¡Exclusiva! El regreso de Jerry Rivera: "El amor nunca muere, todo lo puede"

El salsero Jerry Rivera está de vuelta con un proyecto musical muy cercano a su corazón. ¡Esto nos contó el eterno 'Cara de niño'!

¿Quién no ha bailado o cantando a viva voz un tema de Jerry Rivera? El eterno 'Cara de niño' nos ha hecho enamorarnos y mover el esqueleto con sus éxitos musicales a través de los años. "Dios nos dice en su palabra que puede morir la fe y la esperanza, pero el amor nunca muere, el amor todo lo puede", reflexiona Rivera, de 50 años. El salsero habló en exclusiva con People en Español sobre su regreso a los escenarios y un nuevo proyecto musical muy esperado.

Su corazón le pertenece, desde que tenía 17 años, a su esposa Zeila Donis. Se enamoraron cuando eran adolescentes y llevan toda una vida juntos. "Es una mujer muy paciente, tiene mucha tolerancia. Este es un trabajo bien difícil que conlleva muchos desafíos", admite sobre la industria musical. "Si los papeles fuesen invertidos yo no sé si yo hubiese tenido la paciencia, no sé si yo hubiese aguantado tanto, pero el amor todo lo puede".

El intérprete de "Amores como el nuestro" y "Vuelta muy alto" valora el apoyo de su pareja, quien prefiere mantenerse alejada de las cámaras. "No le gusta ser una figura pública, le gusta vivir una vida más normal, en el anonimato, pero siempre está impulsándome", añade sobre la madre de sus tres hijos Zeila Lis, de 32 años, de Moa, de 31, y Zelina, de 24, quienes aparecen aquí junto a su famoso padre.

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Lejos de celarlo, asegura que su esposa siempre lo ha querido ver brillar. Algunos de los consejos que le ha dado es "haz ejercicio, mantente bonito, mantente grabando, no te quites", revela el artista. "Tengo gracias a Dios personas que aman mi carrera tanto como yo".

Con algunos de sus fanáticos ha tenido una amistad durante años, revela el artista, que aprecia la lealtad de su público. "Es algo muy especial saber cómo la música ha trascendido", dice Rivera, quien inició a sus 14 años en este arte. "Tengo mucha relación con ellos, los escucho, los leo. Han sido los fanáticos los que me han motivado", añade sobre grabar su nuevo disco Llegué yo.

"El 2024 es el año del regreso discográfico de Jerry Rivera", afirma. "Me la he pasado años anteriores disfrutando de mi público a nivel de giras pero este año venimos con un disco de temas inéditos. Nos la hemos pasado grabando tanto canciones como videos y trabajando muy fuerte", quien realizará una gira por Europa. El 30 de noviembre también se presentará en el Coliseo de Puerto Rico, marcando su esperado regreso a su isla.

Su hijo Moa ha seguido sus pasos, lanzándose como cantante. "Me siento muy feliz y orgulloso de que mi hijo Moa haya continuado el legado de la salsa", dice Rivera sobre Moa, quien mezcla géneros como el hip hop, el R&B y el rap con ritmos tropicales. "Lo he felicitado en múltiples ocasiones".

En su vida personal es tan romántico como sus canciones, dice Rivera, quien cuida los detalles en su matrimonio. "Siempre, como dice Oscar de León —en la canción que habla de 'llévala al cine, cómprale un ramo de flores, báñate junto con ella, llévale la comida a la cama'—mantener el juego del noviazgo. Recuerda que ella es tu novia. Deben ser siempre los mismos novios. El jugueteo no se puede perder, tanto en la vida cotidiana como en la vida íntima, se debe mantener la chispa, la broma".

Algo que agradece de Zeila es que "es un amor sin condiciones, no me pide nada a cambio", cuenta sobre su alma gemela. "Solamente con su mirada, me dice: lo único que quiero de ti es que me ames siempre". Juntos han formado una hermosa familia, que incluye también a sus nietos Gerardo, de 13 años, Elina Zelestia, de 7, Christopher, de 2, y Zaymarie, de 1 año. "Dicen que soy un consentidor, que los malcrío. Creo que el abuelo está para aconsejar, no para regañar", dice risueño. "Ellos son niños lindos, buenos, no son tan traviesos como era yo".

Disfruta de cenas familiares, hacer ejercicio, meditar y participar en carreras de autos. "Soy bien enérgico", confiesa el cantante. Sin duda, pasar tiempo con su esposa, sus hijos y nietos es su mayor bendición. Siempre quiso estar presente durante la niñez de sus hijos, por lo que a veces renunció a viajes. "No quería viajar tanto porque no quería perder el tiempo de la niñez de ellos. No quería que pasara el tiempo y mis hijos me reclamaran: 'fuiste un padre que tuvo mucho éxito a nivel profesional, pero a nivel personal no me dedicaste el tiempo suficiente'. Eso para mí sería un fracaso absoluto", reconoce. "Gracias a Dios pude lograr ese balance".