Estrenos de teatro. Las algas: La figura de Alfonsina Storni, pero sin lágrimas

Lourdes Invierno y Dennis Smith, en Las algas
Lourdes Invierno y Dennis Smith, en Las algas - Créditos: @Nacho Lunadei

Dramaturgia y dirección: Dennis Smith. Investigación: Dany Mañas. Intérpretes: Lourdes Invierno y Dennis Smith. Música en vivo: Fernando Losada. Escenografía y vestuario: BurBomBell. Iluminación: Rodrigo González Alvarado. Producción: Leandro Rosenbaum. Sala: Camarín de las Musas, Mario Bravo 960. Funciones: sábados, a las 20. Duración: 60 minutos.

“Esto no es una obra de teatro. Es una bitácora”, dice la pantalla. Dennis Smith advierte con humor casi imperceptible de que, una vez más (al menos, para quienes siguen su trabajo), vamos a adentrarnos en la frontera entre ficción y realidad, vamos a ser parte del montaje del provocador malentendido entre el documento y la imaginación, ideado por un experto en acopiar gajos de vidas que elige, mezcla y superpone: en su caleidoscopio, bate anécdotas hasta que, a punto espuma, afloren nuevas imágenes.

Cruzar los pasos de la actriz Silvia Pérez con los de Marie Bonaparte, la última descendiente de Napoleón –por ejemplo, en La última Bonaparte, 2022–, fue una osadía que asombró por la fluidez desenfadada que lo hizo posible. Esta vez, con Las algas, se emparenta con ese viaje pero lo aborda al modo de una conferencia performática, donde una actriz y un director (Lourdes Invierno y Smith, otro doblez superpuesto), en cada punta de una mesa de trabajo cubierta de papeles y tazas de té, se meten con Alfonsina Storni.

¿Otra más de Alfonsina? La poeta y periodista es, junto con Eva Perón, uno de los personajes femeninos más visitados por el teatro quizás porque, entre innumerables razones, resume intensidad, la de las mujeres con talento y voluntad alzadas contra todo pronóstico de época y de clase, corridas por el tiempo de una muerte trágica. Otra obra más, sí, pero construida desde la mirada de un autor y director que escapa de la solemnidad como de la peste y busca, aun en condiciones adversas, la vereda soleada de la vida.

La actriz y el director discuten. Ella pretende algo con Alfonsina pero en versión comedia y él responde que no será sencillo con alguien que terminó sus días con un suicidio antológico. Ella busca glosar con cuestiones de su vida pero él prefiere abstenerse ante la falta de acuerdos básicos. Detrás de la mesa, la pantalla anuncia cada paso desde el inicio de esta aventura hasta el final. Testigo y parte, el teclado del coequiper de Smith, el músico Fernando Losada, ambienta cada uno de los momentos resaltados por los tubos con efecto flúo que cruzan la escena como algas coloridas, el único destello en un espacio que no es penumbroso pero sí predominantemente negro como el vestuario despojado, neto, de los intérpretes.

Gran trabajo de Lourdes Invierno
Gran trabajo de Lourdes Invierno - Créditos: @Nacho Lunadei

En cada reunión –hay cinco–, el debate entre ambos concluye en la elección de un poema de Storni, no entre los más conocidos y repetidos pero sí asociados a distintas etapas de su vida desde 1892 a 1938, desde San Juan a Rosario, de Buenos Aires a Mar del Plata. El primero es “Ultrateléfono”, el segundo “Lo inalcanzable”, después “La loba”, seguido por la bellísima despedida que dedicó a su amigo y amor Horacio Quiroga cuando murió (“Morir como tú, Horacio, en tus cabales, y así como siempre en tus cuentos, no está mal; un rayo a tiempo y se acabó la feria. Allá dirán.”) y el último, “Yo en el fondo del mar/ Voy a dormir”.

Lourdes Invierno, gran actriz que ha trabajado con Dennis en Gloria y en Negra, interpreta a una famosa actriz de telenovelas (“Marrón siempre marrón” fue uno de sus grandes éxitos) que desea hacer a la escritora. Pero eso nunca sucederá en Las algas: siempre es la actriz que dice, que cita, a Alfonsina. Del mismo modo que el director que actúa Smith también será por unos instantes la voz de Alejandro –único hijo de la poeta que dio a luz soltera a los 19 años– y así contará sus recuerdos de Quiroga y de su madre, la persona a la que nunca escuchó “hablar mal de nadie”.

La Alfonsina referida en Las algas no es una heroína lánguida sino una mujer decidida, nunca débil ni temblorosa, que de chica robaba libros por no poder comprarlos, que conoció el placer, que hizo caso a sus deseos y que, en especial, fue valiente hasta el final. La obra-bitácora discute desde el principio con el a priori del destino trágico porque todos moriremos pero nadie nace para eso. Podría decirse entonces que sí, que fiel al proyecto de la actriz, Las algas es una comedia en la que dos intensos se empeñan y consiguen traer a la arena a una guerrera, de esas que la historia y el pueblo recuerdan por su nombre de pila.