Etiquetas de vino que reabren las peores heridas del siglo XX

Cada vez que, en un partido de fútbol, una de las aficiones muestra algún símbolo nazi, la UEFA interviene para sancionar al club de los hinchas. En Alemania, hace muchísimos años que mostrar cualquier iconografía relacionada con Hitler está penado por la ley. Sin embargo, siguen existiendo zonas del mundo en las que la exhibición o el uso de imágenes de algunos de los mayores criminales del siglo XX es algo que se puede hacer. Incluso con un propósito comercial, lo que resulta aún más sorprendente. Este es el caso de la empresa dedicada a la producción de vinos Vini Lunardelli, situada en la región italiana de Udine, en el noreste del país, haciendo frontera con Eslovenia y Austria.

Vinos italianos con etiquetas de Hitler o Mussolini. Foto: Vini Lunardelli
Vinos italianos con etiquetas de Hitler o Mussolini. Foto: Vini Lunardelli

Asomarse a la web de esta bodega italiana es encontrarse con vinos que van etiquetados con algunos de los mayores dictadores del pasado siglo. Nos topamos con la sección "Der Führer" en la que puede verse más de una treintena de modelos que muestran a Hitler en diversas poses -haciendo el saludo nazi, por ejemplo- pero también diseños con su mujer Eva Braun y otros destacados líderes del nazismo como Rudolf Hess.

Pero no solo Hitler sirve de inspiración a la bodega: otra línea de botellas tiene al dictador italiano Mussolini como 'muso'. También pueden encontrarse algunos modelos -menos, eso sí- con dictadores comunistas como Stalin o el yugoslavo Tito. ¡Incluso hay una etiqueta dedicada a Francisco Franco! Es seguro que si la bodega estuviera en Rioja o en Ribera del Duero esta última levantaría ampollas pero, claro, a miles de kilómetros de distancia...

Cada una de estas etiquetas puede colocarse en el vino que desee el comprador: hay multitud de opciones, desde tintas como Cabernet Franc o Cabernet Sauvignon, hasta blancas como Chardonnay o Pinot Grigio. Y los precios no llegan a los 10 euros por botella.

Los recelos que despierta esta bodega italiana vienen de lejos. Llevan haciendo etiquetas como estas desde hace más de 25 años: empezaron en 1995. Si se echa un vistazo al resto de propuestas con las que trabajan, se pueden encontrar etiquetas con la imagen del conde Drácula, dedicadas al mundo de la moto o con estampas del ejército italiano pero, como reconocían en una entrevista a 'The New York Times', el 80% de las ventas totales de la bodega son de botellas etiquetadas con la imagen del führer. Que el resto están básicamente para hacer bulto, vienen a decir.

Pueden elegirse diferentes etiquetas para los vinos. Foto: Vini Lunardelli
Pueden elegirse diferentes etiquetas para los vinos. Foto: Vini Lunardelli

Lo que sí hacen en Vini Lunaderlli es poner la tirita antes de la herida. Y con esas etiquetas se pueden reabrir unas cuantas. En su web especifican que solo se trata de un "sitio comercial" y niegan "toda propaganda política". También describen la línea "histórica" de vinos como "una cuidada selección de viñas de nuestro territorio, embellecidas por la historia con imágenes de personajes para transformar una preciosa botella de vino en una botella de colección o destinada a embellecer una mesa o una velada entre amigos". Tal cual.

El caso de Vina Lunardelli, sin embargo, no es único. En España, es famoso el restaurante Casa Pepe, situado en Venta de Cárdenas, en la provincia de Ciudad Real. En este bar de carretera se ofrecen todo tipo de objetos con la imagen del dictador Francisco Franco y, entre ellos, también se puede encontrar vino de Valdepeñas. Esto ha hecho que el local en cuestión lleve décadas siendo destino de peregrinación para los nostálgicos del régimen franquista .

Lo que no deja de ser curioso es que una bodega como Vini Lunardelli pueda seguir vendiendo un vino que, en el pasado, ha recibido quejas de organismos como el Foro Judío para la Democracia y contra el Antisemitismo de Alemania o el Centro Simon Wiesenthal. Pero lo cierto es que, mientras sea completamente legal venderlo en Italia, no hay muchas posibilidades de que el vino de Hitler -un éxito comercial, recordemos- siga en el mercado. Lo que es paradójico es que sea precisamente un vino el producto que lleve la imagen del dictador alemán que era... abstemio. Aunque también coleccionista de botellas de tinto francés: quizá de ahí venga la retorcida conexión de un producto que, recordemos, remite a algunos de los crímenes más horribles del siglo XX.

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