Estrenos de teatro. Mucho bardo y pocas nueces es un divertido musical que cruza a Shakespeare con Sandrini

Mona de Marco y Leo Rizzi en una de las escenas del disparatado melodrama musical que reverencia a Shakespeare y al cine argentino clásico
Mona de Marco y Leo Rizzi en una de las escenas del disparatado melodrama musical que reverencia a Shakespeare y al cine argentino clásico - Créditos: @Diego Mequetse

Versión y dirección: Leo Rizzi. Intérpretes: Leo Rizzi, Mona de Marco, Macarena Riesco, Oscar Miño, Camila Suero y Axel Otarola. Realización escenográfica: Oscar Miño. Diseño de vestuario: Mona de Marco. Diseño de iluminación: Federico Cordeiro. Música original: Axel Otarola. Sala: Payró – Teatro Auditorium, Boulevard Marítimo 2280, Mar del Plata. Funciones: miércoles 21 horas. Duración: 80 minutos.

MAR DEL PLATA.– Luego de la muy lograda Tu falta de querer, ganadora del Premio Hugo Federal y el Estrella de Mar, la compañía marplatense integrada por Leo Rizzi, Mona de Marco, Macarena Riesco y Oscar Miño vuelve a presentar una comedia musical con atmósfera de melodrama , cruzando Mucho ruido y pocas nueces de William Shakespeare con el mundo de los grandes estudios de la época de oro del cine argentino , allá por las décadas del cuarenta y cincuenta del siglo pasado. En esta oportunidad también actúan el músico Axel Otarola, quien ya trabajó con el grupo, y la actriz y cantante Camila Suero.

Mucho bardo y pocas nueces es una gran adaptación de Leo Rizzi de aquella pieza que formó parte de las denominadas Grandes Comedias de William Shakespeare y que fuera estrenada poco antes del 1600 y con funciones ante la Corte. Rizzi, además, es el director de esta obra que no ahorra recursos para conseguir las risas de la platea .

Mucho bardo y pocas nueces es la segunda producción del grupo fundado por Rizzi, de Marco, Riesco y Miño, ahora también acompañados por Camila Suero y nuevamente con música de Axel Otarola
Mucho bardo y pocas nueces es la segunda producción del grupo fundado por Rizzi, de Marco, Riesco y Miño, ahora también acompañados por Camila Suero y nuevamente con música de Axel Otarola - Créditos: @Diego Mequetse

Allí están los estudios Lumiton y Pampa como marco para la historia de amor y desamor, para los encuentros y desencuentros de los amantes, y hasta para el guiño trágico que no acontece, ya que tal como dice una de las canciones de la obra se trata del “melodrama que Shakespeare soñó” y, como tal, se enmaraña en las confusiones de los que aman y, a veces, no son correspondidos.

Uno de los puntales del espectáculo es el dream team de artistas que conforman el elenco. Leo Rizzi, quien también se sube al escenario, es un actor muy sólido, que sabe lo que busca de sus personajes y Mona de Marco, esposa real de Rizzi, es una exquisita actriz que canta dulcemente todo aquello que le toca interpretar. Siempre da gusto ver a esta pareja de artistas , quienes también son protagonistas de, entre muchos otros títulos, Todo lo que trae un tren, una deliciosa propuesta que recuerda al imaginario de Hugo Midón.

Macarena Riesco es otra de las intérpretes de Mucho bardo y pocas nueces y, como siempre sucede en ella, convence con una interpretación sobresaliente y pletórica de recursos . Nadie debe perderse el disfrute de ver en escena a Riesco. Oscar Miño es otro de los grandes actores referenciales del teatro de Mar del Plata , quien pone en juego una paleta de colores sumamente atractiva para la composición que le toca interpretar.

Camila Suero canta muy bien y no desentona en el contexto como actriz. En cambio, Axel Otarola se luce como pianista y compositor de la música original de la obra, dejando en segundo plano el rol actoral. Entre todos, cruzan a esos personajes que pueblan el universo cinematográfico delante y detrás de los lentes.

Oscar Miño, Leo Rizzi y Mona de Marco, jugando una de las escenas más divertidas de la obra
Oscar Miño, Leo Rizzi y Mona de Marco, jugando una de las escenas más divertidas de la obra - Créditos: @Diego Mequetse

La iluminación de Federico Cordeiro -otro gran profesional de Mar del Plata-, las preciosas coreografías de Luz Pugliese y el vestuario de Mona de Marco completan un espectáculo acabadamente bello y divertido.

Allí aparece Floren Delbene y tantos otros que formaron parte de ese tiempo glorioso de nuestra cinematografía, sembrado por estrellas de profunda raigambre popular. En ese imaginario, donde no falta la alusión a la revista Radiolandia, emergen los ruidos y las nueces del Bardo de Avon, entre los suyos tan popular como Luis Sandrini, mencionado en el espectáculo. La obra es una llave a Shakespeare o a La muchachada de a bordo . Da igual. Ideal para disfrutar en familia.