Faye Dunaway reapareció en Cannes para presentar un documental que explica los “momentos difíciles” de su vida
A cuatro años de su fallida participación en la entrega de los premios Oscar que la reunió con Warren Beatty, Faye Dunaway hizo su primera aparición pública en el festival de Cannes. Las cámaras capturar su belleza hipnótica y eterna en la alfombra roja en el estreno de Furiosa, protagonizada por Chris Hemsworth y Anya Taylor-Joy, pero luego, la diva tuvo su propio momento de protagonismo.
La protagonista de Bonnie and Clyde, presentó el documental de HBO sobre su vida, Faye, en el que revela que fue diagnosticada con trastorno bipolar. “Trabajé con un grupo de médicos que analizaron mi comportamiento y luego me recetaron pastillas que pensaban que serían buenas para mí. Y eso ayudó”, se la escucha decir desde la pantalla a la estrella, de 83 años, en primera persona. “Así que estoy más tranquila. Pero a lo largo de mi carrera, la gente sabe que hubo tiempos difíciles ”, agrega.
En efecto, a la par de actuaciones memorables, los constantes escándalos cimentaron la carrera de Dunaway y le valieron el mote de persona “difícil”. A propósito de esa situación, otra de las grandes divas de Hollywood, con quien compartió elenco en el film televisivo The Disappearance of Aimee, Bette Davis, le dijo una vez a Johnny Carson que trabajar con ella fue “imposible” porque en todo momento se mostró “poco cooperativa”.
Durante el rodaje de Barrio chino (1974), la mala relación entre Faye y el director Roman Polanski creó un clima irrespirable. “Ese pedazo de mierda nunca quería hablar conmigo sobre mi personaje”, se quejaría la actriz después. “Tu motivación es tu sueldo, leé las putas frases”, le respondía el director, según contó The New York Times. Durante el rodaje de una toma, un pelo de Dunaway flotaba y por más que el peluquero intentaba domarlo, así que Polanski se acercó por detrás y, sin avisarle, se lo arrancó. “¡Ese hijo de puta me arrancó un pelo!”, bramó ella mientras abandonaba el rodaje. Ambos pidieron el despido del otro, pero el productor convocó una reunión de emergencia. Así lo contó la revista Rolling Stone: “ Me cuestionaría mis propios métodos de no ser porque has tenido confrontaciones similares con todos tus directores ”, atacó Polanski. “¿Y quién ha dicho eso? ¿Otto Preminger? Da igual, es un tonto”, zanjó Dunaway.
En el libro Easy Rider, Peter Biskind recogió la anécdota contada por el director de fotografía de Chinatown, John A. Alonzo de la jornada en la que la actriz se pasó horas metida en un coche esperando para rodar. Polanski ignoró todas sus peticiones de descansos para ir al baño y, cuando se acercó al coche para darle instrucciones, ella bajó la ventanilla y le arrojó un vaso de plástico lleno de líquido a la cara. “Hija de puta, ¡es pis!”, gritó el director. “Así es, inútil”, respondió la actriz. Ella negó la historia que, sin embargo, la perseguirá hasta la tumba: en 2019 fue despedida de una obra de teatro a pocos días de estrenar y su asistente la denunció por violencia física y psicológica.
“No quiero poner ninguna excusa al respecto, sigo siendo responsable de mis acciones”, se la escucha decir a Dunaway en el documental. “Pero esto es lo que llegué a comprender, era el motivo de muchas de mis conductas. Es algo de lo que debo ser consciente, debo intentar hacer lo correcto para solucionarlo ”, agrega.
El documental está dirigido por Laurent Bouzereau, e incluye entrevistas con estrellas como Sharon Stone y Mickey Rourke, y el director James Gray. La historia abarca desde la infancia del ícono de Hollywood hasta que se convierte en estrella gracias a éxitos como Bonny and Clyde, Sociedad para el crimen, Pequeño gran hombre, Barrio Chino o Don Juan DeMarco.
Allí, Dunaway indica sobre su salud mental: “Es una sensibilidad y es algo que es solo una parte de mi composición... Gracias a Dios hay medicamentos, hay estudios, y también médicos que se ocupan de esto y he podido beneficiarme de ello. La medicación es crucial y sin ella, uno vuelve a caer en lo que está ahí, psicológica y biológicamente ”.
Su hijo, Liam Dunaway O’Neill, de 43 años, también brinda su testimonio y, en una de las escenas, explica: “ Si no sufriera tanto dolor, ¿habría sido tan buena actriz? Hay que tomar lo bueno con lo malo, así es la vida ”. Además, indica: “Ella comenzó como una persona normal que quería ser famosa y terminó como una persona famosa que quería ser normal”.