Cuando Eurovisión dio más de un dolor de cabeza a Julio Iglesias

Uno de los artistas más importantes (y queridos) de nuestro país es Julio Iglesias. El que fuese jugador del Real Madrid, que se vio obligado a colgar las botas por una lesión que cambió por completo su vida. Y así, dejó de tener en sus manos el balón (pues era guardameta) para coger le micrófono y dedicarse al mundo de la canción. En estos días, Julio está en el centro de la noticia, pues se ha publicado que su amigo José Luis Rodríguez ‘El Puma’ ha dicho que está muy delicado de salud, en silla de ruedas y con problemas de memoria.

Más tarde, el propio Puma salió a la palestra, asegurando que él no ha dicho nada de su compañero, con el que grabó el dueto ‘Torero’. No importa, una vez más ha quedado patente que al público le importa y le preocupa el bienestar de Julio, un cantante que ha escrito su nombre en la industria musical de nuestro país, incluido el Festival de Eurovisión. Aunque quizá ese episodio no le guste especialmente recordarlo, pues este concurso le dio bastante dolores de cabeza.

La carrera musical de Julio arranca en los años 60. Comenzó cantando en Reino Unido, donde interpretaba versiones en un pub, y allí empieza a escribir sus propias canciones; sin embargo, todavía no se consideraba a sí mismo cantante. Cuando empezó a mover sus temas, con la intención de que otros lo interpretasen, le llega la oportunidad de cantar él mismo, y participa en el Festival Internacional de la Canción de Benidorm con el tema ‘La vida sigue igual’, que escribió durante su recuperación del accidente de tráfico que le apartó del balompié. Ganó aquel concurso, y firmó su primer gran contrato. Era el año 1968.

SAN JUAN, PUERTO RICO - 30 DE SEPTIEMBRE: Julio Iglesias se presenta en el Centro de Bellas Artes el 30 de septiembre de 2016 en San Juan, Puerto Rico. (Foto de GV Cruz/WireImage)
SAN JUAN, PUERTO RICO - 30 DE SEPTIEMBRE: Julio Iglesias se presenta en el Centro de Bellas Artes el 30 de septiembre de 2016 en San Juan, Puerto Rico. (Foto de GV Cruz/WireImage)

Luego se presentó a otro festival en Rumanía, y en Viña del Mar, en Chile. Actuó también en San Remo, en Italia. Que llegase también a Eurovisión era casi un paso natural. Y así sucedió en 1970. Televisión Española organizó una preselección (predecesora del actual Benidorm Fest) llamado Festival de la Canción, y Julio participó con el tema ‘Gwendolyne’, que le dedicó a una joven de la que se enamoró, Gwendolyne Bollore. Contra él competían Mocedades, Luisita Tenor, e incluso un dúo llamado Els Dos, del que formaba parte el futuro humorista Eugenio junto a su entonces esposa Conchita Alcaide.

El resto, como se suele decir, es historia. Julio ganó este Festival de la Canción y recibió el pasaporte para ir a Eurovisión, que se celebraba en Ámsterdam, en Países Bajos. Partía como uno de los grandes favoritos, y consiguió una cuarta posición con ocho puntos. Hay que explicar que, en aquel entonces, el sistema de votos no era ni de lejos parecido al actual; nos dieron puntos Mónaco, Luxemburgo e Italia. El país ganador fue Irlanda, con la cantante Dana y el tema ‘All kinds of everything’. Pero para muchos, Julio fue el vencedor moral de la edición, porque su tema es el que más sonó en radio y más proyección internacional obtuvo.

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Así, ‘Gwendolyne’ le abrió las puertas a la fama a Julio,que grabó el tema en varios idiomas, lo convirtió en el single más vendido durante más de dos meses, y el programa El gran musicalla eligió la mejor canción. Casi nada.

Tanto se hablaba de ‘Gwendolyne’ que la prensa quiso interesarse por aquella joven que se volvió, sin saberlo, una musa de la canción ligera. Querían indagar en la vida de Julio, y él no parecía demasiado a favor de airear sus romances. De hecho, hasta pasó página y emborronó su recuerdo. En sus memorias Entre el cielo y el infierno, de 1981, contó que era una mujer de pómulos marcados, ojos grises y cabello rubio, y que sería la chica más bella a la que jamás amó, y con la que planeó casarse. “Sus rasgos se han borrado un poco en mi memoria, pero le debo esta canción que me ha permitido darme a conocer en Europa, estar en Eurovisión, aunque no haya ganado. Fue, sin embargo, el éxito del año. Por todas estas razones, querida Gwendolyne, te doy las gracias”, escribió en aquellas memorias.

Así, aunque Julio rehiciese su vida, el nombre de aquel amor de juventud siempre sobrevoló por su vida, y es normal que terminase hartándose. La cosa se tornó más seria cuando el tema fue señalado por parecerse demasiado a otra composición. En concreto, ‘Je reviens te chercher’ que Gilbert Bécaud había publicado en 1968. En España, se le llevó a los tribunales: Fernando Sánchez Barroso le acusó de plagiar su tema ‘Crisol de paz’, que participó en el Festival de Benidorm de ese mismo 1968. El juez acabó dictaminando que no había plagio en oto de 1971.

Esto es algo muy frecuente en el mundo de Eurovisión, por otra parte: no hay canción exitosa que no haya sido señalada de plagio en alguna ocasión, de ‘Heroes’ de Måns Zelmerlöw a ‘Toy’ de Netta. En España, curiosamente, la canción ‘Y solo tú’, con la que Bachelli representó a TVE en Eurovisión, fue acusada de parecerse a ‘Y a veces tú’ del propio Julio.

Por todo esto, ‘Gwendolyne’ se convirtió en una losa, que Julio fue quitando de su repertorio paulatinamente, hasta desaparecer por completo solo unos años después. Todavía no había acabado la década de los 70 y ya la había dejado de cantar. Eso no ha podido, sin embargo, borrarla del recuerdo de los amantes de Eurovisión, y también de aquellos que el Festival les importa tres pimientos. ‘Gwendolyne’ forma parte de la cultura popular de nuestro país. Fue versionada por Lola Flores y El Pescaílla, por ejemplo, e incluso la escuchamos en la película ‘Cándida’ en la voz de Pitingo, mientras el personaje de Raúl Peña la cantan en la cárcel, poco antes de prenderse fuego.

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