Estrenos de teatro. La gesta heroica, tragedia costumbrista, es una propuesta atrapante con el sello de Ricardo Bartis

La gesta heroica, dirigida por Ricardo Bartis
La gesta heroica, dirigida por Ricardo Bartis

Libro y dirección: Ricardo Bartis. Intérpretes: Facundo Cardosi, Marina Carrasco, Luis Machín, Martin Mir. Sonido: Lolo Micucci. Iluminación: Jorge Pastorino. Escenografía y vestuario: Paola Delgado. Colaborador artístico: Domingo Romano. Teatro: Nacional Cervantes, Libertad 815. Funciones: jueves a domingos, a las 20. Duración: 60 minutos.

En una vieja casa ubicada en la ciudad de Santa Teresita conviven un padre y sus dos hijos menores –Elena y Lorenzo–. El mayor de los hermanos, Ernesto, vive en Buenos Aires y está por llegar para sumarse a una reunión pautada. El hombre ya enfermo decidió repartir la herencia entre sus hijos. Los bienes están conformados por la casa que habitan y un terreno lindante donde, en algún momento, funcionó un parque de diversiones que se llamó La gesta heroica.

Cuando el citado parque debió cerrarse parece haber comenzado la decadencia familiar. El padre arrastra un cansancio notorio y sus problemas de salud han hecho que su conducta lo tornara un ser sumamente hostil. Los hijos que lo acompañan apenas lo contienen y cada uno, a su manera, encontró la forma de llevar una vida superficial que para nada contempla los supuestos valores en los que alguna vez ha creído ese hombre.

Más allá de esta pequeña síntesis hay unas cuestiones que potencian mucho la historia. Por un lado, el padre posee una necesidad imperiosa de ver, una y otra vez, la película Rey Lear, de William Shakespeare, protagonizada por Laurence Olivier. En la obra el protagonista reúne a sus tres hijas con la intención de dividir el reino entre ellas pero antes les pide que le manifiesten su afecto. Y por otro lado, en varios momentos del espectáculo, ese padre rescata de su memoria algunos fragmentos no solo de la vida familiar sino también de la historia argentina de finales de la década del 70 que resultan sumamente conmovedores.

Ese cruce entre la trama del clásico shakespeareano con el universo de ese señor que ha envejecido en la costa bonaerense e intenta comprender qué tipo de familia construyó sin llegar a entender muy bien dónde está parado, por qué realiza esa cesión de bienes en vida o como las realidades de sus hijos están plagadas de una insatisfacción que los convierte, de a ratos, en animalitos desprotegidos; y en otros, en fieras salvajes o destructivas, lo atormentan y lo transforman en un ser atrapado en una vida que no quiso construir pero ante la cual no hay vuelta atrás.

Ricardo Bartis construye una experiencia que atrapa por las distintas capas de análisis que propone pero hay algo que resulta sumamente destacable. El director profundiza con mucho rigor en las cualidades de cada uno de los personajes y su equipo actoral responde con una capacidad notable. La gesta heroica es un espectáculo apoyado netamente en lo interpretativo y posibilita descubrir a cada uno de esos seres de una manera muy integral.

A la magnífica recreación de Luis Machín (un ser enfermo, malhumorado, que solo cuando se conecta con el pasado encuentra algo de placer aunque algunos de los datos que exponen resultan agobiantes), se suman las intrascendentes vidas de Elena (Mariana Carrasco) y de Lorenzo (Facundo Cardosi). Ambos exponen un gran desparpajo a la hora de dar cuenta de sus rutinas diarias. Por su parte Ernesto (Martin Mir), el hijo que logró escapar de un ambiente enfermizo en el que se crío y padeció es quien da cuenta de las múltiples contradicciones que debe superar para conectarse con la realidad del momento que le toca enfrentar. Al igual que Machín, Mir realiza una composición exquisita, plagada de sutilezas. Juega con pequeños detalles que hacen a su personalidad (ciertos gestos, tics) y son de gran efectividad a la hora de provocar sorpresa entre los espectadores.

Si la acción se desarrolla en un clima familiar enrarecido donde continuamente asoman signos violentos que los personajes van midiendo en intensidad, apelando a juegos en los que muchas veces la ironía y hasta el humor le quitan cierto peso a algunas situaciones; hay en esa estructura dramática una calculada densidad que estallará en el final de manera inesperada.