La factura que pagará Pipi Estrada en ‘Sálvame’ tras los últimos acontecimientos

MADRID, ESPAÑA - 21 DE ENERO: Pipi Estrada asiste al estreno de 'Locos' en el Teatro Marquina el 21 de enero de 2021 en Madrid, España. (Foto de Pablo Cuadra/WireImage)
MADRID, ESPAÑA - 21 DE ENERO: Pipi Estrada asiste al estreno de 'Locos' en el Teatro Marquina el 21 de enero de 2021 en Madrid, España. (Foto de Pablo Cuadra/WireImage)

Desde esta semana, Sálvame cuenta con una baja temporal: la de Pipi Estrada. El periodista deportivo se incorporó al programa el pasado mes de abril, y ahora ha hecho una pausa en sus colaboraciones para concursar en Pesadilla en el Paraíso, el nuevo reality de Telecinco, y que se a falta de confirmación de la cadena se estrenará el jueves de la próxima semana. Sin embargo, para el que fuese pareja de Terelu Campos no están resultando sencillas durante su ausencia, pues su imagen está quedado gravemente dañada y está claro que el día que vuelva tendrá que pagar una alta factura.

La liebre saltaba la semana pasada. El programa emitió una pelea entre Pipi Estrada y Míriam Sánchez, la antes conocida como Lucía Lapiedra, que es madre de la hija menor de Pipi, llamada también Míriam y que tiene ya 14 años. Unas imágenes a las que el periodista deportivo, presente en el plató, intentó restar importancia. “Ella no está bien, yo siempre estoy para ayudarla”, dijo, no pudiendo evitar llorar pensando en esa hija común.

El domingo arrancó las grabaciones de Pesadilla en el paraíso, que se emitirá en diferido, y con Pipi ya fuera de juego y sin opción a réplica, Sálvame ha continuado indagando en qué pasó aquel día y cómo es Pipi Estrada en realidad. Y el retrato que están haciendo de él resulta de lo más tóxico, y de ser cierto todo lo que se está comentando, incluso debería ser apartado de Sálvame.

Porque en el programa de La Fábrica de la Tele se nos vende un Pipi Estrada gamberro, capaz de disfrazarse de Carmen Borrego, su excuñada, y hablar como ella, que siempre está de broma, que sabe que hay que hacer un buen espectáculo para que el público se enganche al programa.

En las últimas tardes, Míriam Sánchez ha contado cómo es ese otro Pipi Estrada que no conocemos. Y nos cuenta que es un hombre que tiene “toda la mierda” encima de sí. Asegura que el que fuese concursante de Supervivientes es un “mentiroso compulsivo”, y que ella ha puesto todo de su parte para llevarse “bien con alguien que me destruye continuamente. Me decepciona, me anula como persona, cuando fui su pareja y después”.

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Además, Míriam Sánchez ha contado cómo Pipi tendría mucha oscuridad en su economía, pues debe dinero a más personas que a Terelu Campos, que es a la que todos conocemos. “Me siento utilizada, desde que empezó a salir conmigo todo torna en que ha sido mi salvador. Levanta mi intimidad sin mi consentimiento”, lamenta Míriam, que no quiere denunciarle porque dice tener fobia a los juzgados. Apunta al narcisismo como uno de los principales problemas del comunicador (y ahora granjero), tanto como para que a veces “rozase la psicopatía”.Del mismo modo, aprovechó para desmentir las palabras de su ex sobre su frágil salud mental. “Tengo un informe psicológico que dice que no tengo nada, tengo ataques de ansiedad cuando me pasan estas cosas con Pipi o mi familia”, reconoce.

El testimonio de Míriam Sánchez ha quedado avalado por la propia Terelu Campos, quien suele intentar no mencionar lo más mínimo a Pipi. Y ha reconocido que, efectivamente, Pipi tiene un problema con las mentiras, y que cuando fueron pareja, incluso acudieron a un terapeuta para que él comenzase a decir la verdad y dejase de ser infiel. La motivación de Estrada para cambiar fue mínima, y según Terelu, la psicóloga le dijo tras tres sesiones que con él no había solución, y que lo mejor es que no volvieran.

En un momento en el que en televisión se habla tanto de violencia machista, violencia vicaria o salud mental, habría que analizar con mucho cuidado todo lo que se está contando sobre Pipi Estrada y ver hasta qué punto todo es verdad. De ser cierto, Telecinco debería pensar qué hacer con él, que ahora mismo está entre fardos de paja y animales domésticos haciendo tareas propias de una granja de principios de siglo XX, ajeno a la realidad. Y es que si para apartar de sus programas a ciertos personajes que han sido señalados por violencia vicaria han tenido mano férrea, con Pipi Estrada deberían tener una actitud acorde a esa línea, ni más, ni menos. El tiempo nos dirá qué factura real es la que finalmente tiene que pagar tras todo lo expuesto esta semana.

Desconocemos cuánto aguantará Pipi en Pesadilla en el Paraíso. Si sus compañeros le eliminarán (todavía no se han explicado cómo serán las nominaciones y expulsiones), o si la organización preferirá sacarle. Que, si la cosa va a más, y siguen sacando trapos sucios del armario, tampoco sería de extrañar.

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