La familia de Wendy Williams se pone en pie de guerra por su tutela legal
La estrella de la televisión de 59 años está bajo el cuidado de una tutora designada por un tribunal debido la afasia primaria progresiva y la demencia frontotemporal que le diagnosticaron el año pasado y que hizo pública hace unos días. Actualmente vive en un centro especializado, cuya ubicación continúa siendo un secreto, para someterse a un tratamiento centrado en los síntomas de estas enfermedades, que afectan a la personalidad, el comportamiento y el lenguaje.
Al igual que sucedió con otra tutela legal tristemente famosa, la de Britney Spears, no todo el mundo considera que Wendy Williams necesite una persona que vele por sus intereses y supervise las decisiones que se toman en su nombre, tanto en su vida personal como en lo relativo a sus finanzas.
Su hermano Tommy Williams no duda en afirmar que la estrella televisiva está siendo víctima de un sistema injusto que la mantiene separada de sus familiares, que según él sólo pueden mantener un contacto mínimo con ella. Tommy ha concedido unas explosivas declaraciones al portal UsWeekly donde asegura que no su hermana no necesita permanecer ingresada porque ha mejorado considerablemente desde que grabó el polémico documental de la cadena Lifetime que se emitió el pasado fin de semana, donde Wendy aparecía bebiendo pese a su historial de alcoholismo y perdiendo los nervios ante el menor contratiempo.
"Estamos aquí para cuidar de ella. Lo único que quiero para ella es libertad. Tenemos un padre al que le encantaría verla... Nos enfrentamos a incógnitas. Sólo queremos poder ver cómo está. Volaría hasta allí [para verla] , pero ¿adónde iría? Nadie sabe nada", afirma Thomas.
La tutora de Wendy, Sabrina Morrissey, presentó una demanda confidencial contra la empresa matriz de Lifetime, A E Television Networks, para intentar impedir la emisión del documental, pero el juez falló a favor de la cadena y permitió que siguiera adelante.
Otra de las hermanas de Wendy, Wanda Finnie, ofreció hace unos días una entrevista a People tras su emisión donde coincidía con Thomas en que la presentadora no es la misma persona que aparece en el documental. También admitía que no puede llamarla por teléfono siempre que se le antoje, aunque insistía en que hablan todos los días y reconocía que el tratamiento está funcionando.