuyeron sus niveles de cortisol, sino también la hinchazón en el rostro.

Asimismo, les aseguró a sus seguidores que había investigado mucho para encontrar soluciones naturales, y que la “cara de cortisol” podía eliminarse de forma holística, sin medicamentos ni productos costosos. Mientras daba consejos, durante el video también promovía el “té de equilibrio hormonal” que vende en su tienda. De hecho, muchos influencers y creadores de contenido, como ella, han impulsado la idea de que el estrés produce una cara más redondeada. Algunos han sostenido que, tras probar dietas favorables para las hormonas o tés como el que vende Zhargami, consiguieron una mandíbula más definida y un rostro más esbelto.

Sin embargo, la doctora Cristina Psomadakis, quien se desempeña como dermatóloga en Londres, advirtió que este intento de convertir los rostros redondeados en un problema médico puede indicar una intención de ejercer control cuando no se tiene ninguno.

“Creo que la tendencia de la 'cara de cortisol' está intentando darle una explicación médica a un problema cosmético visible para poder arreglarlo”, explicó Psomadakis a The New York Times. Luego agregó: “Desde un punto de vista médico, es posible explicar todos los síntomas que estas personas describen a través de una serie de factores. No responden a una sola causa”.

El cortisol ha sido señalado en Internet como el culpable de la fatiga y la hinchazón estomacal. Los niveles de esta hormona pueden aumentar temporalmente debido al estrés, pero también pueden deberse a la falta de sueño y al consumo de alcohol o alimentos altos en sal o azúcar. Sin embargo, dado que el cortisol puede fluctuar regularmente, el cuerpo suele mantenerlo bajo control.

Aquellos que publican cómo transformaron sus “caras de cortisol” podrían estar difundiendo información errónea sobre cómo alcanzar un aspecto más estilizado. Psomadakis comentó que la mayoría de los cambios que se comparten podrían deberse a la pérdida o al aumento de peso, o a la migración natural de la grasa del rostro.

Además, los médicos pueden determinar, a través de un conjunto de pruebas de laboratorio, si un paciente está experimentando niveles muy altos de cortisol o si solo se trata de una elevación moderada. Existe una enfermedad grave llamada síndrome de Cushing, cuyos síntomas incluyen la hinchazón facial, por la cual el cuerpo produce demasiado cortisol. Sin embargo, este síndrome es muy poco común y normalmente tiene su origen en el consumo de esteroides para otras afecciones, y no en el estrés cotidiano.

Traducción de Sara Pignatiello