Ni el éxito de ‘Avatar’ salvó a Sam Worthington de sus propios demonios

HOLLYWOOD, CALIFORNIA - DECEMBER 12: Sam Worthington attends 20th Century Studio's
HOLLYWOOD, CALIFORNIA - 12 DE DICIEMBRE: Sam Worthington asiste al estreno estadounidense de "Avatar 2: The Way of Water" de 20th Century Studio en Dolby Theatre el 12 de diciembre de 2022 en Hollywood, California. (Foto de Axelle/Bauer-Griffin/FilmMagic)

Por Miguel Ángel Pizarro.- El estreno de Avatar: El sentido del agua vuelve a poner en primera línea a Sam Worthington. El actor australiano de origen británico pasó de ser un desconocido para el público internacional y vivir en su auto, a convertirse en estrella de Hollywood de la noche a la mañana gracias a Avatar. Interpretó a Jake Sully, el militar que llegaba a Pandora junto a un equipo explorador, tocando la cima del éxito cuando la película que conquistó al mundo entero en 2009, siendo todavía la más taquillera de la historia (sin contar inflación).

Trece años más tarde, el intérprete no duda en confesar al mundo que ni el éxito de la película de James Cameron, ni las ofertas de trabajo que lo transformaron en uno de los héroes protagonistas de moda de la pasada década, lo salvaron de sus propios demonios.

En una extensa entrevista con Variety, habló directamente de sus problemas con el alcohol, revelando que lleva ocho años sobrio mientras da visibilidad a un problema que parece ser tabú en su país. Entre sus declaraciones, cuenta cómo la gira mundial de Avatar le llevó a conocer ciudades y países, pero no a sus monumentos y gente, sino a sus bares, añadiendo que antes de subirse a un vuelo, por ejemplo, se tomaba cinco o seis copas de champánpara relajarse”. “No podía verlo. Pensé que era normal. No me gustaba quién era yo. Beber me ayudaba a pasar el día”, relata.

Nueve de cada diez personas no lo sabían. Probablemente podían olerlo en mí, pero cuando me miraban, no lo comentaban. Aún hacía mi trabajo, pero, sinceramente, no creo que lo estuviera haciendo bien”, explicó al medio estadounidense.

Y es en este momento que deja un dato importante, la de la sociedad australiana y su relación con la bebida, una realidad que no le ayudó, precisamente, a darse cuenta que tenía un problema.En Australia, está arraigado en la sociedad. No hablamos necesariamente de Alcohólicos Anónimos y cosas por el estilo. No se reconoce que es una enfermedad y no se entiende que algunas personas, simplemente, son de una manera distinta”, señaló.

LONDON, ENGLAND - DECEMBER 06: Sam Worthington and Lara Worthington attend the
LONDRES, INGLATERRA - 06 DE DICIEMBRE: Sam Worthington y Lara Worthington asisten al estreno mundial de "Avatar: The Way of Water" en Odeon Luxe Leicester Square el 06 de diciembre de 2022 en Londres, Inglaterra. (Foto de Dave J Hogan/Dave J Hogan/Getty Images)

También explica que no era “un borracho malvado”, sino uno “emocional”.Era más errático cuando bebía. No creo que fuera malo, exactamente, pero podía ser beligerante y petulante”, continuó. Fue el amor por su esposa, Lara Bingle, lo que hizo darse cuenta del problema y buscar solución. “Me dijo que podía hacer lo que quisiera, pero que ella no necesitaba estar cerca de esto”, explicó. Y en ese momento comenzó su camino hacia la sobriedad.

De todos modos, según deducimos por sus palabras, el alcohol ocultaba un demonio interno que ya cargaba en sus adentros desde antes de la fama y el reconocimiento. Porque antes de ser elegido para protagonizar Avatar, el actor estuvo a punto ser elegido para encarnar a James Bond en Casino Royale, papel para el que sonó como favorito, puesto que logró estar entre los que más convenció a Barbara Broccoli, productora de la saga. Sin embargo, finalmente, el papel fue para Daniel Craig.

Una oportunidad perdida que permitió a Sam Worthington vivir como un auténtico nómada, ya que, antes de ser que James Cameron lo seleccionara para su aventura en Pandora, llegó a vivir en la parte trasera de su coche por elección propia.Vendí todo lo que tenía a mis amigos, porque no me gustaba quién era yo. Necesitaba largarme. Vivía en Sídney y, cada vez que iba al bar, la gente me reconocía. Me rebelaba contra eso”, comentó.

Claro, el éxito descomunal de Avatarsolo acrecentó a ese demonio que tenía dentro. De hecho, en febrero de 2014, el actor fue detenido en Nueva York después de golpear a un paparazzi que seguía a su esposa. Finalmente, obtuvo la libertad condicional por un cargo de agresión menor y resolvió fuera de los tribunales la demanda civil que presentó el paparazzi en 2015.

“Me volvía loco si alguien me pedía una fotografía o me tomaba una foto”, explicó en la entrevista. “Si alguien se me acercaba, mi ansiedad se disparaba”, añadió. Eso, por supuesto, le ha hecho mantener un perfil bajo en sus trabajos como actor.

Jake Sully (Sam Worthington) y Neteyam (Jamie Flatters) en 'Avatar: El sentido del agua' de 20th Century Studios'. Photo courtesy of 20th Century Studios. © 2022 20th Century Studios. All Rights Reserved.
Jake Sully (Sam Worthington) y Neteyam (Jamie Flatters) en 'Avatar: El sentido del agua' de 20th Century Studios'. Photo courtesy of 20th Century Studios. © 2022 20th Century Studios. All Rights Reserved.

Otro tema del que habla en la entrevista es cómo su difícil carácter, con el añadido de sus propios problemas con el alcohol y la fama, le complicaron las cosas. “A los 30 años, era joven y arrogante”, confesó. Esto le habría llevado a tener papeles en los que trabajó con desgana, como el de Terminator: Salvation o el de Perseo en la saga Furia de titanes y su secuela; además de rechazar proyectos como el de Green Lantern. Lo que comenta nos recuerda que, aunque haya logrado encontrar la estabilidad, sus propios demonios casi provocan que su carrera no lograse remontar nunca. Y una elección que tomó fue la de seguir trabajando, pero con papeles de reparto, en los que la exposición mediática era menor.

Eso le permitió estar en películas como Hasta el último hombre o la serie Por mandato del cielo, en la que tuvo una interpretación muy aplaudida como un mormón fundamentalista en un caso real de asesinato.

A los 46 años y con experiencia de vida, parece que Sam Worthington ahora ve la fama de otra forma. Está rodando Horizon con Kevin Costner que marca el regreso a la dirección del actor de El guardaespaldas, un ambicioso wéstern que narra 15 años de historia de Estados Unidos, desde los primeros asentamientos en Norteamérica hasta el estallido de la Guerra Civil. Más que huir de sus demonios, parece que Worthington ha decidido enfrentarse a ellos exponiéndolos como ejemplo de superación.

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