Evelyn Botto, de la bomba infartante en Sex a la revelación radial en Perros de la calle: “Comerse al mundo es una cuestión de actitud”
El timbre de Evelyn Botto no anda pero desde el portero eléctrico se escucha una voz grave y afinada cantando la versión de “Vivir así es morir de amor”, de Nathy Peluso. El color de su voz es un maridaje entre el swing del barrio donde nació, Morón, y el dejo arrabalero de la radio porteña. Así es su tono, y así se muestra ella: sin solemnidad ni prejuicios.
Mientras abre la puerta y saluda descontracturada, deja ver un halo de nerviosismo, como si hubiese cantado para relajarse. Dentro de ella parecen regir dos energías muy distintas: la arrolladora y la de una chica extremadamente sensible. Debajo de su cascarón por momentos parece asomar una femme fatale herida que con tenacidad, y contra todos sus pronósticos, fue forjando un lugar en la radio argentina bajo un sello singular.
Evelyn Botto, la chica de zona oeste que se luce en la obra de teatro Sex y en Perros de la calle habló con LA NACION sobre su historia, el rol de las mujeres en los medios hoy, las redes sociales y el síndrome del impostor.
-¿Cómo te definís?
-Soy locutora nacional de radio y televisión, cantante, actriz de doblaje, bailarina pero eso es un robo (ríe), entretenedora y conductora.
-¿Qué es ser entretenedora?
-Es verle la cara a la gente y sentir que podés hacerlos reír un rato. Tratar de captar su atención y sacarles una sonrisa. A mí me gusta mucho eso y lo ejercité haciendo shows, animaciones en fiestas de 15 y eventos. Hay mucho que aprendí de mi viejo que es muy gracioso y de haber visto mucho humor de chica.
-Hoy en día sos parte de Sex, de Perros de la Calle y además creás contenido para tus redes ¿Cómo fue tu camino hasta acá?
-Yo estudié locución por la hermana de un amigo, Dakyta, una actriz de Casi Ángeles que también es de Morón. Me enteré que ella estaba estudiando algo para hacer radio, averigüé qué era, y fui. Antes de eso, hice lo que se llama “radio de boliche”, locutaba en la radio de Jesse James, un boliche de Isidro Casanova.
-¿Cómo era la radio de boliche?
-Los boliches tenían su propia radio y tenía que vender lo que iba a haber el fin de semana. “Mario Luis, Los Palmeras...” (locuta y se ríe). Básicamente hacía un programa para que la gente fuese a comprar la entrada depsués. Yo tenía 18 años y ahí me curtí mucho, trabajaba con tipos mucho más grandes que yo, la mayoría estaban casados y con novia... Tenían una doble vida, era un ambiente áspero, pero me dio mucha cancha para saber salir a la calle y hablar con la gente. Después entré en los 40 principales, donde estuve 7 años, y en Coca Cola FM. Le hice entrevistas a muchos artistas como Ricky Martin, Lali, Maluma. También hice la locución de Peligro sin codificar y estuve en MTV con Lizardo Ponce en el 2018.
-¿Cómo entraste a Perros de la Calle?
-Uno de los productores de la Metro me vio en Instagram haciendo videos bailando con peluca, me hicieron un casting y entré a la radio. A las 3 semanas me dijeron: “¿Cómo te ves en Perros?” Y yo... ”Creo que bien, por qué me estás preguntando”. Y así empecé en el programa de a poquito, los viernes, y después me quedé con Andy (Kusnetzoff). Todo lo que pasó el año pasado en el programa con la incorporación de Lizy Tagliani fue una locura y me estresé un montón. Al principio no la pasé muy bien porque estar sentada en esa mesa para mí era muchísimo, tenía el síndrome del impostor. Pensaba que en cualquier momento se iban a dar cuenta de que yo era una mentira, que no me lo merecía... Hasta que entendí que sí, me lo merecí y sí podía hacerlo.
-¿Cómo te recibió la audiencia de Perros?
-Le costó muchísimo entender que no estaban más Schultz ni Cayetano. Pero Andy me dio espacio, yo me fui soltando y la gente de a poco me fue recibiendo. Admiro mucho a las personas que tengo a mi alrededor y me nutro de todos, aprendí mucho de la forma de entrevistar de Andy y de improvisar de Lizy.
-¿Cambió el público del programa?
-Hay gente más joven y más mujeres. Nos dimos cuenta en los llamados y en los comentarios en las redes sociales. El espectro sigue siendo muy amplio pero bajamos la media de edad. Andy ahora tiene su familia y yo estoy como cuando él empezó su programa. Estoy soltera y llevo mis historias, cuento todas mis citas fallidas al aire... No me molesta compartirlo pero sé que es un trabajo de antihéroe. Soy la que dice al aire “Hola, miren que no me va tan bien”. Me gusta contar lo que me pasa sin filtro .
Estamos haciendo que vuelva el amouuuur entre María y Juan pero también pasan otras cosas en el aire 😂💘@andykusnetzoff y @evelynbotto en @perroscalleok 👇🏼 pic.twitter.com/8wmpKzUusk
— Urbana Play 104.3 FM (@UrbanaPlayFm) August 17, 2021
-Están surgiendo muchas mujeres que, como vos, comenzaron a hacer humor a través de las redes sociales. ¿Qué pensás del lugar que ocupan las mujeres humoristas hoy?
-Con Dani La Chepi, aprendí que en el humor podes dejarte ser... Hay cosas como la delicadeza, que suele asociarse con las mujeres, que se pueden dejar de lado; ella no tiene miedo de mostrarse rea. Al principio eso generó ruido pero hubo muchas mujeres que gracias a consumir ese humor se sintieron liberadas . Hay un público, sobre todo femenino, que necesitaba que se haga humor desde ese lado.
-Chepi rompió ese prejuicio sobre las mujeres en el humor ¿Con qué rompiste vos?
-Yo últimamente rompí con muchos prejuicios sobre mi cuerpo. Me di cuenta que, si bien puede sonar feo, podés ser gorda y exitosa . En la adolescencia sufrí mucho, no me sentía linda para nada y realmente la pasé muy mal. En el último tiempo me di cuenta que mi cuerpo es una parte más de lo que soy, que mi peso no me define. Hay un montón de mujeres que tienen un cuerpo parecido al mío que se sienten interpeladas y representadas con lo que yo hago. Mujeres que empezaron a animarse más y a no privarse de cosas por cómo se ven. Yo no quiero que mi cuerpo sea un movimiento político, simplemente soy así... T engo el peso que tengo y no me privo de nada . Si alguien por verme a mí se anima a más cosas, está buenísimo.
-¿Qué pensas del Body Positive, la iniciativa en las redes sociales que invita a la aceptación total de todos los cuerpos?
-Me parece espectacular que mujeres con cuerpos diversos se muestren en redes sociales y animen a otras a usar la ropa que quieran sin prejuicio. Pero también entiendo que todo no es para todos, tampoco me gusta que exista una especie de obligación a que todo el mundo esté cómodo con su cuerpo. Hay días en los que no tengo ganas de mostrarme. Pero sí siento que el body positive le da esperanza a muchas mujeres. Yo estoy más segura que hace dos años atrás y ahora me siento linda mientras que hace 10 años me sentía un monstruo que no le podía gustar a nadie. Todo es un camino.
-Se te nota sensible ¿Ocultás esa sensibilidad con el humor?
-Empecé a usar el humor en el colegio. Me sentía horrible, tenía granos, el pelo feo, era gorda y pensaba que no le podía gustar a nadie... E mpecé a ser graciosa porque pensaba que era la única manera para gustarle a alguien. La mayoría de mis conquistas, sean laborales o amorosas, son por ser graciosa. Es mucho más atractivo alguien por su personalidad que por el envase, me ha gustado mucha gente por ser divertida, la actitud mata físico.
Cuando no me siento cómoda hago algún chiste, el humor sirve para ocultar muchas cosas. Lo bueno es que eventualmente el humor se transformó en mi trabajo, me pagan por hacer reír y de paso yo también me río. Fue una herramienta de defensa que se transformó en una herramienta de trabajo.
Ahora con Sex uso ropa sexy, tengo que salir en bombacha, corpiño y ligas frente a un montón de gente y no lo analicé mucho... Muscari me lo propuso y yo dije “Sí, lo voy a hacer”, ni lo pensé. A medida que fueron pasando las funciones empecé a sentirme sensual. Comerse el mundo es una cuestión de actitud. Podés tener un lomazo y no provocar nada o podés tener el cuerpo que tengo yo, que tiene sus rollos, sus formas y ser re sexy. En el show voy a hacerte creer que gusto de vos y vos vas a gustar de mí. La actitud es todo. Soy mucho más que el envase.
-¿Cómo te sentís vos en la obra y cómo es la repercusión del público ante tu aparición?
-Antes de salir a escena habló conmigo misma y me digo: “Sos una bomba infartante, mirá lo que sos, todo el mundo te va a amar”. Y eso ya me motiva a salir con una actitud corporal distinta. Me llegan muchos mensajes de gente diciendo que le encantó y le motivó verme y que a partir de ver la obra les da ganas de usar ropa que por ahí antes no se animaban. La gente se empodera muchísimo después del show porque les da una visión distinta . Si bien en la obra la mayoría son bailarines con cuerpos esculturales, también hay otros más “normales”, hay diversidad.
-Hacés humor, integrás un programa de radio que tenía una tradición de mayoría masculina, actúas en una obra donde se expone la sensualidad: son todos lugares disruptivos los que estas ocupando ¿Te encontraste con eso o lo buscaste?
-No sé por qué tengo estos lugares. El otro día en la entrevista entre Andy y Pergolini por los 20 años de Perros la que tenía el mic abierto era yo y dije “Qué fuerte”. No entiendo muy bien por qué está pasando esto pero sí hay momentos que siento que tengo la responsabilidad y el poder de hacer ciertos cambios. No tendría que ser un mérito que yo sea mujer y que tenga este cuerpo y esté ocupando este lugar; pero al mismo tiempo, parece un doble mérito. Este lugar me lo gané, siempre trabajé mi vocación de forma desprejuiciada. Siento que haber trabajado en ambientes muy masculinos me dio muchas herramientas, nadie se sobrepasó conmigo pero sí me he sentido muy chiquita y eso me enseñó a defenderme y ser honesta. Gracias a eso hoy puedo bancarme cualquier escenario, sea actuar en ropa interior o estar en una mesa donde antes eran todos hombres.
-¿La Eve de Morón se imaginaba esto?
-¡No! Cuando hacía radio zonal no podía ni creer que me pagaran. El quiebre fue cuando de pronto me di cuenta de que trabajaba en un edificio de radio; me acordé que yo llamaba para decir “la radio está re buena” y fue muy loco verme del otro lado. Sé que ahora estoy con Muscari y con Andy pero en un futuro no sé que puede pasar. La vida me fue demostrando que siempre salen proyectos nuevos.